COMERCIO DE CERCANÍA EN CÓRDOBA

La Verdad, una de las principales semillas de las que nació el Centro Comercial Abierto La Viñuela

Su secreto está en fidelizar a la clientela con un trato humano y directo, calidad y buscando el interés de sus usuarios y no el propio
Dos generaciones de tenderos de La Verdad
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Los Almacenes Zafra-Polo de tejidos y confección estaban ubicados, en la que era la parte del negocio de detalle en el número 7 de Claudio Marcelo, pero cerró a finales de los años 80 del siglo pasado y allí se construyó el actual Centro de Negocios. Esto viene a cuento, porque Benito Zafra-Polo es quien ayudó a que en el Campo de La Verdad se acabará instalando, en 1958, un establecimiento denominado La Verdad de la mano de la familia Rubio. Concretamente del fundador, Francisco Rubio García, y su esposa Carmen Velasco Villarrazo.

Eso permitió que la misma calidad de tejido y ropa que se vendía en el mismísimo corazón de la ciudad también llegara hasta una de sus barriadas que estaba creciendo en población y, por tanto, La Verdad comenzó a ganar en prestigio y popularidad. Pero fue con la segunda generación de los Rubio cuando el patriarca coge por banda a uno de sus hijos, Manuel Rubio Velasco, y le propone abrir una segunda sede en La Viñuela, en un pequeño local cercano al Cuartel de Lepanto, entonces en activo, de un barrio que también medraba en población y juventud, si bien la mayoría de lo que es su tejido urbano actual estaba conformado por huertas. "Recuerdo que mi padre me decía que cuando llegaba a trabajar dejaba el coche en esas huertas", señala Manuel Rubio, tercera generación que ahora lleva junto con sus hermanos, a modo de cooperativa, el negocio en la Avenida de La Viñuela.

Por aquel entonces, apenas había mucho más. Estaba el distribuidor de butano, algún que otro establecimiento de Deza y, por supuesto, el Mercado de La Mosca, que era el auténtico motor económico de la zona, ya que había muchos barrios populosos de los alrededores, como Cañero, Fátima, Levante, Edisol, desde donde llegaban a abastecerse de productos frescos "y aún hoy en día lo siguen g¡haciendo, porque nuestro Mercado de Abastos funciona bastante bien", señala Manuel Rubio.

Dos generaciones de tenderos de La Verdad

Pues bien, su negocio va, como él mismo dice, marchando con la filosofía de siempre. Y eso significa buscar productos de calidad, de cercanía y de productores cercanos. "Tenemos muchísimos proveedores de la provincia de Córdoba y de Andalucía, porque si lo les pedimos a nuestros clientes cercanos que compren en las tiendas locales, nosotros tenemos que ser consecuentes y buscamos productores locales".

De hecho, en la provincia hay grandes productores de textil, en Priego, Pozoblanco o Baena, aunque ahora ya no son lo que eran. "Pero seguimos apostando por ellos, porque aportan productos de gran calidad a unos precios muy aceptables y sabemos que en conciencia generan trabajo en nuestra tierra", explica Manuel Rubio.

Y eso mismo es lo que valora la mayoría de su clientela: La relación calidad-precio y también, que todo hay que decirlo, "dentro de nuestra modesta escuela, seguir aportando ese asesoramiento, esa cercanía que en esta empresa se ha estilado desde sus inicios con mi abuelo de conocer al cliente y sus necesidades, y ofrecerle lo que mejor se pueda adaptar a él y no lo que nos interese a nosotros vender". Es una de las mejores maneras de buscar fidelidad.

Manuel Rubio en su tienda La Verdad

Se trata de una clientela familiar y generacional. "Tenemos muchos clientes que han crecido en el barrio, y que a pesar de que se han mudado siguen teniendo la costumbre de venir a comprar a La Viñuela y siguen buscando esa referencia que tenían en su niñez".

No en balde, La Verdad es el germen del actual Centro Comercial Abierto La Viñuela-Jesús Rescatado, aunque a la familia Rubio no le gusta decir eso. Prefieren señalar que son de los más antiguos de la zona. Por este motivo Manuel Rubio es capaz de hablar de tú a tú a la ciudadanía para hacerle ver las bondades del comercio de cercanía.

Dos generaciones de tenderos de La Verdad

"El usuario debe tener apertura de miras y apostar por la calidad y los valores que les ofrece el comercio de cercanía, porque apostar por el precio a la larga sale caro", explica. El pequeño comercio está invirtiendo en tecnología, pero, en el fondo, el producto final es lo que vale: "A mí me llegan clientes que me dicen que tienen jerseys que les vendió mi padre hace años y que están perfectos; eso es lo que queremos, porque el recuerdo de lo que te he ofrecido es bueno y de calidad".

La apuesta por lo local, tanto por los comerciantes como por la clientela permite generar riqueza y que el dinero no fluya al exterior.

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