COMERCIO DE CERCANÍA

El costurero express, una solución rápida en el Realejo para los arreglos

La máxima de la costurera profesional que regenta el local es sacar el trabajo en el menor tiempo posible
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photo_camera Francisca Rodríguez Peña

Son tiempos modernos en los que se imponen las prisas, la especialización impera y se han perdido costumbres y aprendizajes generalizados, precisamente por esa falta de tiempo que obliga a la gente a centrarse en un punto. De ahí que las necesidades se cubran buscando servicios en otras partes o con personal especializado que sepa hacer lo que ya nos hemos olvidado o no podemos llevar a cabo por el trabajo.

Por eso, ¿quién no ha necesitado un arreglo rápido para poner un cremallera, subir el bajo de un pantalón o estrechar un vestido? Si al hecho de que no saber coser, se une que se necesita ese arreglo de forma rápida ("para ayer"), pues El Costurero Espress puede ser la solución a todos sus problemas. 

Esta original solución la regenta Francisca Rodríguez Peña, una experimentada costurera, patronista y modista, que con 30 años de experiencia a sus espaldas se encuentra ubicada en pleno Realejo, en la calle Santa María de Gracia, donde puso en marcha hace unos siete años un nuevo concepto de la tradicional modista, pero adaptada a la realidad actual en donde las prisas son el día a día.

El tiempo es oro

La máxima de esta costurera profesional es sacar el trabajo en el menor tiempo posible, porque el tiempo es oro: Si se trata de arreglos pequeños, del tipo de subir bajos o poner una cremallera, el plazo es de un día. Si son arreglos más elaborados la idea es dejarlo hecho preparado para esa misma semana. "Es que cuando alguien tiene uno de estos arreglos necesita la ropa rápido y con mi servicio intento facilitarle la vida", ha explicado Francisca, que cuenta con clientes fijos del barrio y otros que vienen desde otros lugares de la ciudad para traerle sus arreglos. 

El pequeño taller express realiza todo tipo de mejoras de costura o ropa a medida y ofrece al cliente una nueva forma de trabajo en una sociedad donde cada vez menos gente conoce las virtudes de las agujas e hilos, y a unos precios asequibles. 

Es el ejemplo más claro de que el comercio de cercanía se adapta a las necesidades reales de su clientela , así como a los tiempos que le toca vivir.

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