Rafael Espino nació en Córdoba en el año 1967. Actualmente, trabaja como médico de familia en el Hospital de Montilla, cargo que compagina con su responsabilidad como Coordinador en Córdoba de la Red Formma, un proyecto que realiza desde hace más de 12 años. Durante todo este tiempo ha formado a miles de profesionales sanitarios en la prevención y detección de casos de violencia de género.
¿Cómo de importante es la formación de profesionales en la lucha contra la violencia de género?
Andalucía es una de las comunidades autónomas donde la prevención en violencia de género está más avanzada, pero lo que hay que hacer es formarse. Hace falta una formación específica para los profesionales de salud y por ello la Consejería de Salud decide crear la Red Formma, una en cada provincia, y que se trata en dar formación en los hospitales y centros de salud. Hay dos tipos de formación, por un lado la sensibilización y está dedicado a todo el personal sanitario, desde celadores, administrativos o enfermeros, y luego está la formación básica, que tiene dos modelos, la presencial, que está sobre todo para Medicina y Enfermería. De hace unos años a ahora hemos visto la necesidad de generar una variante de ese curso, que lo llamamos semi presencial de 35 horas.
¿Se han marcado algún objetivo a corto o medio plazo?
En este año se ha puesto como objetivo formar a facultativos, es decir a aquellos médicos que trabajen en áreas sensibles de tratar con mujeres víctimas de violencia de género. Lo que queremos enseñarles es en primer lugar que entiendan qué es la violencia de género, y tenemos que conocernos para saber qué pensamos respecto a la desigualdad para poder ayudar a esa mujer. Un segundo apartado es conocer los indicadores, es decir, si una mujer te viene y te dice que está siendo maltratada es fácil, pero si por ejemplo viene la mujer y te dice que tiene insomnio, cefaleas o infecciones de orina, son cuadros que podemos ver normales, pero lo que hacemos es formar a los profesionales para que sean capaces de ver estos indicadores.
¿Siempre existen estos mismos indicadores?
Hay unas predominantes que podemos tener como básicas: Depresión, baja autoestima o intento de suicidio, porque el 50% de los intentos de suicido en mujeres tienen un maltrato de fondo, el 80% de mujeres que están en situación de maltrato ha pensado alguna vez en suicidarse, y el 60% de esas mujeres que necesita ayuda médica, es decir que necesita ingreso o tratamiento, sufre violencia de género. Y luego tenemos las pautas ginecológicas como por ejemplo, infecciones de orina, vaginismo, abortos, bajo peso en el nacimiento, partos prematuros, todo eso son indicadores, porque la situación de estrés hace que la mujer no esté bien.
En el 50% de los intentos de suicido en mujeres hay un maltrato de fondo, el 80% de las que están en situación de maltrato ha pensado en suicidarse, y el 60% de las que además necesita ayuda médica sufre maltrato
Siempre que se habla de maltrato se piensa en el físico, pero el maltrato psicológico está ahí también. ¿Qué incidencia tiene? ¿Están relacionados estos dos tipos de maltrato?
Es muy difícil que haya un maltrato físico si no hay maltrato psicológico previo. Primero hace a la mujer dependiente de él, la acosa, la isla. Por ejemplo, el maltratador prohíbe a la mujer salir con sus amigas y la va aislando poco a poco, lo que al final se convierte en amenazas, que hacen que la autoestima se vaya perdiendo. El maltratador nunca va a usar más violencia que la necesaria para tener a la mujer controlada, pero la escala de violencia puede ir subiendo y al final vamos viendo maltrato económico, verbal, social, ambiental, físico y sexual si el maltratador no consigue lo que quiere, que es tener a la mujer controlada. En la sociedad siempre vemos el maltrato físico que es el moratón, el hematoma, la fractura, pero no se ve por ejemplo el maltrato sexual. Este tipo de maltrato se da pero al darse dentro de una pareja se entiende que las relaciones sexuales son normales. Lo que pasa aquí es que la mujer se vuelve muy activa, intenta cumplir todos los deseos de él para evitar el momento de la eclosión de la violencia, porque sabe que si él le pide relaciones sexuales y ella dice que no, eso puede acabar en malos tratos. También catalogamos de maltrato el económico, todo lo que sea que la mujer sea dependiente del hombre y tenga que pedirle dinero para todo. Y también el maltrato ambiental, que es por poner un ejemplo, que una mujer tenga un cenicero que le regaló su madre y que le transmite un valor sentimental muy importante, pues el maltrador lo rompe para hacerle daño.
¿Estamos hablando de nuevas formas de maltrato?
Éstas digamos que son la evolución del maltrato. Esto siempre ha existido de esta forma y nos hemos quedado aislados, porque hemos pensado que está dentro de una intimidad de pareja y ahí no nos metemos. Todo esto se basa en los criterios de igualdad, no se puede entender la violencia de género si no entendemos el concepto de desigualdad. Hay que entender los roles. Es como nos han educado desde los cero meses de nacimiento en una sociedad patriarcal y donde la desigualdad existe. ¿El rol de la mujer cuál es? Pues el de ser cuidadosa, la dueña de su casa, cariñosa, paciente, la responsable de la familia y ¿cuál es el rol del hombre? Un triunfador, el que gana dinero, el que sube en la escala del trabajo, el que protege. Digamos que el hombre tiene que triunfar en la esfera pública y la mujer tiene que hacerlo en la esfera privada y eso lo que hace es que haya una desigualdad y que el tenga poder sobre ella. Una de las cosas que hace el maltratador es quitar a la mujer de trabajar y que dependa de él siempre con la excusa del amor romántico de convertirla en la reina de la casa, y al final en lo que se convierte es en una intendente de él.
Hay que entender los roles. Es como nos han educado desde los cero meses de nacimiento en una sociedad patriarcal y donde hay desigualdad
¿Sigue estando esta mentalidad a día de hoy?
No es que siga, es que además aumenta. Por ejemplo, en la adolescencia hay una dependencia y un control enorme, y es tanto que el Instituto Andaluz de la Mujer ha creado un programa de violencia de género específico para niñas menores de edad. Por ejemplo, yo como padre si veo que mi hija noto que está siendo maltratada mi primera reacción sería encerrarla en casa y que no viese ese hombre, pero esto no está claro del todo porque lo que se hace es que esa niña con 14 años idealice ese tipo de relación y que se haga mas dependiente de él todavía. Lo que se hace es seguir unas pautas para empoderar a esa niña y darle unos recursos para que vea qué relaciones son igualitarias y cuáles no. Por poner un ejemplo, esa niña tendría que preguntarse ¿por qué yo tengo que mandarte una foto en pijama en casa para que sepas que estoy ahí y tú no me la tienes que mandar? A mí me da igual que se den explicaciones en una pareja, pero la relación tiene que ser igualitaria y si uno da explicaciones de ciertas cosas el otro también las tiene que dar.
¿Cómo han influido las nuevas tecnologías en los casos de maltrato?
Las nuevas tecnologías dan nuevas herramientas de control. El maltratador lo puede revestir de protección o amor romántico, pero lo que realmente quiere es controlar. A mí me han llegado casos de niñas de 13 años que compiten por ver quién es la que más whatssap reciben de sus novios, porque su reflexión, como niñas inmaduras que son, es cuantos más mensajes me envíe más me quiere. Eso hay que revertírselo pero en su idioma, hay que hacerles ver que 120 whatssap en un día o en una mañana no es amor, es control.
¿Cambia el perfil de un maltratador entre un joven adolescente y un maltratador de 40 o 50 años?
Es la evolución. Un adolescente no convive, tiene sólo una relación afectiva y tiene muchas menos horas de control que una pareja estable que viven juntos. El poder en este caso es superior. Siempre decimos lo mismo, una mujer no puede salir de una situación de maltrato si no se separa de la pareja, no puede por mucha ayuda que tenga en terapias psicológicas para tratar el miedo, la culpa y la vergüenza, y para superar problemas como la ansiedad o la depresión, es que se destroza todo si después vuelve a casa. Ahora mismo no puede haber una salida del maltrato si no hay una separación física. Ésta es la principal diferencia. En el caso de las niñas adolescentes el problema es que no sólo educa la familia o el colegio, sino que también educa la sociedad a través de libros y películas como Tres Metros Sobre el Cielo o Crepúsculo. Después de esto cómo le explicas a una niña que no se entregue a su pareja, sino que esta entrega sea igualitaria. Si la protagonista de Crespúsculo deja de ser humana y se convierte en vampira por el amor de él, entonces el concepto de amor hace que sea dependiente.
Una mujer no puede salir de una situación de maltrato si no se separa de la pareja, por mucha ayuda que tenga en terapias psicológicas para tratar el miedo, la culpa y la vergüenza, porque todo se destroza si después vuelve a casa
¿Existe un perfil del maltratador?
No, no existe. Para ser mujer maltratada hace falta dos cosas: Ser mujer y estar con un maltratador. Una mujer que inicia una relación y ve indicios de desigualdad, o lo pone claro antes de tiempo o desaparece de la relación. Y también puede darse el caso de que haya desigualdad, pero se dé con un buen hombre y ahí no tiene por qué haber maltrato. Una mujer puede tardar en darse cuenta de que está siendo maltratada unos cinco años.
Siempre que se ha hablado del perfil del maltratador se ha dicho que es una persona que viene de familia desestructurada y que ha visto la violencia en su casa desde pequeño. ¿Siguen dándose esos parámetros?
A ver, no existe perfil. No pongamos perfiles, porque si los ponemos nos imaginamos a una mujer sucia con los pelos fatal, no arreglada y que no se cuida. Y es todo lo contrario, es una mujer normal que la situación de maltrato la lleva a una baja autoestima que hace que ya no le apetezca arreglarse. Vemos el fruto y pensamos que son las consecuencias de inicio. Y respecto a la pregunta, si un niño vive escenas de violencias de su padre con su madre en su casa acaba viéndolo normalizado, pero no tiene por qué ser un maltratador en el futuro, pero sí es verdad que es un factor de riesgo.
Una vez que detectan un caso en consulta, ¿cómo se lo hacen saber a la mujer?
Si la mujer es consciente de que sufre violencia de género es mucho más fácil trabajar con ella y se le ofertan todos los recursos con los que cuenta Salud, y después se le ofrecen los del IAM y los de Justicia, pero eso cuando está ya la mujer en fase activa. Sin embargo, la mujer que aún no sabe que está siendo víctima de maltrato lo que hace es justificar y minimizar al hombre. Esa mujer lo que hay que hacer es trabajarla psicológicamente para que sea ella misma la que identifique que está en una situación de maltrato. Eso se hace con una entrevista bio psicosocial, y se ve cómo repercute en su salud y en su cabeza, porque ese estado de estrés constante al final afecta en el estado de salud. Lo que hacemos es darle tiempo y que vaya dando pasos poco a poco, ofertándole todos nuestros recursos de salud y sociales.
