ANTONIO MARTÍNEZ MORENO. ÁRBITRO ASISTENTE DE PRIMERA

"Alcanzar la Primera División es una ilusión que está ahí, pero nunca ha llegado a ser mi obsesión"

Antonio Martínez Moreno posa para Córdoba Hoy
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Antonio Martínez Moreno es árbitro asistente y tras cuatro temporadas en Segundo, el pasado año logró ascender a la Primera División. Se estrenó este año en Vigo, junto al árbitro Munuera Montero, que vive en Córdoba, con el vigente campeón, el Atlético, para medirse al Celta de Vigo.

Es lo que tiene la Primera: Vas a estadios de peso a controlar encuentros de alto nivel y ante una grada que antes de la pandemia estaba llena de espectadores. Pero eso no le amilana tras haber estado desde los 13 años, es decir 23, dedicándose a gestionar ese tipo de situaciones. El cine lo refleja muy bien cuando el protagonista se concentra tanto que se omite cualquier sonido. Algo similar la pasa a él.

Todo ese tiempo con el pito o el banderín como armas, es bastante más de lo que se lleva dedicando a su otra pasión laboral: La enfermería. Hasta el pasado 2020 pudo compaginar ambas cuestiones, pero una vez en Primera, "firmamos por fin un contrato profesional, es decir, que somos deportistas profesionales y por esa misma razón tenemos que dedicarnos en exclusiva al arbitraje". De hecho, la enfermería la ha dejado un poco aparcada hasta que se retire, "que espero que sea lo más tarde posible".

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¿Dónde estaba ejerciendo la enfermería?

Estaba en Ciudad Real; he estado nueve años en el Hospital de allí.

¿Entonces ha vuelto de forma definitiva a Córdoba?

Sí. Tenía allí mi vivienda, pero he estado siempre a medio camino entre Córdoba y Ciudad Real. Desde septiembre de 2020 vivo en Córdoba.

¿Qué lleva a una persona a hacerse árbitro en lugar de jugador? Porque en ambos casos se empieza jugando al fútbol, ¿no?

La verdad es que jugaba al fútbol como casi cualquier niño de mi edad. Tuve una lesión a mitad de temporada en el tobillo que se me complicó. Hablo del año 1997, que no era como ahora, que las lesiones se recuperan muchos antes. Por aquel entonces me ocurrió antes de temporada y terminé la temporada lesionado y cuando me volví a incorporar al equipo había cambiado de categoría y casi que me quedé fuera del equipo. Tampoco es que fuera un virtuoso del balón y por aquella época mi hermano Salvi era árbitro y me planteó probar. Lo hice y a día de hoy creo que es una de las mejores decisiones que he tomado.

"Tampoco es que yo fuera un virtuoso del balón jugando al fútbol, y por aquella época mi hermano Salvi era árbitro y me planteó probar"

¿Se lo debe a su hermano, entonces?

Exactamente, sí. Él ya lo dejó hace dos años y ahora me he quedado yo, y por suerte he podido alcanzar el sueño de llegar a Primera División.

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Me lo ha insinuado antes, pero no iba usted para jugador profesional tampoco, ¿no?

(Se ríe). No, para nada; no era mi especialidad.

¿Cómo empieza un árbitro? Ascendiendo desde lo más bajo, es de suponer.

Claro. Se tiene que hacer un pequeño curso de formación. Te presentas a exámenes, Te vas formando. Unas pruebas físicas que cuando empiezas son más asequibles y comienzas con el fútbol base. Fútbol siete y poquito a poco te van introduciendo en partidos de asistente, que es lo que soy a día de hoy, árbitro asistente. De este modo vas escalando categorías por etapas y al cabo de los años, mientras vas pasando una serie de pruebas físicas y técnicas.

Es algo que haces a la vez con compañerismo y competencia, porque al final conforme vas ascendiendo de categoría vas 'peleando', entre comillas, con mayor número de compañeros. Empiezas a nivel local, luego es territorial y cuando llegas a categoría de profesional ya compites a nivel nacional.

Es como una pirámide donde en la base hay muchos más con los que competir y a medida que se asciende se va estrechando el número. ¿Es así la cosa?

Exactamente. Conforme vas subiendo de categoría hay menos plazas que cubrir. La competencia es menor, pero al mismo tiempo más complicada, porque compites con toda España y a un nivel muy alto para un número de plazas limitadas. Al final, estamos hablando de años que se hacen largos y duros, porque, aunque disfrutas y estás con compañeros, al final estamos peleando todos por el mismo puesto.

"La competencia es menor, pero al mismo tiempo más complicada, porque compites con toda España y a un nivel muy alto para un número de plazas limitadas"

¿Cuántos árbitros de Primera hay?

Hay 20. Y asistentes somos 40.

¿Sólo hay ésos? Son muy pocos.

Exacto. Por eso digo que llegar ahí es bastante complicado.

¿Era una de sus metas? ¿Siempre quiso llegar a Primera? Es más, ¿cualquier árbitro aspira a eso o cada uno conoce sus limitaciones y lo sabe?

(Duda un poco). Cuando comienzas es una ilusión, imagino que como cualquier árbitro que comienza, pero todos sabemos que es muy duro y muy difícil llegar. Cada uno sabe de sus limitaciones y al principio se ve como una ilusión y no como una obsesión, aunque siempre tienes esa esperanza. Antiguamente ocurría que muchos chavales que jugaban al fútbol y dejaban de hacerlo se acababan enganchando al arbitraje; hoy en día sigue ocurriendo lo mismo, pero además hay bastantes de ellos que directamente se vinculan al arbitraje porque es su pasión. No es sólo es que no puedan ser futbolistas, sino que hay gente que tienen claro que quieren ser árbitros.

Personalmente, cuando comencé no era mi ambición. No pensaba en la Primera División. Es un sueño, cierto, lo piensas, pero no iban por ahí los tiros. El arbitraje me sirvió para empezar a tomar responsabilidades desde pequeño. Aprendí a gestionar grupos desde muy joven, y eso me hizo madurar. Mi padre me lo decía: "Esto te va a servir para despabilar". Y es verdad, porque plantarte en un campo de fútbol, aunque sea con gente de tu misma edad, no es fácil y en los primeros años nunca tuve la ambición de llegar a Primera.

Lo que pasa es que pasan los años y vas viendo que asciendes y te planteas que puede ser una realidad, ¿por qué no?

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¿Dónde se formó? ¿Hay escuela de árbitros en Córdoba?

Por supuesto. Córdoba tiene una delegación, como en todas las ciudades. Yo empecé aquí en Córdoba y poco a poco, con eso cursos de formación de los que he hablado antes y luego cada año se siguen dando clases que en su época yo era el discente y hoy soy el docente. Porque los que estamos en Primera y Segunda División a nivel local en lo que podemos ayudamos en nuestras delegaciones y damos algunas clases a los compañeros de categorías más inferiores.

¿Cuál es la vida útil o práctica de un árbitro? ¿Es como la de un jugador de fútbol?

Desde el año pasado se retiró el límite de edad. Hasta el año pasado en Primera División se podía uno jubilar a los 45 años y en Segunda división, 41. Pero eso ya desapareció y ahora eso se mide por cómo uno se encuentre. Mientras tengas fuelle y una condición física que sea aceptable, es decir que pases tus controles físicos y técnicos, y mientras que tu actuación en el campo sea buena puedes mantenerte.

Al final nosotros también somos valorados ya cada año se adscriben a Primera dos árbitros. De Primera se puede pasar a Segunda.

"Cada uno conoce sus limitaciones y al principio la Primera se ve como una ilusión y no como una obsesión, aunque siempre tienes esa esperanza de llegar"

¿Se desciende?

Exactamente. Bueno, no hay ascensos y descensos como tales. Lo que hay es una incorporación a una categoría u otra. Entonces, si llegas a los 45 años y el Comité de Árbitros comprueba que estás bien físicamente y actúas bien en el campo puedes alargar la vida deportiva un poquito más. Ya sea en Primera o en Segunda División. Pero lo que hay que tener claro es que el límite como tal ya desapareció y hay que luchar cada año por mantener el físico y el nivel en el campo.

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Al final, como pasa con los jugadores que luchan por su equipo y por marcar goles y hacerlo lo mejor posible, nosotros, los árbitros, también tenemos que tratar nuestra profesión lo mejor posible.

Se supone que arbitrar en Primera y en una de las mejores ligas del mundo debe de pesar, quiero decir que es una responsabilidad enorme y se debe notar.

Sí. Sin duda. Fíjate que el próximo partido en el que actúo es el Celta-Atlético (la entrevista se hizo la semana anterior al inicio de la Liga, porque el Comité no permite que se concedan con la competición ya en juego) y cualquiera diría que no es cualquier cosa. Lo que ocurre es que al final son tantísimos años, en mi caso desde los 13, metiéndome en partidos con equipos en alza o en barrios complicados, era mi presión cuando era un niño. Ahora se traslada a otra categoría, en fútbol profesional, y es otra presión, pero ya llevas conviviendo con esa sensación tantos años que al final, una vez que estás en el campo, aunque estés delante de 50.000 o 60.000 personas, te acostumbras y te aíslas de todo eso para hacer lo mejor posible tu trabajo. La verdad es que como tienes que estar tan concentrado y tan metido en el partido y ya estás hecho a eso, que no impresiona tanto.

¿Cuántos árbitros de Primera ha habido en Córdoba?

Pues ahora mismo está Munuera Montero, que es con quien yo voy este año, que es de Jaén, pero está afincado en Córdoba desde hace 10 años. Anteriormente estuvo Rafael Ramírez Domínguez, que estuvo 10 años en Primera, de 2000 a 2011. También estuvo José Manuel Matías Caballero, asistente que estuvo hasta hace dos años, y permaneció 14 años en Primera y anteriormente hubo otro asistente que se llamaba Márquez Navarro, de la década de los 90'.

No son muchos, ¿verdad?

No. Nosotros nos catalogamos por comunidades y no por ciudades. ¿Cuantos andaluces hay en Primera? Tres, ¿cuantos madrileños? Tantos. Es a nivel territorial. Pero luego de cada ciudad concreta es difícil que llegue un número elevado. Es muy complicado.

Ahora están cinco andaluces en Primera, tengo entendido.

En Primera hay tres árbitros y tres asistentes de Andalucía. Somos seis.

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Y usted es uno de los tres asistentes. ¿Qué tendría que hacer para dar el paso a árbitro?

No se puede. Son cuerpos específicos. Está por un lado la plantilla arbitral y por otro, la de árbitros asistentes. No hay posibilidad de dar el salto de una a otra. Yo en su momento, hace unos 10 años decidí entrar en el cuerpo específico de asistentes y una vez que estás dentro, que empieza en Tercera División, vas ascendiendo por esa línea. Ya no puedes pegar el salto hacia el otro lado.

"Árbitros y asistentes son dos cuerpos específicos diferentes; cuando eliges uno ya no puedes dar el salto al otro"

Lo suyo es lo que antes era el linier de toda la vida con el banderín, ¿no?

Sí. Correcto.

Es decir que de usted dependen los fuera de juego.

Entre otras cosas. Los fuera de juego es nuestra labor principal y la más complicada.

Precisamente, ¿está a favor de que se mantenga el fuera de juego en el fútbol?

Sin duda. En caso contrario el fútbol pierde su sentido de táctica y de estrategia. Todos los movimientos que se entrenan ahora desaparecerían y el fútbol, sería otro. Sin fuera de juego, el fútbol sería como lo que juegan los niños, con uno siempre esperando en la portería el balón.

Para que queden las cosas claras. ¿A los árbitros también se les puede descender de categoría?

Sí. Como he dicho, tenemos unas valoraciones en cada partido y si al final de la temporada has tenido un año en el que por circunstancias no se hayan dado bien las cosas en los partidos o has tenido mala suerte en ciertas decisiones, en base a nuestro rendimiento, tanto técnico como físico, porque también pasamos nuestras pruebas físicas durante la temporada, todo eso englobado al final del año provoca movimientos.

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¿El siguiente paso es internacional, o eso ya va de la mano con el hecho de llegar a Primera?

Al igual que hay movimientos al acabar la temporada, también hay una serie de árbitros y de asistentes internacionales en España y si hay un año en el que se queda una vacante o un hueco para que se asigne un nuevo internacional, así se hace. También en base al rendimiento y el Comité decide al final de cada temporada a quien se le asigna la internacionalidad.

Personalmente, no me obsesiona. Nunca me ha obsesionado subir a Segunda B, ni a Segunda ni tampoco a Primera, y aun así te digo que era una ilusión. Con esto de la internacionalidad, lo mismo. Es una ilusión que si llega, ojalá porque sería un tope, y si no llega... A ver, que llegar a Primera fue para mí un auténtico sueño, es mi segunda temporada y espero que queden muchas más por delante.

"Sin el fuera de juego el fútbol pierde su sentido de táctica y de estrategia; sería como lo que juegan los niños, con uno siempre esperando en la portería el balón"

¿Le cambió mucho la vida al llegar a Primera y cambiar de categoría?

Bueno. Creo que eso va con cada persona. Sí me ha cambiado en el sentido de que ahora somos profesionales y he tenido que dejar mi otro trabajo como enfermero. Al final son dos trabajos que me apasionan, que antes compaginaba muy gustosamente, que incluso yo muchas veces los he comparado, porque al final yo de los nueve años que estuve en Ciudad Real, gran parte de ellos, siete, estuve trabajando en Urgencias. Cuando salía a aviso domiciliario en la cabeza del equipo estaba el médico y yo era su enfermero y eso se asemejo mucho al campo de fútbol, donde está el árbitro y yo de asistente.

Personalmente, el cambio mayor es que ahora ejerzo exclusivamente de árbitro asistente y debo aparcar la enfermería durante unos años. Por lo demás, sigo siendo el mismo, sigo entrenando aquí a diario con mi compañero Munuera. Sigo teniendo a mis amigos, a mi familia. Creo que el cambio es el que uno mismo quiera darle.

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¿La vuelta a la enfermería, dentro de muchos años, va a ser fácil?

(Duda). Al final es algo que has hecho durante muchos años y no se olvida. Pero sí es verdad que cuantos más años pasen un poquito más me costará reengancharme, pero pienso que tampoco me costará en exceso y aún así, pese a no ejercer, sigo formándome, sigo leyendo, viendo cosas nueves, hablo con mis compañeros. Así que me costará un poquito, como pasa con cualquier cosa que dejas de hacer durante un tiempo, pero rápidamente me adaptaré, seguro.

"Se pueden comparara mis dos profesiones: Como asistente doy cobertura al árbitro, como enfermero en salidas domiciliarias el médico lidera el equipo y yo le asisto"

¿Sería de nuevo en Ciudad Real?

No. Ya digo que espero que falte mucho para eso (se ríe), pero me quedaré en Córdoba. Todos los años que he estado en Ciudad Real he estado puntuando en bolsa y fui acumulando una puntuación suficiente que me permite quedarme aquí en la ciudad.

¿Cuál ha sido su peor momento como árbitro?

Por suerte, en mis inicios, que es una etapa más complicada y es cuando realmente el árbitro sufre, porque ahora en Primera y en Segunda somos todos unos privilegiados, porque cada vez hay más educación futbolística y deportiva, pero los años iniciales, cuando estás con la ilusión de empezar, muchos compañeros deciden dejarlo porque es difícil ir a ciertos campos, a ciertos pueblos, porque allí todavía hay una cultura un poco menos evolucionado deportivamente hablando. Es cuando se intimida a los árbitros, se les insulta. Por suerte eso ya está mejorando mucho y desde el Comité Andaluz se está trabajando mucho también para paliar todo ese tipo de comportamientos.

Entonces, mi peor momento, quizá, está en los inicios, cuando me sentía algo indefenso en ciertos campos y eres joven e inexperto y tienes que aprender a salir de situaciones complicadas.

Muy diplomático. ¿Y lo mejor? Algo que le haya llenado de orgullo, y no me vale que me diga que fue el acceso a Primera.

(Se ríe). Es que es complicado ver otro momento como ése. Es que se trata de una llamada que te cambia un poco, no la vida, porque como ya he dicho no cambia a nivel general, pero te hace saber que has cumplido tu sueño. Es el momento que elegiría. Si tuviera que elegir otro aparte de ése, te respondería que el día que me dijeron que era de Segunda. La verdad es que hay muchos buenos momentos en el arbitraje, porque conoces a mucha gente, tienes muchos contactos, muchos compañeros, muchos viajes.

Conoces a gente en muchos puntos de España que luego fuera del arbitraje sabes que los tienes ahí si vuelves a ese mismo sitio al margen del trabajo. El arbitraje no sólo es ir a buenos campos y buenos estadios con partidos de altísimo nivel. Te deja muchas más cosas buenas.

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