JESÚS TORRES, PRESIDENTE DE JUGAMOS TOD@S

"Estoy seguro de que existe un juego, mejor dicho muchos, para cada tipo de persona"

Jesús Torres Castro posa para Córdoba Hoy
photo_camera Jesús Torres Castro posa para Córdoba Hoy

Cordobés, de la Fuensanta donde se crió, el juego se le metió dentro desde muy pequeño. Jugaba con su hermano con el parches y cualquier cosa que salí por entonces, como el Monopoly. Pero en su caso, y en el de su hermano, NUNCA dejó de jugar, al contrario que la mayoría que cuando crece y va madurando y sí deja el juego. Eso sí, los juegos con el tiempo han ido evolucionando, y mucho, pero siempre, siempre, siempre han estado en su vida, hasta el punto de que a día de hoy Jesús Torres es autor y creador de juegos.

Hoy preside la Asociación Cultural Jugamos Tod@s, que se han sacado de la manga uno de los festivales más divertidos del mundo, con sus propias características y su alma propia, que atrae a jugadores de todos los rincones del país y de más allá de las fronteras.

Jesús Torres Castro posa para Córdoba Hoy
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¿Cómo se pasa de jugar a crear juegos?

Yo creo que es algo normal. Hay mucha gente que le gusta la lectura y se anima a escribir. Cuando tú juegas mucho y te encanta, se te van ocurriendo ideas, te inspiras, y cuantos más juegos conoces y pruebas se te van ampliando las ideas.

¿Y cómo nace la Asociación Cultural Jugamos Tod@s?

Está totalmente ligada al Festival. En Córdoba había un grupo de gente que jugaba, éramos amigos, y la afición era realmente extensa. Se da la circunstancias de que la pasión por los juegos se va 'contagiando' entre amigos y al final se extiende y se amplía con bastante facilidad.

Cuando quisimos dar a conocer los juegos más allá de nuestro círculo íntimo para que fuera algo más público contactamos con Diputación para hacer las Jornadas Surol. Nos respondieron que un grupo de amigos no bastaba para organizar algo y que nos debíamos constituir en asociación. Así que el origen de la Asociación fue tres meses antes del germen del Festival, que por entonces, en 2006, era una cosa mucho más pequeña y así fue.

¿Por qué contactasteis directamente con la Diputación?

Como te he comentado estaban las Jornadas de Surol (léase Sur Rol) y nosotros como meros aficionados veníamos  con juegos a esas jornadas para enseñar a la gente a jugar. No había otras jornadas en Córdoba parecidas; era algo pequeño, pero nosotros cogíamos una mesa e invitábamos a la gente a jugar.

El siguiente paso fue ponernos un poco más serios y para ello nos pidieron que nos asociáramos.

¿Con cuantas personas nace?

En un principio la fundamos cinco personas y alguno más que se quedó ahí en los alrededores. Unos siete, al fin y al cabo. Después del primer Festival ya muchísima gente se unió a la Asociación e invitaba a sus allegados a que hicieran lo mismo. La mayoría de las actividades que hacemos son abiertas al público.

Hablamos todo el tiempo de juegos de mesa y no de videojuegos. ¿Cómo es que las maquinitas, que aducen a las nuevas generaciones, no han acabado con el tablero de cartón?

Tengo que recordar que en su momento se advirtió que los juegos de mesa estaban en peligro de extinción con la aparición de los videojuegos y las aplicaciones en móviles y tablets. Fue un fenómeno que no llegó a cumplirse. En Francia y en Alemania, por ejemplo, los juegos de mesa siempre han estado presentes en la sociedad. En España, es cierto que en la década de los 90' del siglo pasado y al principio de los 2000 hubo un cierto retroceso en la venta de juegos de mesa, pero con todo no llegó a desaparecer.

Jesús Torres Castro posa para Córdoba Hoy
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Yo creo que es algo asociado a la relación social. Los videojuegos aportan muchas cosas, los de mesa aportan otras. En los de mesa su mayor virtud es que supone un puro acto social de relación directa. A veces más que el juego en sí, importa con quien estás jugando, que son ese grupo de personas que te importan, amigos, familia, tus hijos o lo que sea.

Hoy en día hay una cantidad de juegos de mesa ingente; son juegos modernos. Si no estás familiarizado con los juegos te lo podría comparar con la literatura, con una biblioteca, donde puedes encontrar libros infantiles, de adulto, de humor, bélicos, en fin. En el caso de los juegos de mesa es bastante similar.

En realidad lo conozco, pero de hace muchísimo tiempo, de cuando estaban los juegos de Nike & Cooper (NAC).

Pues te gustará saber que han vuelto. El pasado año. NAC en su momento, en 1987, quebró y nunca se había sabido quiénes habían hecho esos juegos. Después de mucho tiempo, hace un año y medio, una gente que funciona con podcast de juegos lograron localizar a los fundadores. Por fin se sabe quiénes lo hicieron , lo que ocurrió en la empresa. En estos últimos dos se ha sacado a la luz los entresijos de la firma.Y se han puesto otra vez a vender juegos y han vuelto. Era un misterio y ahora por fin hemos podido saber un poco más de lo ocurrido y de su historia.

La verdad es que desde que yo jugaba a librar batallas sobre el tablero, coincidiendo con la aparición de los juegos de rol y su auge, han transcurrido un porrón de años. Los juegos han evolucionado muchísimo y te puedes encontrar absolutamente todo tipo de juegos con numerosos complementos y acompañamientos para divertirse cada vez más. ¿Los juegos son una mera cuestión social, o van más allá?

Yo insisto en que lo más importante, sin duda, es con quién juegas. Hay gente que le puede gustar más otros tipos de juego, pero a mí, en concreto estoy abierto a prácticamente a todo y me gusta jugar con gente diferente. Si estoy con una familia con niños pequeños, me adapta a esa situación, si estoy con personas a las que les gusta la estrategia podemos jugar a un juego más complicado. Por eso, la gente con la que estás es importante. En Jugamos Tod@s intentamos expandir esa filosofía.

Es saber adaptarse a las circunstancias. Vuelvo al símil de los libros, si le das una lectura inadecuada a una persona o a un niño, sin ir más lejos, con una historia no pensada para él, seguro que se aburre y no lo acaba. El caso es encontrar ese juego adecuado y te puedo asegurar que cada persona tiene su juego.

Una vez superada la barrera ésa de que mucha gente piensa que los juegos son infantiles o que son muy complicados todo fluye. Existe un juego, mejor dicho muchos, para cada tipo de persona.

Personalmente, me interesa mucho la cultura del juego, cómo se ha desarrollado el juego de mesa, los grandes autores de la historia, pero eso es algo personal mío: Intentar profundizar más en ese campo cultural.

¿Hay trabajos sociales elaborados al respecto?

Realmente, pocos. Hay algunos estudios históricos que hablan del juego en general en la humanidad, cómo se ha ido desarrollando, como Homo Ludens, del holandés Johan Huizinga, pero el campo del juego de mesa está todavía virgen. Es realmente un campo por desarrollar.

Lo curioso es que me haya usted destacado en más de una ocasión la importancia de los juegos en la relación humana y que no haya sociólogos que se hayan metido a estudiar en profundidad ese fenómeno.

Existen algunas tesis doctorales, pero insisto es que es una materia sin tocar. Los juegos de mesa en su conjunto se han expandido en la sociedad en los últimos años, en Francia y Alemania, fundamentalmente, aunque están a lo largo y ancho del mundo. Y hay algunos trabajos, pero son incipientes. Sin duda, estoy convencido, veremos muchos más trabajos al respecto en el futuro.

¿El jugador tipo de juegos de mesa le gusta tocar todos los palos o se especializa en lo que son sus gustos naturales?

Los gustos personales influyen mucho, pero como te comentaba antes, al menos desde la Asociación intentamos que la gente juegue a todo tipo de juegos, luego cada cual derivará hacia lo que realmente le llama y tendrá sus preferencias. Lo que te puede gustar a ti, a mí me puede gustar menos. Pero es como las películas que las puedes ver con diferentes ojos.

Pero usted, de manera personal, cuando le ofrecen jugar a algo, es de suponer que como mínimo preguntará de qué va el juego. ¿Siente repulsa sobre determinadas temáticas?

Puede haber temáticas más o menos agradables. Personalmente, por ejemplo, los juegos de guerra, los war games,  no me gustan tanto. Me cuesta trabajo matar personas aunque sea de forma figurativa sobre un tablero. Prefiero luchar contra arcos o dragones, prefiero imaginarme luchando contra el Mal más de fantasía que viendo soldados muriendo. Ya te digo, puedo jugar a war games dependiendo de la compañía, pero prefiero no jugarlos si me dan a elegir.

Jesús Torres Castro posa para Córdoba Hoy
Jesús Torres Castro posa para Córdoba Hoy

Bueno, me refería no sólo a la guerra, sino a todo tipo de temática.

Es un gusto personal mío, pero en este momento no sabría decirte otra temática que no me guste.

¿Es compatible el juego de mesa tradicional, con tablero, con los videojuegos?

Son mundos diferentes. La pandemia ha sido un momento en que muchos juegos de mesa, muchas marcas, han sacado versiones electrónicas. Estábamos todos encerrados y era el momento de expandir ese campo. El uso de las tablets y los dispositivos electrónicos cada vez más permite que hay muchos juegos de mesa que se puede practicar con esos medios, ya sea en solitario o en red con otras personas.

Pero hay que reconocer que la experiencia es muy diferente. No es comparable jugar a distancia que cara a cara. Aquí mismo en el Festival tenemos cientos de mesa con personas jugando y no es lo mismo que cuando ves a alguien jugando con una tablet. La experiencia vital no es la misma.

Vamos a hablar un poco de lo que ocurre en Córdoba. ¿Qué tiene esta ciudad para haber concentrado en su seno este evento multitudinario?

Realmente fue Jugamos Tod@s quien posibilitó esto. Cuando comenzó el Festival hace 17 años, los lugares donde se vendían juegos de mesa eran, por supuesto Madrid y Barcelona, por razones obvias, pero en tercer lugar estaba Córdoba.

¡Ah! ¿Sí?

Sí, sí. Eso viene siendo así desde hace unos años y supongo que se debe a la labor de la Asociación y a que quienes les gusta los juegos de mesa en Córdoba han ido expandiendo la afición y se ha ido creando un poso en la ciudad que años después, de alguna manera, se ha tenido que asentar.

También es verdad que todos los que han recibido un premio en este Festival, o el propio creador invitado, Jean-Louis Roubira, han destacado que el de Córdoba es el mejor festival en el que han estado. ¿Cómo se come eso?

Existen muchos festivales en el mundo. Los hay inmensos, mucho más grandes que éste. Pero es verdad que el de Córdoba tiene algunos elementos que le permiten tener un alma un poco diferente. Una de ellas, aunque pueda parecer mentira, es poder jugar al aire libre, en los patios de La Merced, y en eso los europeos que vienen a visitarnos se quedan sorprendidos, porque no conciben que se pueda jugar al aire libre y menos en octubre, y con calor. Tenemos, además, un escenario histórico de lujo como es el palacio, que permite tener un ambiente como éste.

En otros festivales puedes ver juegos más serios o tienes especialidades como que estén dirigido a un público infantil. En Córdoba tienes todo eso mezclado. Hay personas jugando de todo tipo, porque hay una inmensa variedad de juegos: Los hay más divertidos o alocados, los y más serios; y ese ambiente tan variopinto y diverso creo que es el verdadero alma del Festival.

¿Me ha parecido entender que el resto de festivales están especializados en alguna materia o público?

Digamos que son festivales más comerciales. Se dedican, quizá, puramente a la venta de juego y es el fin último por lo que se organizan. Hay también festivales profesionales, donde se va a hacer negocio. Aquí en Córdoba, ése no ha sido nunca el objetivo, o, por lo menos, no el principal. Éste, el nuestro, es gratuito, y así debe seguir siendo porque nuestro objetivo es difundir los juegos. Esto está abierto por completo, no hace falta ni saber nada de antemano ni gastar nada para entrar.

Entras, te recibimos y te hacemos jugar. Eso es algo muy particular del Festival de Córdoba.

Lo que me está indicando es que una de las grandes diferencias de Córdoba con respecto al resto del mundo es que se trata de un Festival divertido con todas las letras frente a otros más serios.

Puede ser. Más serios o te digo otra característica: El Festival más grande del mundo de juegos de mesa es el Spiel Essen, en Alemania, que se celebró precisamente la semana pasada, aunque normalmente era a finales de octubre, pero también se celebra siguiendo unas vacaciones alemanas que se mueven con la luna como la Semana Santa española. Es enorme y concentra a cientos de miles de personas, con su entrada y con su protocolo y supone otra forma de ser diferente a la nuestra.

Esa apertura al público y a la sociedad sí es algo característico y propio de Córdoba. En este sentido, Córdoba se puede considerar un festival único y siempre hemos intentado mantenerlo así.

Jesús Torres Castro posa para Córdoba Hoy
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Desde el primer año que lo organizaron hasta la fecha, ¿en qué ha cambiado? ¿Cómo ha evolucionado?

Por lo pronto, la primera aventura éramos siete amigos y amigas que decidimos hacer ese encuentro de juegos. Eso hizo que conociéramos a mucha gente más, la Asociación comenzó a crecer y al ritmo que crece la Asociación, crece también el Festival. Ya el Festival no está sólo en nuestras manos, sino que hay otras asociaciones amigas de Andalucía, porque hace falta ayuda para hacer esto. El Festival ha ido creciendo, pero el espíritu original no ha cambiado, sigue siendo el mismo.

Por cierto que otra característica propia nuestra desde el primer momento es que para visibilizar la cultura del juego teníamos que ponerle rostro a los autores de los juegos. Se da la circunstancia de que en el Siglo XX éstos no aparecían en la portada d los juegos. Todo el mundo jugaba al Monopoly, pero nadie sabia quien lo había elaborado. Ni el Trivial ni el Cluedo... Y fue, precisamente Alex Randolph, que nació hace 100 años y al que dedicamos aquí en el Festival una exposición, el primero que luchó por hacer que los nombres de los autores aparecieran en las probadas, como ocurre con los libros.

Si lees artículos de prensa relacionados con los juegos de mesa verás que normalmente ni se cita a las personas que lo han creado. Cosa absolutamente imposible cuando un crítico hace una reseña de literatura o teatro. Si es imposible hablar de un libro sin mencionar al autor, nosotros pensamos que con los juegos de mesa debería ocurrir otro tanto.

Es de suponer que ya están peleando por ello, porque le dan mucha importancia al creador de juegos y suelen invitarlos a las diferentes ediciones del Festival. De hecho, usted mismo es un creador de juegos.

Sí. tengo algunas cosas publicadas. Como he indicado antes, los juegos no son un producto comercial. Me explico, lo son porque se venden, eso es de lógica, pero también son, y sobre todo, cultura, y vuelvo al ejemplo de los libros que llevan el nombre en la portada y el hecho de conocer al escritor permite conocer su estilo, seguir su carrera, incluso concederles premios por ser Cultura con mayúscula.

Pues nosotros decimos que los juegos son cultura, y lo son de la misma manera que lo son otras obras culturales. Tienen una serie de personas detrás una serie de ideas que se desarrollan y al final termina siendo un producto artístico que al final se acaba vendiendo y permite que la gente saque diversión de la caja, en vez de mirar una pantalla en el cine o las páginas de un libro. En este caso, la cultura viene envuelta en una caja. En ese proceso la creación tiene un peso importante.

Por tanto, este Festival de Córdoba se afana en dar a conocer a los creadores.

Creemos que eso visibiliza que los juegos no son un producto puramente diseñado por una empresa. Son obras culturales con autor y un trasfondo. Se trata de conocer a una persona, lo que le mueve a ser como es y cómo lo plasma en su trabajo y cómo evoluciona en su carrera, hasta que empiezas a reconocer su estilo. Entre nosotros cuando aparece un juego nuevo vemos al autor y ya nos dice mucho de lo que puede pasar con él y nos incita a adquirirlo. Eso aporta contexto cultural a la creación y la publicación de juegos de mesa.

¿Cómo ve el futuro del Festival?

Este año el Festival ha crecido. Tenemos la carpa que nos ha dejado la Diputación y nos permite tener 200 mesas más, pero nos hemos quedado corto. Estamos viendo mucha gente de pie por todas partes buscando un rincón donde jugar. Y uno de nuestros objetivos fundamentales es que no vuelva a pasar esto y consigamos que todo el mundo que venga a jugar pueda encontrar su espacio.

¿Y qué van a hacer al respecto?

Sobre, esto ha sido un poco sorprendente. No podemos ocultar que estamos muy contentos del éxito del Festival, Si había alguna duda de cómo iba a responder la gente después de los dos años de pandemia, la misma tarde del viernes se disiparon por completo. No sólo con gente de Córdoba, sino de toda España e incluso de Bulgaria o Argentina que han venido de tan lejos a poner su expositor.

Los planes de futuro, ahora mismo en plena celebración de la actual edición todavía no puedo adelantarlos. Pensaremos qué hacer en cuanto finalice el Festival.

¿Pero han notado si la Diputación se les ha quedado pequeña?

En cierto modo, sí. Pero eso empezamos a verlo antes de la pandemia. El problema en Córdoba es claramente de espacios, y más en los últimos años, que nosotros nos dedicamos a ofrecer actividades de cara al público y cada vez es más difícil conseguir espacios públicos para cuestiones como nosotros las hacemos que son de cara al público y sólo buscamos un espacio para ello. Eso ocurre a pequeña escala con centros cívicos cerrados los fines de semana, con horarios cada vez más restrictivos, que tenían su justificación con la Covid-19, pero ahora ya no existe esa excusa.

Estamos notando que cada vez es más difícil tener espacios para celebrar actividades y eso lo estamos notando en el desarrollo de esta ciudad. Digo, por tanto, que se aplica a eventos pequeños, y se aplican con más motivo a eventos como éste donde nos hace falta que las instituciones colaboren con este proyecto que se abre a toda la ciudadanía en general.

Jesús Torres Castro posa para Córdoba Hoy
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¿Cree que el futuro Centro de Exposiciones, Ferias y Convenciones (CEFC) puede ser una solución?

Ese parque tan lejos de la ciudad y en el sitio en el que está sería muy diferente a como lo celebramos ahora. En principio, te diría que no. Es que un Festival como éste, abierto a la ciudadanía, que la gente pueda salir y entrar sin restricciones, ir a un bar a reponer algo de fuerzas, necesita la proximidad de la ciudad. Aparte es que la Diputación está en el mismísimo corazón de Córdoba, estático a mano y es un espacio fenomenal. 

Entonces va a ser complicado, a no ser que la carpa actual se multiplique por dos.

Bueno, ya veremos. Hay algunos festivales muy majos en Francia, como el Festival de Juegos Flip Parthenay Deux Sevres, cerca de Poitiers, que es muy famoso y es igualmente abierto y dura semanas. Es un festival de ciudad y toda la población se implica, se celebran eventos en diversos lugares . No sé, lo digo por imaginar que eso pudiera ocurrir aquí: Juegos de mesa en La Merced, en Orive y en otros rincones preciosos que tiene la ciudad y que pueden ofrecer espacios para esto.

Córdoba, además, se presta a eso, porque es muy cómoda para desplazarse por ella.

Están trayendo a gente de bastante peso en materia de creación. ¿Son ellos los que se ofrecen, son ustedes los que hablan con ellos?

Desde el primer Festival, en 2005, que no teníamos ni presupuesto ni nada de nada, como queríamos hacer ver que los juegos los hacen personas invitábamos a un autor. Es algo que pensamos desde el minuto uno. El primero fue Roberto Fraga, una persona que ni sabíamos que era español, porque es de una familia exiliada por el franquismo y se fue con un año a Francia. Desde entonces Roberto ha hecho amistad con nosotros y él y su mujer son socios honorarios de Jugamos Tod@s y todos los años vienen aquí a jugar.

En la segunda edición invitamos a otro, el más grande autor que había en ese momento, que era el alemán Reiner Knizia, y el tercer año hicimos lo mismo con alguien que se quedó asombrado porque nos dijo que era la primera vez que le invitaban a un festival, que era el británico Martin Wallace. Luego fue invitado a muchos festivales más. En 2007 o 2008 que fue cuando ocurrió aquello a nadie se le había ocurrido invitar a un autor a un festival.

¿Entonces ustedes han abierto camino en ese sentido? ¿Son pioneros?

En ese aspecto, cuando nos lo fijo el propio Wallace nos quedamos un poco sorprendidos. Le dijimos claramente que él era muy famoso dentro del mundo en el que nos movemos y que no entendíamos que a nadie se le hubiera ocurrido llamarle para hablar de su crecían y de su obra.

¿Y estos creadores qué dicen de lo que tienen ustedes montado en Córdoba?

Alemania es un país central, y en los últimos años digamos que el Hollywood de los juegos de mesa está en Alemania, están los editores más importantes, los juegos que más se venden salen de allí; en fin, es un país principal dentro de este mundo. Pero a nosotros nos dicen que este espíritu de ver a tantísima gente jugando a juegos diferentes a la vez, en los que en una mesa hay un juego extremadamente complicado con personas muy concentradas, mientras que en la mesa de al lado se están partiendo el pecho con otro juego, eso es algo que no lo han´pian visto ni experimentado en otros sitios. Eso nos lo han dicho todos de forma repetida, que les sorprendía

Vuelvo a incidir en la diversidad que ofrecen los juegos de mesa. Y eso genera un ambiente único.

Creo que hay algo mutuo en este sentido. Porque aquí existe mucho interés del público por esos creadores.

A modo de ejemplo, este sábado ha estado firmando juegos (el Dixit), Jean-Louis Roubira, en el Salón de Actos, y se ha pasado cuatro horas atendiendo a su público. Ha dicho claramente que si la gente espera por él, él espera por la gente. Está encantado, la experiencia ha sido buena y se genera esa complicidad necesaria entre autor y quienes disfrutan de su obra.

En general, en el mundo de los juegos de mesa, todo el mundo que ha venido aquí son gente maravillosa porque viven de la misma pasión, nos comunicamos unos con otros, hacemos amistades y conseguimos magníficas experiencias. Ese tipo de público para los autores es muy especial.

¿Córdoba es una ciudad de creación?

A raíz también del festival, sí. Se fundaron empresas editoriales, tenemos varias en la ciudad, hay cerca de una decena de autores con juegos publicados. En fin, que sí. Incluso a un nivel de pura economía hay editoriales cordobesas que venden aquí y en el resto del mundo, como Átomo Games.

Jesús Torres Castro posa para Córdoba Hoy
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¿Usted se mueve por el mundo?

Te diría que sí, pero no es el caso de los últimos años. El 'Jesús prepandemia', sí, porque mis vacaciones y mis viajes estaban enfocados al mundo de los juegos. Si vamos a un festival o a un encuentro, aprovechas y haces turismo. Estoy en contacto dentro del mundillo con autores amigos y que conoces precisamente en los festivales, porque viven en cualquier lugar del mundo, pero un festival importante, son un punto de concentración y de reunión fundamental, aunque sea una vez al año.

¿Se podría considerar que Córdoba está ya dentro del circuito mundial?

No es tampoco nuestro objetivo ni es tampoco lo que andamos buscando. Pero sí te digo que la barrera fundamental es el idioma. La Feria de Essen es de carácter mundial y todo se mueve con el uso del inglés, aunque sea en Alemania. A Córdoba viene gente extranjera evidentemente, pero son minoría y el idioma es un handicap. Si te digo la verdad no me imagino a todo el mundo hablando en inglés en Córdoba.

¿De dónde se ha desplazado la gente?

¿Te refieres a marcas y editoriales?

A todo un poco.

Para esta edición del Festival teníamos una idea en la cabeza a modo de hilo conductor, que era el reencuentro tras dos años in poder estar juntos. En ese sentido ha sido muy emocionante. Te digo que de España han venido de todos los rincones, Galicia, Euskadi-País Vasco, Catalunya, por citar los más lejanos, y ya te he dicho que han venido de Argentina. De Sudamérica todos los años suele venir alguna, hay franceses, portugueses, por supuesto, y como editoriales las tenemos gallegas, de Barcelona, Cádiz, de Argentina, de Bulgaria. Solemos tener con nosotros a una editorial japonesa, que ha estado en varias ediciones con nosotros y que este año no ha podido ser por la Covid.

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