Hablar de peñas en esta ciudad es para muchos sinónimo de amistad, aficiones, tiempo libre y el indispensable medio de fino. Para otros una metáfora del inmovilismo y de una Córdoba algo anticuada o caduca. Después de 20 años de mandato de Francisco Castillero, el nuevo presidente de la Federación de Peñas desde el pasado 20 de octubre, Alfonso Morales, se ha propuesto que esa segunda mitad de ciudadanos reconsideren su postura y que los primeros consoliden su confianza en estas asociaciones. El propósito es complicado. Con una edad media muy alta, escasa presencia en las redes y décadas dedicadas en muchos casos a tradiciones con escaso arraigo en los jóvenes, renovarse o morir no es una mera frase hecha en este caso, sino una realidad. Y urgente.
Renovarse o morir parece ser la cuestión. ¿Cómo llegar a personas más jóvenes? Si se mira el listado de peñas muchas están dedicadas a aficiones que ya no conectan en absoluto con ellos.
Hay peñas de todo tipo. Deportivas, taurinas, flamencas, de copla, de senderismo, canaricultoras...Las peñas no son dominó y perol. Las peñas son cultura, son tradición. Y también deporte. Vamos a empezar por el deporte, organizando competiciones donde participen todos, padres e hijos, por ejemplo fútbol sala o pádel. El patrón de las peñas es San Rafael, también queremos poner en marcha ese día un pregón joven. Otras medidas serían actividades musicales, no sólo copla o flamenco, música que pueda atraer a la juventud. Estamos también en conversaciones con la concejalía de juventud del Ayuntamiento para ver si se puede poner en marcha una Tarjeta Joven Peñística que se pueda utilizar en diversos eventos del municipio. Todos los colectivos de Córdoba, salvo la Agrupación de Cofradías, nos vamos haciendo mayores. Tenemos que intentar renovarnos poco a poco.
Ha comentado que, por ejemplo, la Agrupación de Cofradías sí que ha logrado conseguir esa renovación. ¿Qué le ha ocurrido a las peñas?
No hemos sabido contar con la juventud. A la juventud hay que escucharla y ver lo que quieren hacer también. Y respetar sus decisiones. Porque tener a la juventud para decirle veme a por un paquete de tabaco... bueno, ahora se fuma menos (ríe). A la juventud no se la puede tener, como se dice vulgarmente, de jarrillo de mano.
En la propia elecciones de las peñas llamaba la atención el recurso a las presentaciones con voces de "presente", como al pasar lista antiguamente. Remitía en cierto sentido a un mundo sin internet que además se percibe en una escasa presencia en las redes sociales o el movimiento de la página web.
Hay un vocal, Juan Serrano, que está encargado ya de las nuevas tecnologías. Tanto la página web como el Facebook está empezando a actualizarse todos los días y se van a seguir potenciando, otra asignatura pendiente.
Otro de los pilares del nuevo mandato iba a ser la cultura.
También queremos ampliar los temas culturales, por ejemplo con charlas, conferencias o coloquios. Y contribuir al conocimiento de la ciudad mediante recorridos monumentales. El año que viene lo vamos a ampliar a la provincia gracias a un convenio con Diputación. También vamos a aumentar la relación con otros colectivos de Córdoba, como cofradías, asociaciones de patios, agrupación de carnavales o asociaciones de vecinos. Queremos retomar también la relación con las peñas malagueñas, una relación que era fuerte y se terminó hace unos 20 años. Llegó a ser muy estrecha. Hubo dos convivencias, una en Iznájar y otra en Humilladero, donde peñas malagueñas y cordobesas llegaron a reunir a 10.000 personas a principios de los 90. En Málaga hay en torno a 150 peñas. Esa relación no debió dejarse nunca.
Vamos a aumentar la relación con otros colectivos de Córdoba, como cofradías, asociaciones de patios, agrupación de carnavales o asociaciones de vecinos
En Córdoba a veces da la sensación de que hay una división entre la gente que ve bien a las peñas y otro grupo amplio que las desprecia como algo rancio o anticuado.
Se habla de las peñas de Córdoba desde los años 20. Julio Romero de Torres ya se reunía con escritores de su generación como Valle-Inclán o Azorín en la Sociedad de Plateros de la Axerquía, junto a la Plaza del Potro. ¿Qué es una peña? Una peña es una reunión de amigos con unas mismas ideas que se reúnen para charlar o tomar un vino. En los años 40, 50 y 60 tienen un apogeo muy grande. El alcalde Antonio Guzmán Reina funda la federación en el año 1964. En 1977 se elige por primera vez al presidente por votación, y fue Francisco Domínguez. Yo tengo la suerte de ser el quinto, y no hay quinto malo (ríe). Espero al menos que el refrán se cumpla en esta ocasión. Creo que con nuestras ganas de trabajar e ilusión conseguiremos acercarnos a más gente.
Se tiene cierta imagen de las peñas como algo machista, donde la presencia de la mujer es escasa.
Hoy día son el 50%. Eso de que voy a mi casa y mi mujer me echa y me voy a la peña...no. Las peñas son matrimonios, son parejas. Y como digo, al 50% trabajando por las peñas. Hay más mujeres que antes, muchas más, incluso peñas exclusivas de mujeres. Es un tópico que hay que quitar.
Nosotros tenemos que estar con el Ayuntamiento, pero con la institución, no con personas determinadas o partidos
Durante mucho tiempo, sobre todo en épocas más boyantes, donde las subvenciones en algunos casos fueron desmesuradas, se llegó a hablar de cierta instrumentalización política de las peñas.
Las peñas no son políticas. Sí que hay convenios con el Ayuntamiento. Nuestra relación siempre ha sido la misma: inmejorable. Independientemente del partido que gobernase. Nosotros tenemos que estar con el Ayuntamiento, pero con la institución, no con personas determinadas o partidos.
Usted formó parte de la directiva del anterior presidente, Francisco Castillero, durante mucho tiempo. Este mismo año, en abril, se separan y presenta una candidatura renovadora en principio muy distinta. ¿Por qué esa ruptura tan acusada?
Incompatibilidad de caracteres. Yo tenía una idea de lo que es una federación que era distinta a la del anterior presidente. Otros motivos personales también influyeron en mi dimisión. A partir de ahí es cuando vienen personas de peñas muy arraigadas y antiguas y empiezan a proponerme la idea de presentar una candidatura alternativa a la oficialista. Lo consulté con mi esposa y me presenté cuando me vi apoyado.
Por la actividad habitual de las peñas parecía en cierto modo oculta está voluntad de cambio que a tenor de los resultados era mucho mayor de lo que en principio se podía esperar.
Sí, la verdad es que sí. Me halagó que pensasen en mí como una persona capaz. Y yo estoy por luchar por las peñas cordobesas. Me gusta más hablar de peñas cordobesas que de federación. La federación no es nada sin las peñas.
