Córdoba es una ciudad que crece en materia de accesibilidad e inclusión, pero evidentemente queda muchísimo por hacer. Incluido hacer entender a la gente que, aunque no sea rentable, la accesibilidad es un derecho y hay que conseguir que sea lo más real posible. Porque el hecho de que un espectáculo tenga un intérprete de signos para personas sordas no significa que sea inclusiva de verdad y quizá haya otras necesidades que cubrir que las personas sin discapacidad no somos capaces de ver.
Dentro de ese contexto nace Inclusivos y Diversos. Inclusivos porque es el fin que busca y diversos, porque cada familia tiene a alguien con una discapacidad diferente y todas requieren de una atención concreta, sin dejar de lado a las personas que no tienen discapacidad, porque la sociedad es así de diversa. Sus aspiraciones inmediatas son sencillamente seguir adelante con la cantidad de actividades que se les ocurre, que no es poco, pero también contar con una sede y que los socios sean de cuota, por lo menos para hacer frente a los gastos administrativos y de funcionamiento.
La sede, por ejemplo, daría alas a las actividades de musicoterapia que tienen. Una terapia con resultados sorprendentes, que en Andalucía aún no está ni reconocida ni reglada, pero que en Valencia sí, y ha sido la primera comunidad en destinar presupuesto real a la inclusión de la musicoterapia en la sanidad. Algo que debería hacer Andalucía.
¿Por qué era necesario crear Inclusivos y Diversos?
Fundamos esta asociación porque nos dimos cuenta de las necesidades que había en la sociedad con respecto a las personas con diferentes diversidades. Por ejemplo, veíamos carencias en este aspecto. Llevamos cinco líneas de trabajo. Una es la escuela de lengua de signos, otra la de teatro inclusivo accesible Gloria Ramos, tenemos ocio inclusivo, terapias para niños con distintas diversidades como TEA, TDH y luego tenemos la accesibilidad. Esas cinco líneas son la base de Inclusivos y Diversos.
Por ejemplo, con respecto a la escuela de lengua de signos, vimos que la sociedad sigue teniendo que formarse en lengua de signos y en conocer a la comunidad sorda. Aunque se va conociendo mucho más la lengua de signos, no hay una accesibilidad real. Se pone a la intérprete en cualquier sitio, y habría que ponerla en unos lugares determinados y fomentar el aprendizaje en los niños de la lengua de signos, tantos a sordos como a oyentes. Nosotros vimos las necesidades que hay, porque llevamos muchos años trabajando en las diversidades funcionales. Por ejemplo, en el ocio inclusivo vimos que muchachos y muchachas con diferentes diversidades no tienen un ocio en sí, pero queríamos formar un grupo de chicas y chicas y salimos.
Ha dicho que ese ocio inclusivo abarca a diferentes diversidades...
Los niños autistas, por ejemplo, son muy dependientes de sus padres. Cuando van creciendo empiezan a tener independencia, porque tienen terapia o van al cole con otros niños, pero cuando llegan a una edad determinada se quedan aislados, se quedan solos y los reunimos y lo hacemos todo inclusivo para que todos, personas con y sin diversidad funcional, podamos convivir, disfrutar y hacer un montón de cosas. La asociación se creó porque, haciendo un análisis durante muchos años de las necesidades reales de las personas sordas, sordo-ciegas, con discapacidad intelectual, buscamos intentar cubrir esas necesidades.
Es verdad que se van dando pasos, pero ¿la sociedad sigue sin ser inclusiva?
Claro. Por desconocimiento no lo es. Hay falta de sensibilización. Falta que conozcamos que cuando nos enfrentamos a alguna situación nos asustamos. Incluso con una persona sorda no sabemos cómo lo vamos a entender. Si todos conocemos las realidades y las necesidades del que tenemos al lado con las características que tenga, le podemos dar un espacio y podemos convivir todos mejor.
La experiencia del teatro inclusivo fue todo un descubrimiento que salió muy bien. ¿Cómo se desarrolló?
El teatro inclusivo es uno de los proyectos que más tiempo llevamos rodando. Ya llevamos unos tres años con ello. Una vez yo asistí a una obra de teatro en la que las actores y actrices daban unas pinceladas de lengua de signos y pensé "esto está muy bien, pero no estás haciendo la obra accesible ni se está enterando la persona sorda ni nada de nada". Pensamos también por qué no darles a las personas con diversidad un lugar encima de escenario, por la riqueza que podría llegar a aportar si a través del arte nos conocemos y de ahí se engendró la escuela de teatro.
Es una escuela donde personas sin y con discapacidad, sea la que sea, tuvieran derecho, a través de las artes escénicas, a formarse, crecer y enriquecerse y a expresarse. Así empezó todo. Les dimos herramientas a personas con diferentes discapacidades, porque, por lo general, cualquier actividad se relega.
¿Qué significa eso?
Me refiero a que cuando se hace teatro para personas con discapacidad intelectual se hace pero sólo para ellos, o sólo para personas sordas. Y la nuestra es una manera de que estemos todos juntos, porque todos podemos aprender de todos y todos nos podemos enriquecer. Es una escuela donde se le da también todos los recursos a las personas, sean de las características que sean, para que puedan ser formados en artes escénicas.
Solemos hacer que al final cualquier persona, cualquier ciudadano pueda acudir al teatro a disfrutar. ¿Por qué una persona sorda no puede ir al teatro? Se le pone subtítulos y un interprete y ya está. Para una persona con TEA que puedan llevar unos profesionales que les acompañen mientras ven la función por si necesitan levantarse, o para personas sordociegas que su guía interprete le permita llegar a ese contenido cultural. Se trata de acercar la cultura a toda la ciudadanía y la formación del arte para desarrollarse y para crecer también a ellos.
Los objetivos que se marcaron al principio se han ido consiguiendo, pero ¿qué más les hace falta ahora?
Es cierto. Se consiguieron. Pero nos falta ayuda y financiación de las entidades. En este caso en la última edición sí tuvimos apoyo de Ayuntamiento de Córdoba, de la Delegación de Inclusión y Accesibilidad y del Instituto Provincial de Bienestar Social (IPBS). También un poco de Participación Ciudadana. Por tanto, si tenemos apoyo de las entidades podemos crear y conseguir cosas. Hasta ahora se consiguió la formación de 12 personas y una obra de teatro en el Góngora, y ahí seguimos en la lucha esperando a que nos apoyen más.
Vamos a hablar claro. ¿Qué deficiencias tiene la cultura para las personas de diversidad funcional en general y que parece que ustedes intentan suplir en parte?
La cultura no es accesible al 100%. A día de hoy la accesibilidad no es del todo real. Una persona sorda puede ir al teatro con intérprete, pero te la ponen debajo del escenario y sin luz. Eso es una accesibilidad a medias, no es una accesibilidad real. No nos preocupamos en verdad de saber la realidad de lo que se necesitan. Lo que seguimos haciendo es poner un parche y creemos que al poner intérprete ya estoy haciendo accesibilidad, pero es a medias. A la cultura le hace falta ser accesible de verdad y permitir que todos formemos parte de ella. Las personas con distintas diversidades tienen una riqueza de su mundo interior alucinante; pueden crear cosas maravillosas y hay que darles las herramientas artísticas para que ellos puedan crecer, desarrollarse y aprender. Hablamos de la cultura en esas dos vertientes: Tanto en acceder a ella como en generarla. Las personas con diversidad deben generar cultura y deben generar arte también.
¿Qué les diría a los que hablan de que la accesibilidad no es rentable por ser para minorías?
La accesibilidad no tiene por qué ser rentable, claro que no. Son una minoría que también paga sus impuestos, por lo que tienen el mismo derecho a estar plenamente en el mundo. Nadie debería pensar en que no merece la pena porque son pocos. ¡Claro que merece la pena! Es que todos somos personas y todos tenemos las mismas necesidades y todos tenemos las mismas carencias, los mismos deseos. Y yo como persona tengo derecho a formación, a cultura, a diversión. Evidentemente que no es rentable, pero es un derecho.
¿Una terapia pionera que impartir es la musicoterapia?
Sí. Estamos trabajando a través de la musicoterapia. Se piensa que la musicoterapia son clases de música para niños con problemas de comunicación, con problemas de presión o con diferentes características, y no es tan simple. Digamos que la musicoterapia es una terapia en la que la música es la principal vía de comunicación y expresión. Se favorece el desarrollo motriz, cognitivo, social y emocional hacia la mejora de la calidad de vida.
Tiene muchos beneficios: Potencia las funciones cognitivas como son la atención, concentración, memoria, control de impulsos y la fijación de nuevos contenidos; fomenta la creatividad, la formación de conceptos y la agilidad mental; contribuye a fomentar el aprendizaje y la resolución de problemas; fortalecer la autoestima y la expresión corporal. También sirve para socializar y estimula la maduración cerebral y la plasticidad neuronal. Y eso se acompaña generando un grupo de padres guiados por un comunicólogo.
¿Cómo se enfrentan, precisamente, los padres a estas circunstancias?
Son realidades importantes y hay padres que a veces se sienten perdidos. Cuando llega un primer hijo con unas características específicas, no saben dónde acudir en materia de escolarización o a qué médicos lo lleva. Aquí buscamos hacer un grupo de padres en el que unos y otros nos apoyemos. En la junta directiva tenemos a una madre con una niña que tiene una enfermedad rara, síndrome de Angelman, y ella está un poco de apoyo, de acompañamiento y de consejo para la familia mientras los niños están en musicoterapia.
Ahora en septiembre empezaremos a sacar grupitos y también buscamos financiación, porque otra de las cosas por las que nosotras luchamos es porque la familia están ya a tope de gasto con las terapias; ahí se va un sueldo entero, y entonces intentamos que las entidades, a través de Servicios Sociales, a través de distintas delegaciones de ayuntamientos de Andalucía, se financie este proyecto. Para reducir los gastos en terapia a las familias.
¿Cómo se las componen para buscar ocio inclusivo?
Buscamos una actividad interesante y abierta que haya en Córdoba, como las muchas que hay en el Botánico, con talleres de formación de corte ecológico, y si nos interesa allá que vamos. Pero esas actividades no son accesibles, y nosotros nos juntamos un grupo de gente muy diversa con niños con TEA, sordos o con síndrome de Down. Entonces, lo que hacemos es que desde Inclusivos y diversos ofrecemos esa accesibilidad, de modo que cuando nos apuntemos a esa actividad ellos puedan disfrutarla igual que disfruta la vecina del quinto.
Hábleme un poco más del acompañamiento emocional a familias.
Básicamente se trata de generar un espacio en el que los padres se sientan como en un refugio, acompañados y aconsejados en su día a día y en la problemática de la vida diaria de su propio niño. Para eso tenemos la ayuda de María junto con un profesional psicólogo. Si te das cuenta, nos van surgiendo las ideas un poco con la inspiración de la vida. Es lo que ocurre con la actividad 'Café con signos' dentro de la escuela de lengua de signos, y otras pequeñas actividades como movernos por los coles o con la musicoterapia, que queremos llevarla a los colegios porque en el aula específica también son muy necesarias estas cuestiones.
Por ejemplo, en materia de accesibilidad buscamos ayudar a entidades a entender cuáles son en verdad los programas que deben realizar para generar una accesibilidad real. Digamos que funciona a modo de asesoramiento. Otra cuestión que tocamos es hacer accesibles los servicios municipales o de las entidades locales.
¿Y no necesitarían un local para todo eso?
Un local bueno sería maravilloso. Sería una sede fija donde poder dar nuestra musicoterapia a nuestros niños, donde los padres se podrían reunir... Por ahora no tenemos sede y vamos tirando de los centros cívicos o incluso alquilamos salas por horas. Necesitamos colaboraciones. Nosotros ponemos la musicoterapia, gestionamos a los niños, buscamos la financiación... Ahora vamos a presentarles una serie de proyectos a la Fundación Cajasol.
Hablando de proyectos, ¿qué tienen entre manos?
Nuestra idea es seguir, seguir y seguir y no perder la energía. Que no es poco. Nosotras somos profesionales dentro del mundo de la discapacidad pero no somos administrativas y estamos aprendiendo muchísimo de la burocracia, que es algo muy bueno y muy positivo, porque nos vamos superando día a día. Lo mejor de todo es que acabas agotada, pero luego se montan las actividades y tienen tan buena acogida que te dan un chute de energía y te dices que vale la pena tirar 'palante'. Eso contando siempre con la familia, que son el motor de todas las cosas. Todo eso nos hace pensar en la necesidad de hacer un montón de cosas que nos encanta hacerlas. Se pueden hacer tantas cosas, que son todas necesarias... Además, las haces con personas y no con meros números; tratamos con sus vidas, con sus experiencias, sus emociones. Por eso vemos tan importante que todos tengamos un lugar y que todos intentemos tener una calidad de vida mínima.
¿Cuántos socios tiene la asociación?
Nuestra intención es que de aquí a dos semanas empecemos a tenerlos con una cuota mínima. Antes de que acabe este curso empezamos a funcionar así. Por lo menos para los gastos administrativos. Pero no desfallecemos. Le pones a esto tu energía y tu tiempo, que es lo más valioso, pero es que en vez de ver por la tele una serie de Netflix, que no me llena, me pongo con las cosas de mi asociación, de mis niños y mi historia. ¡Pero qué mínimo que no me cueste dinero!
Pero entonces van a funcionar como una asociación real, con todas sus consecuencias.
Ahí estamos. La verdad es que lo tenemos todo preparado y redactado, pero estamos ahí de lucha con los bancos, que todo es muy lento. Y si es así es porque somos una asociación de reciente constitución. Llevamos mucho años con la escuela de teatro inclusivo y accesible Gloria Ramos, que la financiación la teníamos con otra asociación fundada dada por mí con otra compañera. Pero finalmente separamos caminos y tuve que comenzar de nuevo con Inclusivos y Diversos. Es todo muy lento, con mucho papeleo.
De todos modos, el esfuerzo está mereciendo la pena y tienen ustedes bastante visibilidad.
Eso es lo importante. Nuestro objetivo es presentarnos a todas las oportunidades que surjan para sacar esto adelante. Hay que pensar en los niños, porque esto es para ellos. Piensa que la musicoterapia no es una terapia muy conocida y hace maravillas. Por ejemplo, en Valencia sí está reconocida y regulada por ley. Ha sido la primera comunidad en destinar presupuesto real a la inclusión de la musicoterapia en la sanidad. Y debería ser un ejemplo para nosotros, porque se hacen verdaderas maravillas con los niños, incluso con los que tienen problemas de trastorno del lenguaje.
