La idea de contactar con Antonio Monterroso, uno de esos arqueólogos a los que no les duelen prendas ensuciarse las manos con barro si éste oculta algún tipo de información de interés para la esencia de una tierra, surge a raíz de las publicación en el BOJA del 28 de octubre pasado de un permiso de la Junta para investigar en la finca de caza mayor de La Parrilla, en los términos municipales de Belmez y Villanueva del Rey, en el Valle del Guadiato, mineral de oro, plata, plomo, zinc y cobre en 93 cuadrículas, es decir 2.790 hectáreas (cada cuadrícula en Andalucía es de 30 hectáreas), que se dicen pronto.
Se trata de la empresa onubense Minera Águila SLU, de Valverde del Camino y que es filial de la canadiense Pan Global Resources. Ya está buscando esos mismos recursos en Villanueva de Córdoba y Cardeña, en 75 cuadrículas, o sea, 2.250 hectáreas y eso ha supuesto en el último año una inversión para la empresa de Vancouver gastos de más de un millón de euros en exploración.
Se da la circunstancia de que el profesor Monterroso conoce bastante bien la zona donde esa empresa quiere actuar, el Guadiato y, de hecho, ha presentado trabajos sobre las riquezas que aportaba la Sierra cordobesa para sufragar grandes obras públicas en época romana. Por eso, la intención inicial era saber si, en su opinión, las aspiraciones de Minera Águila eran reales. Pero una cosa lleva a la otra, y acabó convirtiéndose en una conversación, un tanto acelerada (incluso para las fotos), en la que han salido a la luz otras 'pequeñas' cuestiones de interés para la provincia y la arqueología.
No en el detalle que uno quisiera, pero sí lo suficiente como para suscitar la curiosidad y conocer más datos cuando sea el momento. Por ejemplo, que la excavación en Mellaria ha comenzado...
¿Minera Águila ha contactado con ustedes en la Universidad de Córdoba sobre las extracciones que pretenden realizar en el Guadiato?
No.
Me parece una torpeza por parte de ellos.
Habrán visto bibliografía. Hay trabajos publicados. Y el catálogo de filones mineros ya lo publicó Claude Domergue hace muchos años. También la sociedad Minera, la antigua Encasur, tiene mapeado todos esos filones. De hecho, los franceses cuando llegaron en el Siglo XIX a Peñarroya-Pueblonuevo, lo que hacen es explotar filones mineros romanos. Los romanos no eran capaces de agotar toda la mena del mineral, desaprovechaban mucho mineral y lo que hacen en el siglo XIX es refundir las escorias que en época romana no habían sido capaces de vitrificar antes de excavar nada.
¿Los romanos en el Guadiato no usaron el sistema de vaciado de montaña?
No. Eso se hacía sólo en montañas arenosas. Lo que se llama el 'ruina montium', como en Las Médulas, en León. Son montañas de tipo arcilloso que puedes destruir y convertir en polvo. En el Guadiato no es posible hacer eso.
¿Y es posible que éstos encuentren lo que están buscando?
Sí, claro.
¿Oro? ¿Plata?
Oro hay. El Instituto Geológico Minero lo tiene localizado en la Sierra de Gata, entre Belmez y Fuente Obejuna. Es un pequeño filón que se puede consultar en Internet. Es una carta metalogenética pública. Lo que pasa es que esos ensayos son simplemente el testimonio de que ahí hay eso, del mismo modo que en época romana hay galenas argentíferas, hay plomo y plata. Ahora lo que van a hacer ellos, entiendo, es ver qué volumen de material hay, que es lo que pienso que no se había hecho hasta ahora. Pero que hay oro puro, sí; hay un pequeño filón en la Sierra de Gata.
¿Hay vestigios de minas romanas en la zona?
Claro, sí.
¿Visitables?
No. Ninguno.
¿No sería interesante?
Por supuesto. La mejor conocida es la Mina de La Loba, en Fuente Obejuna. Se excavó a finales de los años 70 y principios de los 80 por un equipo de la Universidad de Toulouse y la antigua Complutense, con Clodomer, José María Blázquez Martínez y Pierre Sillières, pero la excavación se interrumpió. Se puede ver, y de hecho el propietario facilita la entrada, pero sigue siendo un yacimiento privado. El resto de minas romanas están siempre en fincas privadas. Es todo monte y es todo privado.
Es una pena. Podría incluso tener un uso turístico.
Allí el turismo es un poco el último elemento de la cadena. Hay antes muchas cuestiones que conocer y que proteger. Pero es verdad que se podría hacer. En el caso de la Mina de La Loba, ya digo, siempre tenemos la facilidad del propietario desde siempre, desde que permitió que se excavara en sus fincas hace 40 años. ¿El resto? Pues sí, es cuestión de localizarlas, pero antes que eso en el Guadiato hay otras prioridades arqueológicas.
Hablo de Mellaria, los yacimientos de Sierra Boyera, los dólmenes de Belmez. Hay muchísimas.
¿Los dólmenes están ya a la vista?
Uno. Y hay 14 o 15. Se ven perfectamente. están todos en fincas privadas. Pero es que excavar un dolmen cuesta muchísimo dinero y muchísimos años. Esto no es una profesión pronta. Coger un yacimiento y ponerlo en carga cuesta mucho tiempo y mucha financiación. ¡Ojalá viera el Guadiato con todas estas cuestiones que estamos aquí soñando!
Los yacimientos, una mina antigua, están en montaña. No es algo accesible y no todo el mundo puede subir hasta allí. No todos los yacimientos son visitables. Por eso, Mellaria se ha comprado entre otras razones, porque tiene una carretera nacional en la puerta y un camino de acceso ya hecho y es un sitio accesible. Si estuviera en lo alto de una montaña, probablemente no lo hubiera comprado el Ayuntamiento de Fuente Obejuna.
¿Hablamos de lo que es la antigua Fuente Obejuna?
Mellaria esta a siete kilómetros de Fuente Obejuna. De allí los habitantes de ese municipio toman su gentilicio, melarienses, pero Mellaria es una ciudad romana que está en el entorno del embalse de San Pedro y Fuente Obejuna es una localidad bajo medieval del Siglo XIV. Ambas están, por supuesto, unidas, porque está en su término municipal y porque hay un vínculo sentimental estrechísmo. Pero son dos ciudades distintas. Mellaria no está debajo de Fuente Obejuna para decirlo de una forma gráfica.
En cualquier caso, se sabe perfectamente dónde está ubicada.
La estamos excavando en estos días.
¿Se está excavando allí ahora?
Sí, sí.
¿En eso están entonces ahora? Es que le iba a preguntar después, precisamente, qué tiene ahora entre manos...
Estamos excavando en Mellaria. Es lo más importante que estamos haciendo. El Ayuntamiento lo compró. Tenemos un convenio con la Universidad y ahora estamos en una campaña de excavación a la que voy y vengo constantemente a diario.
¿Durante cuánto tiempo van a estar allí trabajando?
Hasta finales de noviembre.
¿Y ya se puede adelantar si ha salido alguna cosilla interesante?
Eso, el 24 de noviembre, o a finales de ese mes, os lo contamos a todos al unísono.
Aparte de eso, ¿tiene alguna cosa más en mente?
Estamos con muchísimos frentes. Algunos compañeros del Grupo de Investigación están excavando en Ategua. Estamos trabajando en Medina Azahara haciendo prospecciones. Yo tengo también el trabajo en Cádiz en torno al Santuario de Melkart (o Melqart). Con Carlos Márquez ahora venimos de la Real Academia de España en Roma, donde nos han encargado el estudio de los restos arqueológicos que hay en la propiedad española que alberga la Embajada española en la Academia; alumnos; clases; másteres; facturas; viajes; proyectos... Muchísima burocracia (se ríe).
Me lo imagino, pero ¿se puede llevar todo eso a la vez?
No se debería, pero lo llevamos. No hay otra.
¿Y el hecho de estar en tantos frentes a la vez no los frena a todos?
Por ahora, se ve que somos jóvenes y lo sacamos adelante. Pero, evidentemente, tienes toda la razón. Estamos en un momento donde hay que redefinir muchas cuestiones. Es una satisfacción que sigan saliendo y que nos sigan ofreciendo cosas, pero no podemos morir de tanta actividad. En cualquier caso, cada profesor tenemos un proyecto responsable y luego tenemos algunos proyectos satélite. El mío principal es Mellaria en el Alto Guadiato; el de Carlos Márquez ahora mismo es Ategua. Lo de Roma nos permite hacerlo. Lo de Cádiz yo lo trabajo con los compañeros de la Universidad de Cádiz. Te vas apoyando. Pero sí, deberíamos tener menos cuestiones.
¿Ha oído hablar de Monturque y lo que se supone que hay bajo el suelo en una finca junto al Castillo?
De Monturque no tengo ni idea de las novedades que haya. Desde luego es un yacimiento excepcional por el sitio donde está, las Cisternas romanas lo son, sin lugar a dudas. Pero no sé decirte, porque no estoy en la investigación de aquello y es mejor callarse antes que soltar cualquier insensatez. Hay que hablar sólo de lo que uno tiene entre manos.
¿Y está la arqueología en un momento dulce?
Está como siempre. Ni dulce ni agria. Es decir, a todo el mundo le gusta ser arqueólogo y es la segunda profesión de todo el mundo. En Córdoba tiene mucha eclosión y en los últimos 15 a 20 años es cierto que hay una actividad y una atención extraordinaria a nivel social por la arqueología, pero en Córdoba no hay ningún yacimiento nuevo público, ningún parque hecho nuevo. Estamos como hace 40 o 50 años. Ni siquiera Cercadilla está abierto. El Templo de la calle Claudio Marcelo está cerrado...
Con ello estoy queriendo decir que no se corresponde la ilusión y la atención que tiene la ciudadanía con la apuesta que se hace a nivel institucional por la arqueología. Por supuesto que no.
¿De quién es la culpa?
Bueno (sonríe irónico). No sé si es culpa el término que corresponde. Ya más bien creo que es la inercia. Y siempre recuerdo la frase de (Antonio ) Gala: "Córdoba lo ha tenido todo y parece que nada le parece demasiado importante". Y en ésas estamos. No es cuestión de culpa. Es cuestión de inercia. Y luego ocurre que esta ciudad, vérselas con un gran yacimiento sería un reto. No se las quiso ver con Cercadilla y construyó una estación encima. Había que haber visto si la ciudad tiraba de un yacimiento de ocho hectáreas y los yacimientos que tenemos son pequeñitos y ni siquiera salen adelante.
Luego la apuesta patrimonial de Córdoba no va por conseguir encontrar la esencia de Córdoba, va por otras cuestiones, que son muy importantes, ojo, como Los Patios, las flores, los concursos, la gastronomía, todo respetable y fenomenal, pero de la esencia arqueológica de Córdoba evidentemente no parece ser una apuesta prioritaria y no creo que lo haya sido nunca.
Por lo que ha comentado antes de que la arqueología es la segunda profesión de todo el mundo, ¿es porque hay mucho intrusismo?
Intrusismo hay mucho y no debería haberlo. Porque eso de que me voy al campo y me encuentro algo o me compro un detector o soy aficionado, pues no. Nadie se mete a aficionado de cirujano ni a aficionado de abogado ni de nada de eso. Sin embargo, parece que la arqueología tienes más amadores.Y no, porque las cosas están en su sitio por algo, hay que saber cogerlas y tratarlas. Es como los voluntariado en las excavaciones. Uno dice quiero ir de voluntario y no es así, porque un no de voluntario tampoco a un quirófano.
las cosas hay que saber sacarlas, hay que saber tocarlas, saber por qué están, y para eso se estudia Historia: Historia del Arte o Arqueología. Yo, por ejemplo, no acepto voluntarios en las excavaciones que no sean y tengan una maestría en Historia, porque nosotros no sacamos tierra, sacamos información.
¿En Arqueología se forma a la gente para hacer eso?
Sí. Los grados tienen una carga teórica y una carga práctica. En el grado tenemos a alumnos en las excavaciones aprendiendo y en los laboratorios, lo mismo. Y cuando salen del grado tienen una formación para operar. Pero alguien que no ha tenido formación en una materia relacionada con el patrimonio yo, personalmente, no la admito de voluntaria en una excavación, como, insisto, un cirujano no admite a un arqueólogo en un quirófano.
Esta última pregunta se la hizo en su momento un compañero mío, Aristóteles Moreno, pero la quiero recuperar: ¿Qué tenemos debajo que todavía no haya salido?
Creo recordar que él me preguntó cuál sería el yacimiento más importante que aún no ha salido y que yo quisiese sacar. Me parece que entonces le dije el osario o las cenizas de los miles de cordobeses que pasó a cuchillo Julio César cuando toma la ciudad. Eso fue lo que le dije a Aristóteles en las guerras civiles.
Pero hoy te diría que el yacimiento más importante que está por sacar es la Córdoba autóctona, o la Córdoba verdadera, o la primera Córdoba que tiene ese nombre, que es la prerromana y que está debajo del Parque Cruz Conde. Creo que ése es el gran yacimiento por sacar de Córdoba a día de hoy.
Está debajo del Cola-Cao y de la Ciudad de Los Niños.
Pero eso no hay quien lo saque.
Yo creo que sí. Todo es ponerse. Aquello son jardines. Se excavó en los años 70', en los años 80'. Juan Francisco Murillo, que es el gran conocedor de aquello, excavó en el Teatro de La Axerquía en los años 90'. Es verdad que eso tiene una figura de protección muy, muy fuerte y hay que tenerla, pero poder se puede, con una apuesta en condiciones. Excavar por excavar para luego dejar las cosas hechas una basurero, por supuesto que no.
Pero tú me preguntas qué yacimiento quería yo sacar y mi respuesta es que la Córdoba prerromana del parque Cruz Conde.
¿Se atrevería con ello?
Habría que atreverse con un equipo bien formado y contando con los colegas del mundillo cordobés. Con esos mimbres, por supuestos que sí; adelante, claro.
