El viejo Nuevo Carlos Tartiere

Está maldito. Su ambiente; resulta molesto para quien guste del balón que la visita a uno de los campos con nombre y encanto resulte incómoda. Contraria siempre a su interés. Esquiva a la complicidad entre homólogos. De Córdoba y Oviedo. Jugar en el Tartiere, que evoca a pasado, debe ser como bañarse de leyenda o de fútbol, que se funden en el mismo término repicado el minuto 90. Ganar, imagínese. Como salir embadurnado de bronce.

El nuevo Estadio Carlos Tartiere, nuevo hogar carballón desde el año 2000 en amistoso de 20 de septiembre entre Real Oviedo y Partizán de Belgrado, quizás haya perdido algo del hechizo que rezuma lo de antaño. El viejo Tartiere ya fue. Ahora se asienta, en lo que entonces era el santuario ovetense, el Palacio de Congresos de la ciudad asturiana. Con él se perdió tradición. Algo de aquel Mundial del 82 para el que fue reconstruido; la emoción de muchas tardes y noches.

Pero su nombre permanece. El nuevo Tartiere sigue siendo el Tartiere y su recuerdo también juega. Y bajo el bautizo del primer presidente del club ovetense, Carlos Tartiere De las Alas Pumariño, mantuvo su denominación para la gran obra adaptada a las exigencias del tiempo. Como seña de identidad del club, de una vida ovetense, de un estilo. Cambió su prestaciones por unas más modernas, su enclave, proyectó mayor dimensión; pero conservó la hostilidad para, históricamente, visitantes concretos. El Córdoba CF es uno de ellos. Para creer que la magia acompaña a los lugares aunque cambien de estadio los equipos. Tartiere tiene ese algo especial que se percibe.

Dos empates, lo más positivo

Visitar el estadio azulón esquiva la memoria cordobesista en momentos de añoranza cuando toca ordenar recuerdos. En estas fechas de nostalgia típica, recordar se convierte en terapia obligada si se sufre. Así está el Córdoba CF. Entre el desahogo. La media sonrisa (ha superado un bache de nueve partidos sin conocer la victoria) y la cara larga (el Cádiz CF le birló los tres puntos en su estadio la semana pasada después de ir ganando y se aleja del Play Off). Con rabia, o eso se espera.

En este final de año en Liga con miedos y brindis en Oviedo, que aparece en el calendario 2016 como último sorbo. Nunca el Córdoba CF ha ganado en Tartiere. Ni viejo ni nuevo. Sigue siendo el mismo. Se le presenta, pues, reto complicado tras el descalabro que originó Ortuño. Romper la historia. Enfrentar el 17 de manera distinta si el 16 lo termina en victoria. Irse de vacaciones Príncipes de Asturias.

En trece ocasiones el equipo azulón ha recibido al blanquiverde. Le ha ganado en 11. Solo en dos ocasiones el equipo que ahora dirige Luis Carrión ha sacado provecho de la (para los cordobeses poco fértil) tierra asturiana. Fueron dos empates. Uno, hace más de 50 años, en Primera, jornada 16. Gol ovetense de Gasca y réplica de Conesa. El otro fue ya en Segunda, en la temporada 83-84. Otro empate a uno que firmó Munárriz al contrarrestar el tanto local de Rivas al cuarto de hora. Lo demás, todo derrotas para el Córdoba CF. La última en el antecedente más próximo. Con un 1 a 0 dio comienzo el mes de Mayo, tradicionalmente cordobés, para el conjunto que por la temporada pasada dirigía José Luis Oltra.