Puede Jorge Romero, su equipo, la plantilla, convivir con el lío accionarial que envuelve al club. Puede, de igual modo, lidiar en el hoyo clasificatorio en el que andan metidos. Todo en el Córdoba CF es caos. Negociaciones incómodas, fútbol mustio. Debilidad, incertidumbre. Romero, sale a rueda de prensa, que es un islote, y él, intenta nadar entre estas aguas que, de momento, nadie sabe a dónde van, ni a dónde llevan, ni a quiénes se van a llevar. Responde que "lo llevamos con la máxima tranquilidad y naturalidad". "Intentamos aislarnos". "Recibimos mucho cariño de toda la gente, con mensajes de que están a nuestro lado". Están en medio. Responsables únicamente de su parcela; de lo que ocurre en el campo.
Hay fútbol el domingo en Carranza; por si las cábalas, las económicas, los pulsos presidenciales ocasionaran despiste. Importa que la pelota entre en Cádiz, que se gane, ahora que empieza la segunda vuelta como si empezar significara renovarse. "Tenemos un problema grave cuando nos rebasa la defensa y el balón llega al área por centros laterales. Hay que implicarse más ante el Cádiz porque debemos de tener la sensación de que podemos dar más". Eso es lo que hay que corregir.
"Se va a conseguir"
"Hay que dar un plus para revertir todo lo que no se consiguió hasta ahora". Es la sentencia de una orden a la que cada vez le queda menos tiempo. A siete puntos de la permanencia, su plantilla "tiene el convencimiento de que se va a conseguir". La reacción, empezado el año con derrota en Gijón, pasa por "dominar con la posesión para crear ocasiones". Es lo que el Córdoba CF pretende hacer ante el Cádiz CF, con las dudas de "tanto Aguza como Jovanovic, mañana probaremos tras entrenar toda la semana al margen", contra un equipo amarillo cuya "mayor fortaleza es su salida rápida con sus extremos". "Ellos sufren poco cuando no tienen el balón". Y apela a la paciencia califa como solución y virtud, "la misma que ellos suelen usar" para traer tres puntos necesarios. En busca de la calma relativa, cordura deportiva.
