Valga la expresión para definir una incertidumbre. Un quedarse a medias, entre lo que se quiere y lo que se consigue. Un estado próximo a la duda. De un partido en el que el Córdoba CF regresó al Arcángel, ilusionado; y lo dejó insatisfecho. Rascándose la cabeza, que no el balón; perdido en ideas. Los hombres de Carrión reeditaron los males del equipo en su estadio en un comienzo frío del año y cosecharon un punto ante el Rayo. El empate ante los madrileños detiene la sangría de derrotas de los blanquiverdes en casa (Mallorca, Getafe y Cádiz) pero sigue sin ver a su equipo ganar desde Septiembre.
Van dos empates a cero en los dos primeros partidos de 2017. Tras la Copa, el Córdoba CF, que despidió el pasado ejercicio liguero con una victoria en el Carlos Tartiere, fue un equipo reconocible durante varias fases. Entró muy bien en el choque ante los madrileños. Los de Vallecas, muy serios, plantearon presión arriba, buen repliegue, le quitaron la herramienta al Córdoba CF y apretaron en la segunda. Sin el cuero, el equipo sufre, ya lo dijo Carrión.
Igualitario reparto de golpes y tablas justas. Si el choque era clave, en palabras del entrenador catalán, dejó a los blanquiverdes indefinidos. Los del `Pipo´ tampoco ganaron su "final", pero con un planteamiento más conservador lograron detener las ansias del Córdoba CF por envolver la victoria a una afición que acudió entusiasmada la noche justo después de Reyes. Tras veintisiete interminables días sin hondear bandera. Y no hubo regalo.
Una parte para cada equipo
Tuvo ocasiones el Córdoba CF. Rodri, falto de magia, no tuvo su noche como majestad del gol. Gozó de una clarísima en el 61, la única de la segunda mitad, totalmente solo; pero llegó forzado al remate de un pase de Ríos que aprovechó una imprecisión de la zaga madrileña. También estuvo cerca del tanto en el 28, Juli. El 10 sacó un remate a la escuadra que obligó a volar a Gazzaniga. Kieszek, su rival en la meta cordobesista, estuvo menos exigido. Ambos con poco protagonismo. Pues el choque, gris, se debatió en medio campo. En balanceo hacia mitad y otra del césped sin apenas daño en las áreas. Con el campo pequeño y poco abierto. Sin uno ni otro ejecutando el plan que mimaron.
En el cero a cero el Córdoba CF puso sobre el césped todo lo que tiene arriba. Acabó con Piovaccari, Rodri y hasta el delantero del filial, Moha. Pero el equipo blanquiverde no terminó por encontrar el orden ofensivo, ni la transición que abriera el marcador. “¿Por qué aquí no ganan?” Se preguntó El Arcángel. Rayado. Que sufrió el sexto partido consecutivo en Liga sin celebrar una victoria de los suyos y detiene el despegue que va fraguando a domicilio. Como a escondidas.
