Una victoria que lleve a otra y lleve a otra. La que se consiguió ante el Albacete Balompié no es si no la mueca que debe tener enganche en La Romareda, el viernes, a las 21.00 horas, para que la maquinaria del Córdoba CF arranque, por fin, en esta jornada número veinticuatro. Que desempolve un engranaje de fútbol, pues en definitiva, será su despliegue el que le otorgue la opción o no de salvarse.
El primer paso dado en El Arcángel busca asentar el talón firme en Zaragoza. Larga zancada si consiguen ganar, los de Romero. Quehacer nunca visto aún, lo de encadenar dos triunfos en esta temporada. Conseguirlo sería rutilante. Tendrían carteles lumínicos la moral y la creencia; el trabajo del equipo. La confirmación de fe, un atisbo de continuidad, tan necesaria como la suma que se hace con el sentir más que con el balón y los dedos. Sumar de tres.
La salida de Caballero, último contratiempo
Romero no puede contar ni con Aguza ni con Mena, lesionados. La baja de Caballero, sin embargo, es definitiva. El capitán ha firmado por el Fuenlabrada CF. Con el regreso de Edu Ramos, el cordobés prepara un asalto a un tren de velocidad media: El Real Zaragoza. Plantado en mitad de la vía, entre los que van hacia arriba y los que van irremediablemente hacia abajo. Aún no sabe qué dirección tomar. Su posición en La Liga es indefinida, en parte, porque en el espacio de historia que tiene por campo de fútbol, le cuesta. Sólo ha ganado tres partidos en La Romareda. Claro que su césped lo va a pisar el Córdoba CF, que sólo ha ganado una vez fuera. Su registro es terrible. Diez derrotas y un empate. Y así, unos ven en los otros la clarividencia, la oportunidad de ganar, la debilidad. Coinciden en que les une una excelsa irregularidad, acusada en el caso de los califas.
Los blanquiverdes llevan dos visitas sacando algo de su visita a Aragón. Hace dos años ganaron (0-1, gol de Pedro Ríos). El año pasado empataron (1-1, gol de Rodri). Un idilio zaragozano, el Córdoba CF con los maños, que espera y se le hace necesario alargarlo. Ahora que la permanencia está a siete, que ha recortado. Que quiere tomar otro cauce con el cambio de propiedad. Que, parece, soplar distinto. Aprovechar el viento.
