CORDOBA CF

Una nueva imagen juvenil

El equipo de Luis Carrión se impone con claridad (2-0) al Málaga y aprovecha la oportunidad copera para probar y coger confianza  

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photo_camera Rodri celebra feliz su gol ante el Málaga

Se acomodó en su nuevo banquillo, el que tanto había peleado. Miró un lado, a otro, a la grada. Concentrado. El momento de sentarse en el banquillo del Córdoba CF seguro que lo imaginó. Sin embargo, fue difícil para Luis Carrión, flamante técnico blanquiverde, vivir un reestreno tan soñado. De traje, el catalán ajustó la corbata a un equipo en harapos y lo puso delante de un espejo, El Arcángel, ansioso de ver a su equipo mostrar una nueva imagen. Y gustó. Le cambió la cara con tres del filial y el mismo enfoque. Pequeños retoques casi de maquillaje; en cuanto a confianza y descaro. Un toque juvenil, cual de 'Black Friday' recién pasado. A un conjunto que sigue siendo el mismo; pero cuyo partido fue elegante. Muy serio. Gentil acompañante para dos puestas de largo: la del Málaga en la Copa (menuda bienvenida), y la de Luis Carrión. Protagonista, y sus chavales. Que engalanaron con un dos a cero a un Primera (con bajas, pero un Primera), y devolvieron al primer equipo la autoestima. Para coger confianza a la Liga en un impulso entre semana del que el Córdoba CF salió arreglado. Lleno de encanto.     

La Copa engancha, tiene algo bonito, distinto; que hace que los problemas se queden en casa. Y se laven domingo a domingo. Para no mancharla o enfrentarla, el Córdoba CF de Luis Carrión, olvidó sus males; pero no salió en blanco. Usó el comodín en cuanto a probaturas y ganó un tiempo espléndido ante un calendario liguero que obliga a actuar con acierto. El Málaga ofreció poco, en cambio. A Juande el trueque de piezas le resultó fallido. Su fútbol fue de pobre catálogo y, su equipo, pareció tomar menos riesgos de los necesarios; conscientes de que hay un partido de vuelta. Pero que a los boquerones, en agua revuelta del Guadalquivir, se les ha complicado.

Razak y Galán, primeros protagonistas

Los pocos aficionados que se citaron en el Arcángel dirigieron sus miradas nada más dar vista al césped, al banquillo. Sí, ahí estaba. El hombre de moda. Carrión, que en su reestreno soltó pistas. No cambió el sistema de su antecesor, José Luis Oltra, cumpliendo su premisa  de mantener la base. No tocó el dibujo; pero sí introdujo permutas en cuanto a quien tradujo su fútbol. Con una convocatoria joven, de cinco del filial, bien los conoce; el catalán hizo las pruebas que permiten estas bondades de la Copa. De hecho, hubo mayoría en el once de los menos habituales. La portería volvió a saludar a Razak, la capitanía circundó el brazo de Caballero, Rodas pisó de nuevo un campo tras el desastre de Almería, y un jovencísimo zurdo Javi Galán, se presentó al fútbol profesional. El interior es atrevido, mostró desparpajo y levantó los ánimos de una grada impaciente por ver algo nuevo. Centró, luchó, regateó. Su aporte fue la sorpresa más grata de la primera parte.

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Sonó el himno a violín, en memoria de los fallecidos por el accidente de avión del equipo brasileño Chapecoense; y el Córdoba CF, después de la emoción, comenzó moviendo el cuero en pos del protagonismo que pedía Oltra, que pide Carrión. Con buena presión y defendiendo El Arcángel, generando peligro con cierta verticalidad. Sin embargo, este inicio con burbujas fue quedando tibio a la media hora. El Málaga soportó el ímpetu blanquiverde y fue atando el encuentro al medio campo; adueñándose de la costura que el Córdoba CF le estaba dando al balón y lo llevó a botas de los que lo esconden y lo manejan con clase en el bando azulón. Con soltura, empezó a llamar con los nudillos en la puerta de un Razak de puños imponentes. Cada vez más fuerte. A golpes. Pero el ghanés repelió, uno a uno, los zapatazos de Ontiveros y Fornals en el 30, otro de Juan Carlos en el 39. Antes, salió con valentía ante Michael Santos. En ataque, el Córdoba CF, infundía respeto con Ríos, el insaciable trajín de Rodri y la valentía de Galán. La más clara fue una de Rodri, en el 14, que pecó de egoísta en una contra bien montada y que en el último momento decidió mal. Su entrega vería recompensa minutos más tarde.

Debutaron Esteve y Moha, volvió Piovaccari

Si hasta entonces el filial, con la buena actuación de Galán había sido lo más destacable, en la segunda lo sería por partida doble. Dos más debutaron. Esteve y Moha. Y ambos con notable. El medio sustituyó a Caballero, de mucho criterio; y el delantero hizo lo propio con Ríos, muy activo. Y el Córdoba CF, con mucho joven, sin complejos, desatado, valiente como en plena adolescencia; comenzó a dar avisos. A rondar y buscar la fortuna con ahínco. A barruntar con su empaque y empuje el área malagueña nada más volver de vestuario. Esta vez no se podría escapar decía el 9, Rodri, furtivo de área. Cómo batalló. Fabricó el solo la jugada, sentó a Boiko y al central, y a sangre fría fusiló con suspense, como si el balón en esta noche de estreno, hiciera su pasarela por la línea de gol de un poste a otro hasta que entró desfilando. Por fín estalló de alegría El Arcángel. Y Rodri, que salió ovacionado tres minutos después, en el 74. Por Piovaccari. De invitado ilustre en su vuelta.

El lujo lo puso Borja en el 82 tras un precioso regate de Moha. El gallego empaló una volea en la frontal, y de empeine certificó el dos a cero ante el delirio local. Volvió a sentir un triunfo que sabe a milagro por la bonita forma en que se logra. Sonó el final y fue cuando el equipo, por fín, se quitó los zapatos. La camisa que le apretaba de no ganar desde el 12 de Octubre en Carranza. Será que ilusiona y que al Córdoba CF, desfasado en Liga, le sienta bien el traje de la Copa.

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