Se cree tan fervientemente en la salvación que el sentimiento cordobesista lleva al escudo en volandas. La fuerza de seis puntos seguidos. Tan poco ha dado este equipo, que encadenar dos victorias seguidas en siete meses libera la euforia, que bien canalizada, hace querer montar al Córdoba CF en un cohete. La ilusión otorga colmillos, músculo, poderes. Lo que imaginen será verdad. Pero sean prudentes, dice José Ramón Sandoval. A quien hay que encomendarse y escuchar.
Es momento de mirarse a los pies. Están en la jornada veintinueve a a ocho puntos de la permanencia. Cada uno que se planté opciones y cuentas. Más abajo del suelo. Deseando, no obstante, de que llegue el domingo a las seis, que últimamente, es horario de suerte. Al menos ante Real Valladolid y AD Alcorcón se ganó. Cualquier detalle que escape al fútbol es relevante cuando salvarse es igual de posible que difícil y místico. Todo se resume en ganar. Y otra. Y no parar de ganar. Buen provecho de un alza. Un equipo que se ve capaz. Que dice aquí estoy. Permítanme afirmar que la voluntad es imparable. La fé ha convertido a muchos capaces en invencibles.
La larga baja de Javi Lara
El fútbol esclaviza a los equipos a los resultados. Ocurre que la situación arenga a ganar y dando la espalda, nunca la espada, al cómo. Sandoval está formando un grupo para sobrevivir cada domingo con el fin único de ganar. Esta jornada y los dos meses próximos pierde a Javi Lara. A alguien del centro, Aguza el más natural, le tiene que dar el mando de un capitán, un fijo, un temporizador.
Sin tiempo para hacer equipo, se adapta a lo que exige el contrario, al partido que se plantea y sucede. A sacar a los jugadores del pozo mental de la inseguridad, la prisa y la incompetencia. Dos victorias seguidas reafirman un trabajo propio de un ilusionista. Sandoval, que viene a sacar al Córdoba CF de una realidad negra, se propone darle otra mejor. Todos han sido bautizados en el derecho a creer, que es igual de importante que la creencia en sí. Y todos los estamentos le ayudan.
El CD Lugo acaba de suspirar. El doblete de Pina que acabó con el CD Granada (2-1) le hace volver a ser dueño de sí mismo, pues se veía incapaz, sumido en cinco partidos sin ganar y el play off, a lo que aspira, era un adiós. Quiere atraparlo en El Arcángel, que estará volcado a la causa cordobesista, aún más posible, lleno por cuarta vez consecutiva. El CD Lugo utiliza las bandas como pocos, desde la línea centran cual si tuvieran arcos. Son rocosos. Agárrense los blanquiverdes, como motivos para el sí, que los gallegos solo han sacado un punto de sus últimas tres visitas. Que no ganan desde mediado enero a domicilio. Que tiene dos victorias en siete visitas a Córdoba en el histórico.
