Otro fin de semana esperanzador para el Deza–Ismabon Racing Team en el Mundial de Superbikes donde Ángel Heredia ha competido con su Kawasaki Ninja 400 y Guillem Erill con su Kawasaki Ninja 600.
Comenzando por la categoría pequeña, Ángel ha realizado un debut de ensueño. En prácticamente todos los entrenos ha estado delante. Cuarto en el primero y segundo en lluvia en su grupo, pasando a clasificar séptimo en parrilla. Teniendo en cuenta que ya era un éxito clasificarse con más de 60 pilotos en pista, el equipo estaba loco de contento con las prestaciones del piloto.
El sábado, justo antes de la carrera, una fuerte tormenta hizo que se disputara en lluvia. Ángel realizó una gran salida pero tuvo una caída sin consecuencias físicas. Una pena, porque en agua era uno de los más rápidos. En la segunda carrera, ya más tranquilo, pudo realizar una muy buena carrera, rodando en todo momento en el grupo de cabeza. Tras una lucha encarnizada con varios contrincantes, el piloto ha podido lograr la decimocuarta plaza a sólo dos segundos del ganador.
Guillem Erill ha tenido un debut complicado con varios problemas electrónicos. El equipo cambió la centralita y la instalación para adecuar su Kawasaki a la reglamentación del mundial, pero varios problemas le hicieron perder muchas vueltas en los entrenamientos.
Clasificó en vigesimotercera plaza y salió dispuesto a avanzar en la carrera. Se unió al grupo que podía optar a los puntos, aunque un fallo electrónico le hizo retirarse. En la segunda, con todo más controlado, hubo una caída en la misma recta, que casi lo deja fuera de carrera. Perdió mucho tiempo y no pudo rodar con el grupo que podía optar de nuevo a los puntos. Un buen bagaje de experiencia para aplicarlo en el Campeonato de España.
Pero la estructura no ha estado solo en el Mundial. Nano Calahorro disputaba el andaluz de minivelocidad. En los entrenos no conseguía rodar en sus tiempos, pero se ha rehecho en carrera con dos cuartas plazas que casi le hacen subir al pódium.
