CORDOBA CF

Cuando la casa se te viene encima

El equipo de Luis Carrión, peor local de la categoría, vuelve a su estadio, el Arcángel, tras un periplo aciago de dos visitas con derrota en Girona y Tenerife

Entrenamiento del Córdoba en la Ciudad Deportiva
photo_camera Un entrenamiento del Córdoba en la Ciudad Deportiva.

Cuatro meses lleva el Córdoba CF solo en casa. Y cada vez que sale, le cuesta más volver. Y no es porque la afición no le acompañe, al contrario, que lo hace siempre; sino que no se encuentra, palidece; que su blanco es menos blanco en el mismo verde.  No vence desde un 24 de septiembre. Y cada jornada sin ganar, como a todos, le sube la factura. Ya es 15º a una derrota del descenso, al borde del grito que antecede a la urgente reforma. Con todo de por medio a la espera de una visita, la del UCAM Murcia CF (domingo, 16.00 horas), que mira a El Arcángel con ojos de deseo.

Toda la Segunda mira el Arcángel con ojos de deseo. Es la mansión estropeada de la que cualquier equipo se lleva puntos y la caza al ladrón se procura en babuchas. Su desvalijo comenzó en la jornada 6 después de la visita del Nástic (hoy colista). Desde entonces, el Córdoba CF ha pasado de ser quinto, a un punto del ascenso directo, a la necesidad. A mirar por la ventana la felicidad de los vecinos y el ascenso. A tapar sus carencias con una manta tan fina que no engaña a nadie, queriendo fortificar un estadio de ensueño sin tener candado. Pero"¿dónde están las llaves?". Seamos sensatos. Que toca el timbre la Liga, este fin de semana, por vez 23.

El colista está a cinco puntos, el ascenso directo a dieciséis

Los blanquiverdes lo pasarán mal si continúan siendo el peor equipo local de la categoría. Sus cuatro derrotas, dos empates, tres goles a favor y diez goles en contra desde la última victoria son para temblar. Entrar a El Arcángel esta temporada es como hacerlo a aquellos caserones cubiertos de polvo, sin mayor luz que la de su himno, siempre a mil voces; pero tras él, todo queda en suspense. Aguantando la respiración no vaya a ser que, cuando menos se espere, aparezca un gol en contra y la casa, de frágil madera y equipo endeble, se venga abajo. Se pisa con sumo cuidado. Mirando el suelo, que el ascenso directo está a dieciséis puntos y el último solo a cinco. En el domicilio del conjunto califa va siendo prioridad no caer más abajo que subir. Tropieza demasiado. No ha ganado en lo que va de año, ni siquiera ha marcado.

Cuando tu casa se te viene encima solo queda poner a salvo las pertenencias emocionales. La continuidad del trabajo. El no tener miedo de tu propia casa. El ir tabicando goles, con toda una segunda vuelta de trabajo forzado. No desesperar e invitar a la UCAM, este domingo, a enseñarle tu hogar, tu estadio, como ruina califa. Aceptar la reliquia, pero con los tres puntos guardados.