EFECTOS DE LA PANDEMIA EN LA CULTURA

El prolífico Wim Mertens deslumbra en el Gran Teatro pese a la Covid

El pianista concentró 40 años de carrera en dos conciertos de apenas 45 minutos cada uno
Wim Mertens
photo_camera Wim Mertens

Wim Mertens es uno de los grandes compositores actuales, su prolífica trayectoria deslumbra por la gran cantidad de obras y colaboraciones en múltiples cintas cinematográficas. Este viernes los cordobeses nos disponíamos a disfrutar de la presentación de su última obra en la que recopila sus 40 años de trayectoria musical en un concierto que no iba a defraudar a sus seguidores. En Inescapable, Mertens mostraría tan solo una parte de la ingente obra musical de este enorme pianista y compositor que ha resumido en 61 piezas toda su trayectoria. En Inescapable se entremezcla el Mertens más clásico, con los experimentos de Clariere o sus colaboraciones en múltiples bandas sonoras.

Con la sobriedad acostumbrada, Mertens al piano acompañado tan sólo por el virtuosismo de la violinista Liesbeth Baelus fueron desgranando una breve colección de sus más conocidas piezas entre las que encontramos 'Struggle for Pleasure', 'The Belly' (del film de Peter Greenaway 'El vientre del Arquitecto'), 'Not at Home', 'La fin de la Visite' o 'Maximizing the Audience', posiblemente la más conocida de todas.

Y digo una breve colección, ya que la Covid-19 se cruzó de nuevo con la cultura y, en un intento de salvar los muebles, el Gran Teatro de Córdoba dividió el concierto en dos sesiones para que todos los asistentes pudiesen disfrutar, aunque sólo fuera durante 45 minutos, de la música de este gran compositor. Cuarenta y cinco minutos que pasaron en 'Un respiro', como el título de su obra de 2005 y que, de seguro, no pudimos disfrutar. 

Me van a permitir que aproveche esta oportunidad para mostrar mi completa perplejidad sobre las medidas que se toman en torno a los actos culturales. Entiendo que es necesario que se adopten medidas higiénicas y que haya separación. Por ello, comprendo que el Gran Teatro y otros auditorios han restringido su aforo para así mantener una oferta cultural que permita seguir con la actividad. En un lugar tan amplio como un teatro, con un aforo limitado al 50% y con mascarillas, la exposición a cualquier patógeno es mínima.

Sin embargo, las medidas adoptadas de ayer para hoy redujeron el aforo aún más a unas ridículas 200 personas. Mientras, en la calle, en las mesas de las terrazas grupos de hasta seis personas podían comer y beber sin mascarillas durante horas o en los transportes públicos te puedes pasar horas encerrado en un habitáculo estrecho sentado con una persona a tu lado a la que no conoces y a menos de un metro. Sinceramente, no lo entiendo. 

Alguien debería poner algo de sensatez en las medidas que afectan a los actos culturales ya que dudo mucho que un teatro al 50% de aforo sea más peligroso que seis amigos de seis familias diferentes tomando cerveza en una mesa de un bar.