27ª FERIA DEL DISCO DE CÓRDOBA

Los viejos vinilos nunca mueren

Tras convertirse en un formato anticuado y descartado por muchos, el vinilo no sólo se ha mantenido como objeto para coleccionistas, sino que ha conseguido asentarse como producto para un público diverso y cada vez más amplio

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photo_camera Público de todas las edades acuden a la Feria del Disco

La familia que vende discos unida permanece unida. Ricardo y Francisco Gilarte, padre e hijo, muestran cuatro vinilos, entre ellos uno de Creedence Clearwater Revival o Chick Corea, y numerosos sencillos o "singles" de los años 60. Piden por ellos entre 75 y 100 euros. El coleccionista Bartolomé Jaén los evalúa con la celeridad que sólo puede dar la experiencia y... algo no le convence. Les recomienda que lo intenten en otros de los puestos. «Quizá los singles pudiera colocarlos, pero veo más difícil vender los discos», explica el principal organizador e impulsor de la Feria del Disco que se ha celebrado en el Hotel Center.

Se trata de la 27ª edición. La primera data de 1993 (algunos años se celebró dos veces, en otoño y primavera). En aquella época el vinilo había cedido totalmente al CD y se trataba por tanto de un sistema anticuado y descartado por la mayoría de consumidores. Los discos quedaban para las personas mayores y coleccionistas. Poco a poco, a principios del siglo XXI, el vinilo adquirió una cierta aura "cool" y sobre todo en grandes ciudades volvió a ser un formato deseado por jóvenes urbanos con profesiones liberales. Hoy día el público se ha ampliado, y el vinilo, sin volver lógicamente a la fuerza que tuvo cuando era la única opción o bien convivía con el casette, consigue adentrarse de nuevo en los hogares sobre todo como objeto, pero también gracias al aumento de la cultura musical en parte de los jóvenes. Trataron de matar al vinilo y no ha habido forma posible. Estos característicos círculos negros con surcos se mofan ahora en la mismísima tumba del Compact-Disc. Quien ríe último...

Preguntamos a Bartolomé Jaén por cómo puede analizar los discos tan rápido cuando van a venderle. Nos pone un ejemplo. Se trata de dos sencillos de The Beatles aparentemente idénticos. La canción principal es "Help", con su respectiva traducción, caracterítica en la España de los 60, "Socorro". Sin embargo el número de serie es distinto. La razón está en el título de una de las canciones que incluye "You're are going to lose that girl" en uno, en el otro "Yo's going to lose that gir". Una errata. El que lo puso no se sacaría el First Certificate en tres vidas. Curiosamente el de la errata es el más caro y más buscado por su rareza. «Este es un fallo, pero en otros discos de los 60 hay malas traducciones hechas a propósito, por la censura, se cometía el error porque a lo mejor no gustaba el título de la canción», cuenta Jaén.

Tanto él como Manolo Pérez, otro de los coleccionistas presentes en la feria, coinciden en que la música de los 60 y 70 es la más deseada: «Los Beatles suelen ser los más solicitados, pero empiezan ahora a caer un poco porque hay muchísimo de ellos. La gente empieza a decantarse por otros grupos como Pink Floyd en sus inicios o Queen, también piden mucho heavy», explica Pérez, quien también indica qué es lo que más se valora en un disco: que la edición se haya vendido poco y su rareza, además del estado en que se encuentre el material.

Gente de todas las edades llenan la sala. Algunos jovencísimos, también ancianos. De piercings a trajes de tweed muy tradicionales. Un tradicional cliente de este tipo de encuentros es el guitarrista cordobés Curro Martín, colaborador con un sin fin de músicos y uno de los componentes de 99 Shawarma. «Vengo sobre todo a encontrar», indica con un disco de Jeff Beck en la mano, «pero claro, siempre hay una lista, en la mía en principio rock progresivo, jazz o bandas sonoras».

De los cómics al tabaco antiguo

Además de compra y venta de vinilos, se pueden encontrar otros productos como cómics o algunos artículos más extraños. Uno de los más curiosos son las cajetillas de tabaco antiguas. Marcas como "El progreso", "Timonel", "Vencedor", "Ideales", "Finos de hebra" o los clásicos "Bisonte", suponen un repaso a las preferencias de los fumadores de los años 30 y 40 del siglo XX, antes de que el Ministerio de Sanidad hiciese cualquier tipo de advertencia con pulmones ennegrecidos. Y si puede resultar llamativo para el profano, el responsable del puesto, Sebastián Carmona, nos dice que es uno de los coleccionismos que tiene más fuerza. Además de tabaco, Carmona ofrece artículos relacionados con el cine o tebeos. Eso sí, se ha dejado atrás sus joyas, que no tienen cabida por su alto precio en una cita popular como esta: la gran colección de ediciones Rialto y el primer número de "El hombre enmascarado".

La actividad en la feria llega a ser frenética por momentos. El interés por los vinilos verdaderamente intenso. El volumen de las voces hasta llega a hacer ensordecedor el lugar. Quién lo diría en los años 90. Por la entrada, de un euro, el asistente puede escoger un regalo de entre los 33 y 45 revoluciones que se encuentran esparcidos en una mesa. Quien suscribe estas líneas se queda con el single "The magic piper", de Edwyn Collins. Detrás se ve la etiqueta que indica que procede de la discoteca de la Cadena Cope, año 1997. ¿Cuántas veces se pondría este disco en la radio? (curioso que la Cope adquiriera vinilos en esa fecha).