La transformación de la industria discográfica y su digitalización

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En las dos últimas décadas, la industria de la música ha experimentado una auténtica transformación radical. En el inicio del siglo XXI, el formato rey era el CD, pero apenas diez años más tarde, la venta de discos cayó en picado.

La venta física de discos, si bien sigue generando importantes ingresos para la industria, especialmente para los artistas más consagrados, se ha visto reducida, hasta el punto de que en muchos ambientes se recupera con fuerza la venta de vinilos.

Estos últimos diez años han supuesto todo un torbellino turbulento que ha revolucionado la estructura económica de la música. El dinero ya no está en la venta de copias físicas, muy disminuidas y relegadas al carácter simbólico de los vinilos, sino en los conciertos, en la proyección mediática y muy especialmente en los contenidos en streaming.

La relevancia de plataformas como Spotify y Youtube

Las nuevas tecnologías ofrecen a los usuarios la posibilidad de escuchar la música que deseen y en el momento que deseen únicamente con una buena conexión a internet, y a un precio muy económico.

La fórmula para evitar las interrupciones por publicidad, una fórmula que permite ganar mucho dinero a estas plataformas, es pagar cada mes una cuota económica y abonarse a un servicio Premium.

El modo de consumir música en la actualidad, potenciado por estas plataformas, está consiguiendo que los usuarios ya no escuchen discos completos, sino canciones sueltas o las conocidas playlist.

Llegar a colarse en las listas de reproducción de Spotify es, hoy en día, más importante o al menos igual que poner un disco en las principales publicaciones y medios de comunicación musicales.

Los datos de The Recording Association of America muestran que las suscripciones a plataformas musicales de streaming han crecido más de 60 millones de dólares en Estados Unidos y que una de cada cinco personas en ese país están suscritos a alguno de estos servicios.

En el año 2016, la facturación total del grupo sueco en España fue de 49,6 millones de euros, lo que supone un 13,5% más que el año anterior. La sociedad Spotify Spain, que incluye otros mercados como Portugal y Uruguay, alcanzó una facturación total de 55 millones de euros en 2016, frente a los 44,5 millones de 2015, cuando la sociedad solo facturaba en la Península Ibérica.

Esta nueva filosofía de la industria musical no solo ha cambiado la relación de los artistas con sus seguidores, sino también con los sellos discográficos y los servicios de streaming. La industria ha perdido el control de la distribución y ahora depende de un factor externo, las plataformas digitales.

Tal es la importancia de Youtube o plataformas como Spotify que en la lista de los vídeos más vistos en Youtube, la música juega un papel fundamental, pues nueve de esos diez vídeos son musicales.

En esta lista se cuelan artistas como Luis Fonsi y Daddy Yankee, Katy Perry, Taylor Swift, Mark Ronson y Bruno Mars o Psy con su Gangnam Style. Todos estos artistas han hecho de las visualizaciones una fórmula más para ganar en visibilidad, impacto mediático y generación de ingresos.

¿Cómo compiten entre sí las plataformas digitales para atraer a los artistas?

En un tiempo en el que las escuchas y las visualizaciones son más relevantes que el número de ventas, el foco de debate se sitúa en lo que pagan las plataformas digitales, un debate que no es nada nuevo y que ha motivado quejas de músicos de toda condición. Hoy la clave no está en llegar a una persona, sino conseguir que repita cuantas más veces sea posible.

Por su parte, los servicios de streaming compiten entre ellos por arrastrar cuanto más público sea posible. La remuneración que ofrecen las plataformas remuneran de manera diferente cada escucha o visualización y existen grandes diferencias entre lo que obtiene un músico colocando sus canciones en Youtube y en Tidal.

Tidal, Apple Musica, Spotify y Youtube son, por ese orden, las plataformas que mejor recompensan a los artistas por el número de reproducciones. Youtube, a pesar de ser una plataforma menos rentable que otras, es el servicio de visualización de vídeos más popular en el mundo.

Los propios youtubers, que en su mayoría no alcanzan el impacto mediático de los grandes artistas musicales, han mostrado reiteradas críticas con el modo de funcionamiento de Youtube, que les impide conseguir réditos económicos de la creación de sus contenidos.

Para muchos de esos youtubers, que pretenden con su presencia en la plataforma iniciar una idea de negocio, tienen siempre presentes algunas claves como realizar un buen análisis previo de la situación, estudiar la competencia y el nicho de negocio y tener expectativas realistas con respecto a las posibilidades.

Canciones de no más de tres minutos

Un estudio del portal estadounidense Quartz muestra que las canciones que se han colado en la lista Billboard en los últimos años cada vez son más cortas, pasando de 3’50” a 3’30”. Los temas de 2’30” se han multiplicado por seis desde 2018.

¿Por qué ocurre esto? Tras este fenómeno están plataformas como Spotify o Apple Music, que pagan a los creadores entre 0,004 y 0,008 dólares por escucha. La duración de las canciones da igual, de modo que los autores cobran lo mismo por un tema de cinco minutos que por uno de dos y medio.

Si los artistas consiguen meter 25 piezas en un álbum donde normalmente podrían incluir solo 20, los beneficios son mayores, pues el precio que pagan las compañías es por escucha, y no por duración.