NOCHE EUROPEA DE LOS INVESTIGADORES

De bacilos de peluche a cráneos de cebra seccionados: esto es la Feria de los Ingenios

El objetivo de la feria es que muchos se hagan preguntas que hasta ahora no se habían hecho

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¿Sabe usted por qué pica una ortiga? ¿Sabía usted que tiene dos tipos de pelos y sólo uno tiene ácido fórmico? ¿Y que además el pelo malo tiene en principio una cápsula que sólo si se desprende hace que el resto ya sea un pequeño peligro? Pues nada más entrar a la Feria de los Ingenios en los jardines del rectorado de Córdoba puede usted conocer estos avatares, tocar una ortiga si le apetece terminar con fuerza el día...o si lo prefiere terminar más tranquilamente una hoja de tomate para comparar precisamente pelos. Y esto en el primer expositor: 'las plantas no tienen un pelo de tontas'.

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Multitud de científicos de la Universidad de Córdoba divulgando un sin fin de cuestiones se repartían por estos jardines dentro del plato fuerte de la Noche Europea de los Investigadores, que ha contado con muchísimas más.

Tan pronto uno salía contento por haber conocido los pormenores de la ortiga sin enfrentarse directamente a ellos, se topaba con el cráneo de una cebra seccionado transversalmente, con un ciervo disecado o con cajitas donde los más valientes, casi todos niños, metían la mano con preguntas como "¿pero tengo que encontrar huesos o no?". 

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Justo en el otro extremo del jardín, los niños también removían la tierra, pero para una materia en principio menos luctuosa. Se trataba de encontrar con pequeñas palas algunos restos arqueológicos, como por ejemplo restos de vasijas. Justo al lado, una colección de peluches representaba a todo un conjunto de bacilos, que vistos de esa forma parecen hasta "cuquis". En la zona dedicada a la bioquímica se ofrecía información sobre los oxidantes, ya que grupos de trabajo de la universidad se dedican a su estudio con el objetivo de combatir el párkinson o el cáncer. ¿Algún antioxidante sencillito para el día a día? Nos recomiendan la cúrcuma. 

En otro expositor aparentemente sencillo descubrimos sin embargo todo el ciclo del agua con elementos que en principio no llaman la atención, pues quizá sea el stand más diáfano, menos lleno de "cosas". Y sin embargo una estación meteorológica con pluviómetro y sensores, luego una caja con tierra, un cubito de hielo derritiéndose y una cámara de infrarrojos, caudalímetros...una pequeña maqueta...y cualquiera puede saberlo todo sobre una cuenca hidrográfica con una explicación de tres minutos. 

Más allá las familias se agolpaban para conocer los microorganismos que hay en el Guadalquivir y cómo distinguir a los contaminantes, o bien creaban su propia alga transgénica.

Y fuera del Rectorado, a la entrada, un enorme tractor que mostraba el paso de los trabajos manuales en el campo a la mecanización. En este caso no se trataba de un tractor cualquiera, sino de uno de última generación. 

La particularidad de esta feria que tiene lugar en los jardines del Rectorado es la interacción con el público. Todo está expuesto de forma que se pueda poner en práctica, jugar o experimentar. De ahí a la curiosidad por todo hay un paso. Seguramente muchos niños del público se empiecen a preguntar por muchas cosas nada más salir de esta feria. Y ese es el objetivo.

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