EFEMÉRIDES CORDOBESAS

Tal día como hoy, hace 101 años, muere degollado el cochero 'El Empalmao'

Le llamaban así por su excepcional estatura, y dicen que se le veía venir a un kilómetro de distancia erguido sobre el pescante de su vehículo
Coches de punto en la calle Joaquín Costa de Córdoba, donde tenía una parada
photo_camera Coches de punto en la calle Joaquín Costa de Córdoba, donde tenía una parada

Ocurrió hace un siglo y un año, exactamente. Habría que imaginarse a Córdoba en otoño de 1919, un año después de que se acabara la espantosa I Guerra Mundial, que dio tantas imágenes en sepia de espantos y horrores como para hacer renegar a generaciones siguientes en literatura y forma de pensar.

También se trata de un hecho truculento. La muerte por degüello de un hombre, de un ser humano, como si fuera un sacrificio a un dios perdido en el tiempo; una hecatombe con un única víctima, pero al ser humano es como si valiera por un sinfín de animales.

Dicen las crónicas, concretamente la s efemérides de Cordobapedia, que en ese 15 de noviembre de hace 101 años que en un reyerta con arma blanca un cochero de punto apodado 'el Empalmao' acabó ahogándose en su sangre con el cuello abierto por un navajazo (en aquella época era común llevar armas de hasta 18 centímetros de hoja).

Lo de menos es la razón de la reyerta. Puede ser por extraperlo, por el intento de cobro excesivo por un viaje, algo pasional o simplemente porque alguien le quisiera robar la recaudación del día como taxista de época. El caso es que uno de los famosos de la época acabó muerto.

'El Empalmao' había sido bautizado popularmente de esa manera por ser un gigante en su altura. Al parecer, según Cordobapedia, se le distinguía a kilómetros al sobresalir de una forma exagerada del pescante. Pero esa envergadura no le sirvió para acabar de esa manera, quizá por alguine tan grande como él o por una persona mucha más menuda, pero con una habilidad mayor para matar.

A todos los efectos, los coches de punto eran el medio más usual de transporte urbano en la primera y segunda década del siglo XX, no sólo en Córdoba, sino en muchas otras localidades como Granada o Sevilla. Serían como los taxis actuales, y, de hecho, comenzaron a desaparecer poco a poco al ir introduciéndose los taxis como medio de transporte más limpio, rápido y cómodo.

Sus paradas oficiales estaban ubicadas en la Plaza de la Compañíal la Avenida del Gran Capitán al lado del Gran Teatro o la calle Joaquín Costa, y llevaban carruaje del tipo 'Milord' y 'Manolas', con un precio a final de la primera década de 3 pesetas hora, con capacidad para cuatro plazas.

El apodo de 'El Empalmao' no era una excepción. Todos los conductores de coche tenía el suyo propio. Cordobapedia tiene una curiosa relación con 'Gelera', padre del que fue mozo de espada Paco Fernández; 'Maltequieres', tan aficionado a su negocio que hasta llegó a vender un rentable puesto de huevos para comprar una buena parejas de caballos; 'Malpiensas', se le llamaba así por su postura pensativa, muy parecida al famoso 'El pensador' de Rodín. Tomaba esta posición cuando estaba a la espera de sus clientes. Los conocidos le decían: - "Qué pensamiento trajinas hoy", o 'Quemecago', apodo que hacía referencia a la forma en que iba sentado en el pescante, que semejaba a la postura de hacer sus necesidades en la taza del retrete. Algún cachondo le ofrecía papel de periódico para su limpieza personal.

Estaban también 'Malagana', su apelativo provenía por poner siembre pegas e inconveniente al prestar el servicio. Decía frases como esta: -Con la noche tan oscura ya vernos si llegamos al destino; 'Comedulce', por ser un auténtico devorador de dulces en la Confitería La Perla o en Casa Miríadas; 'La Browi', apodo que le veía al tener un defecto en los dedos que parecía empuñar unas pistolas. Los chavales les decían: -"Browi, dispara, dispara"; 'La Mecedora', ya que su cojera le hacía balancearse al andar. Algunos graciosos se metían con él diciéndole: - "¡Vaya meneíto que tienes!"; 'El Sacri', por eso de haber tenido su anterior oficio de sacristán. Entre su clientela estaba los clérigos que les ofrecía unos servicios discretos, por eso de haber tenido contacto con el gremio; 'El Cebollo', por tener una cara y cuerpo sumamente redondos. Había personas que decían: -Pobre caballo; 'El Cantaor', por amenizar a los clientes con palos flamencos en sus servicios, o 'El Calderas', por provenir de una familia de caldeleros.

Muchos de ellos estaban relacionados con el famoso local cordobés Café Chastang. Era continua la asietcnia de estos cocheros de punto al Café por la proximidad de la parada cuyo emplazamiento era el Gran Capitán.

Por allí pasaban, según narran las mismas crónicas de la época, varios de los ya citados, además de otros, que luego pasaron a ser taxistas, como Pepe Calderas 'El Comparito', 'El Bute', 'El Lindo', Manolo 'El Tizón', 'Lechones', Vicente 'Matabestias', o 'El Santo', cuyo coche era conocido por el de los toreros, ya que se ascendía al mismo por la parte trasera y los asientos estaban a uno u otro lado. En los carnavales era contratado por algunos simpáticos cordobeses, que disfrazados de toreros paseaban alegremente las calles de Córdoba con esta indumentaria.

Un mundo que a día de hoy sólo vive en la memoria de fotos antiguas y crónicas de anécdotas jugosas que bien merecen la pena recuperar.