Efemérides cordobesas

Hoy, hace 210 años, el Campo de La Merced acogió fusilamientos napoleónicos

1810 fue un mal año para la provincia con la llegada del general Claude-Victor Perrin y la del propio José I a la capital califal
Dragones franceses en Córdoba en una imagen cogia del blog La Vieja España
photo_camera Dragones franceses en Córdoba en una imagen cogida del blog La Vieja España

La guerra nunca trae nada bueno, salvo el hecho de que sanea la economía. Hoy, 9 de marzo de hace 210 años (1810), las tropas del general Claude-Victor Perrin se dedican a fusilar cordobeses en el Campo de La Merced, frente por frente con el Palacio del mismo nombre, con la Malmuerta a la vista, así como La Puerta del Rincón y la muralla de la ciudad con sus torres y alienado. Eran otros tiempos y aquello apenas tenía construcciones.

Irónicamente, los fusilados de la plebe fallecieron por el plomo galo donde antaño los romanos depositaban los restos de la nobleza muerta. Muerte al fin y al cabo y cuerpos sin vida sobre y bajo tierra.

Fue una época especialmente dura para la provincia de Córdoba dentro de la Guerra de la Independencia, que calculan los historiadores que segó un millón de almas, después de que en 1808 el general Castaño entrara en una supuesta ciudad liberada de forma triunfal. Por entonces, la ciudad califal se convirtió en productora de armas para los sublevados hasta que el citado general sin apenas resistencia entró en la ciudad que comenzó a hablar francés de nuevo.

El 26 de enero entró en Córdoba el mismísimo Pepe Botella (José I) a quien se le dispensó un recibimiento al más alto nivel, con el personal a las puertas de la ciudad, en el Ayuntamiento y en la Catedral el obispo Pedro Antonio de Trevilla con un Te Deum.

A partir de ahí, y siempre según Cordobapedia, en septiembre las tropas españolas, al mando del general zamorano Pablo Morillo, arrebatan a los franceses Fuente Obejuna, que al día siguiente, el 9, recupera de nuevo el ejército imperial al mando del comandante Bom. El 11 de septiembre Rute se alza en armas por parte de los vecinos contra los invasores, que fue apaciguada por el gobernador de Córdoba, Louis Paul Baille, barón de Saint-Pol, al mando de varias columnas francesas.