Efemérides cordobesas

Tal día como hoy, de 1785, se doctora la primera mujer en España, la cordobesa María Isidra Quintina de Guzmán

Esta grande de España fue la primera mujer que obtuvo un doctorado, ser catedrática y también miembro de la Real Academia
María Isidra Quintina de Guzmán y de la Cerda con su bonete
photo_camera María Isidra Quintina de Guzmán y de la Cerda con su bonete

Es doctorada la prímera mujer española en la Universidad de Alcalá, María Isidra Quintina de Guzmán y de la Cerda, una grande de España madrileña de nacimiento que tuvo, sin embargo, una muy estrecha relación con la cuidad de Córdoba, donde falleció a la edad de 35 años, tras dar a luz a su hijo, según se indica en la web de la Cordobapedia.

Hija de Diego de Guzmán, conde de Oñate y marqués de Montealegre, y de María Isidra de la Cerda, condesa de Paredes, fue Dama de la Reina y de su Real Orden. Pero no quedó ahí la cosa. Mujer (muy) adelantada a su tiempo, desde muy pequeña tuvo predilección e interés por los estudios, merced a su "privilegiada inteligencia" y a la labor de su maestro Antonio Almarza, y logró adquirir profundos conocimientos tanto en su escritos como en componer discursos. Aprendió, de este modo, lenguas vivas y muertas (latín , griego, francés, italiano y español), Bellas Artes y Filosofía.

Así, por la intervención de Carlos III -que le tenía señalado afecto y que abrió la sociedad, especialmente la de la nobleza femenina a la llamada 'Ilustración' española- obtuvo el Doctorado en Filosofía y Letras Humanas por la Universidad de Alcalá de Henares, a los 17 años, desarrollando con suma competencia y elocuencia Un texto de Aristóteles (el capítulo tercero del libro 'De Anima'), donde además fue nombrada catedrática Honoraria y Consiliaria Perpetua. La Real Academia Española la nombró por unanimidad académica en 1784. Para ello, el monarca encargó, por Real Orden, a la Universidad madrileña modificar el ceremonial tradicionalmente aplicado a los varones, adaptándolo a las excepcionales circunstancias de esta mujer.

Por cierto, que el Claustro Universitario se opuso en redondo. Pero el apoyo de Carlos III, los exámenes realizados por ella y su ceremonia de investidura, adquirieron caracteres de verdadera efeméride nacional, y la noticia se recogió en todos los diarios de la prensa española de la época. Fue aprobada 'Cum Laude' por méritos intelectuales propios (y no sólo por la intermediación real) y su bonete llegó servida (literalmente) en bandeja de plata, y en Alcalá ese día hubo fiesta, con iluminación de calles y fachadas, música y reduplique de campanas. Y los padres de la beneficiada aportaron un espléndido convite de dulces, sorbetes y refrescos.

La importancia de esta mujer en este sentido no fue la de abrir voluntariamente la puerta de la ilustración a las mujeres, puesto que ella volvió al seno de lo que sería el 'papel femenino' de entonces (cuidar el hogar, al marido y a la prole) pero sí de forma indirecta, ya que durante una reunión de la Sociedad Económica de Amigos del País matritense, donde se la invitó como socia de honor, alguien de los asistentes consideró óptimo que se nombrara también socia de honor a la Condesa de Buenamente, de espíritu diferente al de María Isidra y que entró de lleno en la política ilustrada del país. Hast el punto de que Carlos III se vio en la obligación de autorizar la creación de la Junta de Damas de Honor y Mérito, a las que se adhirieron otras muchas aristócratas siguiendo el ejemplo de la condesa.

¿Y cuál fue su relación con Córdoba? Evidentemente, su matrimonio el 9 de septiembre de 1789 entre 'grandes' con el marqués de Guadalcázar e Hinojares, Rafael Alonso de Sousa, y fijó su residencia en el barrio de Santa Marina, en el Palacio de la Puerta del Rincón.

De físico enclenque y enfermizo, tras dar a luz a su hijo Isidro Alfonso de Sousa y Guzmán, continuador del título de nobleza, falleció el 15 de marzo de 1803. Fue enterrada bajo el ábside en la capilla mayor de la iglesia de San Marina, y así consta el epitafio de su sepultura coronada por un birrete doctoral y que dice "Aquí yace el cadáver de la Excma. Señora Doña María Isidra Quintina de Guzmán y de la Cerda, marquesa de Guadalcázar e Hinojares, Grande de España, Dama de la Reina nuestra señora y de su Real Orden, Doctora en Filosofía y Letras Humanas, Catedrática honoraria y Conciliaría perpetua de la Universidad de Alcalá, Académica honoraría de la Real Española.... Murió en 5 de marzo de 1803 a los 35 años, 4 mes y cuatro días".