Tal día como hoy pero de 1943 se dio uno de los crímenes cordobeses que pasaron de boca a oído durante décadas, el caso del barbero asesino o del barbero descuartizador.
Se trató de Francisco Reyes Soroche, que tenía una barbería en el número 6 de la calle San Pablo. Era muy conocido en el gremio, no en vano era el presidente de los barberos cordobeses. El periódico "El defensor de Córdoba" recoge tal condición mucho antes de convertirse en homicida, y en concreto el 24 de diciembre de 1931. Tenían entonces los barberos su comida fraternal de Navidad. Paradójicamente la sociedad de peluqueros y barberos se llamaba...'La Protectora' y querían organizar un homenaje a su presidente en el 'Hotel de las Cuatro Naciones' el 1 de enero de 1932.
Otro diario cordobés, 'La voz', daba cuenta de dicho homenaje, titulando 'Un simpático homenaje'. Acudieron cerca de un centenar de profesionales del gremio, lo que da una idea de la popularidad del futuro asesino. Hubo vivas a la república, a Lerroux y a Alcalá-Zamora. Mucha gente tomó la palabra y también el homenajeado.
También se refirió al homenaje el 'Diario Córdoba de comercio (...)'. Lo hace en términos semejantes al de 'La voz', salvo que añade el detalle de que los barberos mandaron flores a la madre del presidente.
Pero esos eran los tiempos de vino y rosas. El 27 de enero de 1943 entró el cobrador del Banco Español de Crédito, Enrique Gallego. el libro «Crónica negra de la historia de Córdoba. Antología del crimen», escrito por el exmagistrado de la Audiencia Provincial de Córdoba Antonio Puebla y el comadante de artillería en la reserva José Cruz Gutiérrez, recoge que cuando le estaba afeitando le cortó el cuello por una discusión según la versión del asesino. Lo cierto es que tenía unas veinte mil pesetas, como indica el blog 'Notas cordobesas'.
Posteriormente lo descuartizó con un serrucho en la trastienda y procedió a tirar los trozos en el molino de Martos. Asesino y asesinado eran compañeros de pupitre de colegio. La policía encontró la cabeza, según se dice, en la trastienda, parece ser que le resistía. Sospecharon porque un sobrino del propio barbero vio gestos sospechosos en su tío, pues no le dejaba entrar en esa parte del establecimiento.
El barbero fue condenado a muerte.
Existen dos versiones de otro suceso con respecto a su muerte. Una que uno de los componentes del pelotón de fusilamiento le guardó, a petición del condenado, unos gemelos. Al llegar a su dormitorio se le disparó el arma, lo que le mató con esos gemelos en el bolsillo. La otra versión es parecida e indica que tras la ejecución, en el cuarto, a uno de los soldados del pelotón se le disparo el arma, matando a un compañero. He ahí la maldición del barbero asesino.
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Niño y héroe
Nicolás Cañero Luna. Bien reflejado el nombre y los dos apellidos. Tal día como hoy, pero de 1948, evitó un accidente de tren que hubiese sido fatal. Su hecho fue tan comentado que semanas más tarde de su gesto se llegaba a escribir sobre él incluso en diarios locales de otras provincias, por ejemplo el Diario de Burgos. Su acción se convirtió en enormemente popular.
¿Qué pasó? Este niño estaba guardando cerdos junto al puente de la Torrecilla. Eran días de inundaciones. Se percató de que el puente empezaba a hundirse. A centenares de metros venía un tren. Empezó entonces a hacerle señales al maquinista para que parase, pero no consiguió resultado alguno. Ni corto ni perezoso, y para evitar la tragedia, se puso en medio de la vía. Entonces le vieron y el tren paró. El chaval, de doce años, fue premiado por el gobernador civil.
