EFEMÉRIDES

Tal día como hoy pero de 1778 moría en Córdoba el virrey del Río de la Plata

Más de un siglo después sus restos peligraron por obras de pavimentación en la catedral
El Virrey de Río de la Plata, Pedro de Ceballos
photo_camera El Virrey de Río de la Plata, Pedro de Ceballos

En la capilla de Villaviciosa, que fuera capilla mayor de la catedral de Córdoba, yace enterrado Pedro de Ceballos Cortes y Calderón, el que fuera virrey del Río de la Plata. Así reza su epitafio recogido por Cordobapedia: 

“Aquí yace en depósito, el cadáver del Excmo. Señor don Pedro de Cevallos Cortes y Calderón. Caballero de la Real Orden de San Jenaro. Comendador de la Santiago. Gentil Hombre de Cámara de S.M., Capitán General de los Reales ejércitos y de las fuerzas de tierra y mar destinadas a la América meridional y Virrey de las provincias del Rio de la Plata. Buenos aires etc. De cuyas expediciones volvió coronadas sus sienes de victorias y laureles, dejando tomadas a los portugueses varias posiciones, como destrozados sus establecimientos; alojado por su elección al paso por esta ciudad en el Convento de los RR. PP. Capuchinos después de una larga y penosa enfermedad, falleció ejemplarmente en 26 de diciembre de 1778 a los 63 años cinco meses y 28 días”.

Curiosamente, y como narra el 'Diario Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos' del 20 de junio de 1893, la tumba de este virrey, como otras, fue víctima de unas obras de pavimentación en la catedral. Se abrieron algunas, se trasladaron otras, se perdieron lápidas...aquí pueden leer la crónica de esa confusión que afectó también a otras figuras ilustres. Tiene el título de 'Restos perdidos'.

Pedro de Ceballos, aunque nacido en Cádiz en 1715, moría tal día como hoy en Córdoba, en el año 1778. Se dice que tuvo uno de los entierros más suntuosos de la época al que acudieron miles de personas. En una España que ha asumido en gran parte las distorsiones de la leyenda negra, su nombre pasa desapercibido, cuando se trata de una de las figuras más heroicas e interesantes de su siglo.

Con menos de 30 años ya era mariscal de campo y con 40 el hombre de confianza del rey. Su leyenda se forja, como indica la página de la Real Academia de Historia, a partir de 1756 cuando es enviado con mil hombres al Río de la Plata, siendo nombrado al año siguiente gobernador de Buenos Aires. Se le encomienda una misión: apoderarse de la colonia portuguesa de Sacramento. Y consiguió hacerse con ella tras un sitio de 28 días. Poco después los portugueses intentaron apoderarse de ella y de Ceballos rechazó la arremetida. 

Siguió avanzando por el Río de la Plata y, como indica mcnbiografías, y ya al estructurar el virreinato:

Prohibió extraer metales preciosos del Perú, fomentó el cultivo del lino y cáñamo, estableció la Audiencia y el Tribunal de Cuentas y preparó el libre comercio que acababa de reglamentarse, al tiempo que decretaba la libre internación al Perú y Chile de los géneros y artículos entrados en Buenos Aires (véase Audiencia de Charcas). Finalmente dio un reglamento de trabajo con horarios y salarios. Fracasó, sin embargo, en su proyecto de poder importar azogue español por Buenos Aires para el beneficio de la plata del Potosí, que habría sido decisivo, ya que el Potosí quedó en el Virreinato rioplatense y la mina de mercurio de Huancavelica en el del Perú.

Además libró en ese tiempo numerosas batallas con Portugal. Volvió enfermo a España con dirección a Madrid, pero por el mal estado de su salud hubo de pararse en Córdoba, donde murió, como indica, Wikipedia, en el convento de San Jacinto de los padres Capuchinos de Córdoba.