LA FIESTA DE LOS PATIOS 2021

Plaza de las Tazas, 11: Una casa Patio que fue contenedor cultural y sigue aspirando a serlo

Allí vive el matrimonio formado por Cristina Bendala y José Luque, que diseñaron y levantaron este espacio hace 38 años, donde hubo proyección de cine, representación teatral, eventos poéticos y conciertos de cantautores
Cristina Bendala en su Patio de la Plaza de las Tazas, 11
photo_camera Cristina Bendala en su Patio de la Plaza de las Tazas, 11 FOTOS MARÍA NIETO

El Patio del número 11 de la Plaza de las Tazas ha sido el gran descubrimiento para muchos este año. Y eso que lleva en concurso desde 2012, cuando se jubiló su cuidadora y propietaria, la arquitecto Cristina Bendala. No cabe duda de que es un rincón especial, y son varios los elementos que llevan a pensar eso. Por lo pronto, como bien dice Cristina, "es un gran espacio a modo de isla rodeada de otras casas que son las que dann a las calles". Y es que este recinto ocupaba el centro de una manzana bastante grande, junto a otro espacio similar que ahora es la casa de Paco Montalvo, el violinista, y donde se encontraba el bar La Factoría del Arte, justo pegado a la trasera de la vivienda de Bendala, a quien siempre le "encantó por su música que nos llegaba muy suave".

José Luque y Cristina Bendala en su Patio de la Plaza de las Tazas, 11

Otra singularidad suya es el enorme "pedazo de cielo grande" que se ve al elevar la vista entre varios árboles que "te transmiten todo el frescor en verano y que me parece que son vitales y clave". A eso se le une que tanto el bambú como la esterlicia son especies que aportan exotismo al Patio. Ésta última ocupa el espacio de una inmensa palmera que había en el recinto y que murión de enfermedad hace ya unos seis o siete años.

Pero lo que hace que a su propietaria le encante de verdad este paraíso en la ciudad es lo que representa. "De alguna manera creo que esta casa recoge un poco el espíritu de lo que eran las casas donde vivían muchas personas en unas condiciones difíciles, pero que se ayudaban, se cuidaban mutuamente y se querían, y todo eso, que es un poco el alma de Los Patios está aquí aquí presente con la vegetación que te da esa situación de armonía y paz y con el canto de los pájaros", explica.

José Luque en su Patio de la Plaza de las Tazas, 11

El cuidado y el mimo que ella aporta permite "sentarte aquí a hablar de lo divino y de lo humano" y cualquier cosa que se haga allí, en ese marco, "adquiere una emoción especial, que es la única codsa que hace que se te quede muy dentro". Y sí, se puede considerar que este Patio es un contenedor cultural, o lo fue, ya que en su día acogió eventos poéticos de versos sueltos, proyecciones de cine, a cargo de la Asociación de Cine Cercano, que ahora está en el Centro de Recepción de Visitantes los domingos alternos, conciertos de cantautores y hasta teatro.

"Era un espacio lleno de cultura; en verano proyectábamos, con un aforo de 80 personas. Era un disfrute y no molestaba a nadie. Y hubo un año en que al acabar Los Patios tuvimos un mes entero todos los sábados y domingos representaciones teatrales  con grupos locales", ha señalado. Todo esto se vino abajo por las constantes quejas de un vecino y por la presencia constante de la Policía Local que enviaba la Gerencia Municipal de Urbanismo. "Ahora he comprobado que fue un error y tenía que haber seguido con aquello, porque Los Patios tienen que ser importantes para los cordobeses y han de ser lugares de celebración, disfrute y cultura".

José Luque y Cristina Bendala en su Patio de la Plaza de las Tazas, 11

En la actualidad, además de su marido, José Luque, también arquitecto retirado, hay gente viviendo en las habitaciones. Porque el Patio funciona como una especie de pensión. Así, hay gente que vive allí todo el año o con largas temporadas, y tienen su cocina. "Nos sentamos aquí y comemos juntos todos muchas veces porque este sitio te invita a ello; tengo un profesor de música, una amiga mía que trabaja en la Junta que es de Málaga y he tenido a unos chicos de varios lugares del mundo que han venido a hacer un máster y tener la casa ocupada con gente joven ha sido una experiencia muy agradable".

El vergel no siempre fue así. Cuando lo vio por primera vez Cristina el sitio era una ruina, pero para dos arquitectos lejos de ser un handicap es más como un reto irresistible. "La casa la hicimos hace 38 años; hay que imaginarse todo esto como un descampado y fue entonces cuando lo diseñamos y plantamos la mayor parte de las cosas que ahora están frondosas y grandes". Los árboles por entonces eran "palitos", se ubicó la inmensa buganvilla, así como la hiedra y el jazmín azul que rodea por completo la piscina. "Los hemos visto crecer y ellos nos han visto crecer a nosotros", señala con humor.

Cristina Bendala en su Patio de la Plaza de las Tazas, 11

Al parecer lo que ahora es un amplio Patio, antes era muy reducido y completamente rodeado de habitaciones donde ahora está la inmensa alberca. La entrada era a través de un estrecho callejón y había un pasaje que llevaba a otro patio menor. Pero el aspecto de la casa ahora es similar a la original, con su galería y sus sencillas columnas de hierro. "Mantuvimos los elementos que pudimos aprovechar" y eso también aporta su encanto.

Antes de entrar en Concurso, el Patio ya era hermoso con su vegetación, y en su día Cristina Bendala (precioso apellido) "ya pensaba en que cuando tuviera tiempo me presentaba". Por fin la vida le ha dado esa oportunidad tras su trabajo de arquitecto y su paso como edil  y servidora pública en la primera Corporación democrática cordobesa (1979-1983) con el Partido Andalucista (PA) y de nuevo como independiente dentro del PCE de Julio Anguita en la segunda Corporación, de 1983 a 1987.