"Nunca volveremos a oír la voz de mi padre"

Pierde los recuerdos de toda una vida y le indemnizan con 40 euros

Un vecino de la localidad cordobesa de Montoro denuncia que una empresa de envíos le ha perdido un total de 37 cintas de vídeo, con más de 100 horas de grabación y 25 años de recuerdos

Matías Cañas
photo_camera Matías Cañas

Si tuviera que tasar los recuerdos de toda una vida ¿qué precio le pondría? Desde luego parece algo imposible, sin embargo, a las empresas parece ser que no le cuesta tanto averiguarlo. El valor sentimental es difícil de tasar, aunque en algunas ocasiones con un simple cálculo matemático ya es más que suficiente. Al menos eso le ha ocurrido a Matías Cañas Delgado, un vecino de la localidad cordobesa de Montoro al que "le han tasado los recuerdos de 25 años de vida en, aproximadamente, unos 40 euros". 

Todo comenzó el pasado día 3 de enero cuando el montoreño decidió pasar a formato digital un total de 37 cintas de VHS que recogían, más o menos, unas 100 horas de grabación de 25 años. El objetivo principal, según ha explicado el propio afectado, era "no perder estos recuerdos de toda una vida y hacer que los futuros miembros de su familia reconociesen, en estas grabaciones, cuáles han sido sus raíces y quiénes forjaron su historia familiar". De esta forma, Matías Cañas se puso en contacto con una empresa de Guadalajara, que conoció a través de internet, y a la que envío las cintas en una caja, junto a un disco duro que serviría para almacenar estas grabaciones en formato digital. 

La sorpresa llegó, explica el afectado, cuando el día 11 de enero desde la empresa de envíos, "Envialia", le comunicaron que el paquete, “de una forma más que extraña”, se había perdido. Por este motivo, Cañas visitó la sede de esta empresa especializada en envíos, sita en la localidad cordobesa de Villa del Río, y aportó los datos necesarios sobre las características de la caja que había enviado, tal y como le solicitaron desde la entidad.

Siete días después, el 18 de enero, le comunican al afectado, a través de un correo electrónico, que el material está inlocalizable y que la indemnización que le dan es de 5,92 euros por kilo, que, teniendo en cuenta el peso de la caja, ascendería a un total de unos 40 euros. “Me he negado a aceptar esta indemnización porque esto supondría dar totalmente por perdidas estas cintas de vídeo”. 

Matías no le encuentra una explicación razonable a esta pérdida, ya no sólo eso, sino que, según se ha lamentado, desde la empresa tampoco le han dado “un motivo concreto por el que se han podido perder las cintas”. 

“Ellos sólo ven kilos y una caja perdida, mientras que yo veo cómo los recuerdos de 26 años de vida se han perdido y, parece que para siempre”, explica el afectado. Las cintas contienen más de 100 horas de grabación de todos los eventos familiares de los últimos 25 años. Por esto, “su valor sentimental es incuantificable”. El vecino de Montoro piensa que la solución que le ofrecen “no es de recibo sino que es lo más cómodo para ellos”. 

Según explica “no se pueden ni imaginar lo que esto ha supuesto para mi familia que, ahora, están condenados a no poder volver a oír la voz de mi suegro, de mi padre, y de otros familiares ya desaparecidos”. Tampoco podrá volver a recordar a través de una grabación el momento del nacimiento de sus hijos, el primer encuentro entre los dos hermanos del matrimonio, y muchos otros recuerdos más.

Por otro lado, el afectado es consciente de que “la ley sólo les obliga a ofrecerme la indemnización que proponen”, pero considera que su responsabilidad les “debería obligar a hacer una investigación más eficiente”.