LITERATURA Y CULTURA

El escritor Jesús Cosano desvela el pasado esclavista del pontanés Antonio Juan Parejo

En el quinto título de su colección Los Invisibles llamado 'El negrero de Puente Genil'
Jesús Cosano (izquierda), con Santiago Auserón y Raúl Rodríguez, en la inauguración de la exposición 'Negros de Arena y Cal' del autor pontanés
photo_camera Jesús Cosano (izquierda), con Santiago Auserón y Raúl Rodríguez, en la inauguración de la exposición 'Negros de Arena y Cal' del autor pontanés

El escritor pontanés Jesús Cosano, autor de la colección de Los Invisibles de la editorial sevillana Aconcagua Libros, acaba de editar su último trabajo, 'El negrero de Puente Genil', que supone el quinto título de esa colección. El libro, según ha explicado el autor, "descubre una parte de la historia –silenciada– de uno de los personajes de la provincia de Córdoba del siglo XIX: El pontanés Antonio Juan Parejo y Cañero".

Cuenta la estrechísima relación y la empresa común que tenía con Agustín Fernando Muñoz y Sánchez –el esposo de María Cristina de Borbón–, en el tráfico ilegal de esclavos en Cuba y sus conexiones con otros grandes negreros. Asimismo, la obra ilustra sobre la vida de algunos de esos negreros –colegas de Parejo–, que se enriquecían gracias al tráfico de seres humanos.

Por sus páginas pasan las vidas de millones de niños, mujeres y hombres africanos esclavizados. También, la de mexicanos, canarios, chinos o gallegos, que fueron engañados para trabajar en la isla de Cuba y una vez allí, tratados como esclavos.

Otro elemento de interés en el libro son los aspectos que muestra de la vida de la mujer de Parejo, la hacendada cubana propietaria de ingenios azucareros y multitud de esclavos: Susana Benítez de Lugo.

Y como elemento anecdótico el libro de la colección Los Invisibles descubre al lector cómo uno de esos esclavos que poseía Susana Benítez era el tatarabuelo de Benny Moré, apodado 'El bárbaro del ritmo'.

El libro también saca a la luz los esclavos que la pareja real (María Cristina de Borbón y Antonio Muñoz) compraban en Cuba y mantenían en su corte para su diversión y servicio. Son historias desconocidas de personas que, por otros motivos, pasaron a la historia de Puente Genil como benefactores de su sociedad, y hoy, continúan así, a pesar de este pasado realmente oscuro.