CAMBIO DE HORA

Una horita más de sueño o para lo que se quiera

Esta madrugada el reloj se atrasa una hora para acomodarnos al horario de invierno

Cambio de hora 2
photo_camera La mayoría de los móviles pueden actualizar la hora de forma automática

A las tres de la mañana serán las dos y así tendremos una horita más de sueño o para lo que se quiera. Y aunque son ya más de 40 años ganando y perdiendo horas según la época del año para favorecer el ahorro energético, son muchos los que no terminan de acostumbrarse a estos vaivenes del reloj.

Para algunas personas este pequeño cambio de hora tiene un efecto “yet-lag”. Lo normal es que no se sufra ninguna alteración, salvo alguna confusión por no haber cambiado la hora en algún reloj, pero si se siente un poco más cansado de lo habitual, algo desconcentrado o le cuesta dormirse, no se preocupe, se le pasará en dos o tres días, según los expertos.

Los efectos del cambio de hora sobre nuestros hábitos de sueño y vigilia son conocidos, lo que aún no se ha evaluado es cómo influirá en nuestra factura de la luz después de los cambios de tarifación por horas.

El objetivo del cambio de hora es aprovechar mejor las pocas horas de luz durante los meses más fríos y, por ende, consumir menos electricidad. Sin embargo, ese ahorro energético no está muy claro. Según el organismo o entidad que se consulte, este puede oscilar entre el 5% y nada e incluso ser negativo.

Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el “potencial de ahorro en iluminación por el cambio de hora podría llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros. De esa cantidad, 90 millones corresponderían a los hogares”, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar en cinco meses, hasta el cambio de hora de primavera.

Para alguno, a lo mejor estos seis euros de ahorro no merecen tanto cambio, sobre todo, teniendo en cuenta que los españoles ya vivimos en una hora que no nos corresponde por nuestra localización geográfica, que sería la marcada por el meridiano de Greenwich  y no por el uso horario de París, que es el que marca los nuestros desde 1943.