HORARIO DE INVIERNO

¿Has retrasado los relojes la pasada madrugada?

A las 03.00 horas eran las 02.00 del nuevo horario de invierno
Cambio de horario de verano a invierno
photo_camera Cambio de horario de verano a invierno

La pasada madrugada se estrenado el horario de invierno con el que se pretende ajustar las horas de luz al horario de trabajo. En este caso, tocará atrasar las manecillas del reloj y todos los países de la Unión Europea tienen la obligación de realizar este cambio para ajustar sus diferentes horas al solsticio de invierno de 2021.

Estén ustedes de acuerdo o no con la situación, el caso es que han dormido una hora más, porque a las 03.00 horas de manera mágica (técnica en los relojes digitales de ordenadores, televisores y móviles) pasaron a ser las 02.00 horas del día de Halloween o víspera de Todos los Santos. Así, a partir de hoy, domingo, amanecerá y anochecerá más pronto.

En Canarias, el cambio también se ha realizado la noche del sábado al domingo, es decir la noche del 30 al 31 de octubre. Aunque en el caso de las islas (mucho ánimo a La Palma) se producirá a las 02.00 horas, momento en el que volverá a ser la 01.00.  Los canarios irían que en la Península ('la Meseta') lo retrasamos una hora más tarde.

¿Por qué se cambia el horario, se preguntará más de uno? El origen del cambio horario se remonta a la antigua Roma, cuando las clepsidras o reloj de agua de los romanos tenían diferentes escalas en función del mes del año que fuera.

Así, en la latitud de Roma, la tercera hora tras el amanecer, la 'hora tertia', empezaba (usando el horario moderno) a las 09.02 horas y duraba 44 minutos en el solsticio de invierno, pero en el de verano comenzaba a las 06.58 y duraba 75 minutos, según relata el historiador Jérôme Carcopino. La Humanidad desde siempre se ha dado cuenta que los días no duran lo mismo nunca.

Mucho más cercano, otro de los antecedentes del moderno horario de verano se remonta al 30 de abril de 1916, cuando, en mitad de la atroz, inhumana y horrorosa I Guerra Mundial (1914-1918), el Gobierno alemán decidió que todos los relojes se adelantarán una hora para reducir el uso de luz artificial y ahorrar energía. Una teoría mucho más acorde con el espíritu materialista moderno.

Dos años más tarde y, con el mismo propósito de ahorrar energía aún en el marco de la Gran Guerra, el presidente estadounidense Woodrow Wilson firmó un decreto en 1918 para adelantar la hora. No obstante, todas estas iniciativas fueron revertidas una vez que acabó el conflicto bélico. 

La costumbre de atrasar el reloj en invierno y adelantarlo en verano se empezó a usar de forma generalizada en 1974, tras la primera crisis del petróleo (de nuevo razones económicas), para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir menos electricidad.