Ubicado en el corazón del barrio de la Judería, la propuesta del nuevo restaurante Caravasar se basa en presentar a sus comensales un "viaje gastronómico" en el que descubrir nuestra herencia culinaria con técnicas de la cocina contemporánea. Caravasar actualiza ingredientes y recetas de muy diversas culturas, pero con un nexo común: el Mediterráneo.
Todo en Caravasar remite a los numerosos orígenes que tanto han marcado la historia y la cultura de Córdoba. Las rutas de la seda y las especias tienen presencia tanto en la decoración como en la definición de su concepto gastronómico. El propio nombre del restaurante hace referencia a estas rutas, pues eran los refugios de los comerciantes que recorrían miles de kilómetros para llevar sus mercancías al resto del mundo, expandiendo desde la cuenca mediterránea las bases de la cultura occidental.
Caravasar se sitúa como una innovadora referencia para los cordobeses y los visitantes amantes de la gastronomía, aportando además al casco histórico, donde proliferan los restaurantes tradicionales, una alternativa original y vanguardista.
Algunas muestras del menú
Platos como los raviolis rellenos de labneh con pesto de pistacho, el atún rojo con curry verde y algas mediterráneas, el cordero con hinojo y yogur de oveja o los chocolates especiados transportan al huésped a un viaje a través del tiempo y las culturas mediterráneas. A lo que hay que sumar su amplia oferta de tés y una estudiada carta de vinos, que aportan aún más carácter a esta experiencia culinaria.
Al frente de sus fogones están dos cocineros cordobeses: Juan Pedro Secaduras, jefe de cocina de algunos de los más afamados restaurantes de la ciudad, además de haber logrado varios premios en concursos y jornadas gastronómicas; y Paco Villar, que regresa a la ciudad como chef ejecutivo tras pasar por las cocinas madrileñas del Casino, Welow y Sturios y cuyo proyecto de restaurante fue seleccionado este año por Caixalab Experience y El Bulli Foundation.
Caravasar pertenece al grupo Cabezas Romero, propietario de otros establecimientos en el barrio de la Judería (Casa Pepe de la Judería, Casa Rubio, Taberna del nº 10) y supone una nueva apuesta por enriquecer el patrimonio gastronómico de la ciudad.
