CULTURA Y LITERATURA

El cordobés Francisco Javier Guerrero gana el IV Premio Esdrújula de Poesía

Joaquín Pérez Azaústre formaba parte del jurado de este galardón que otorga la editorial granadina del mismo nombre
El poeta cordobés Francisco Javier Guerrero Cano
photo_camera El poeta cordobés Francisco Javier Guerrero Cano

Hoy martes, 1 de noviembre de 2022, se ha fallado el IV Premio Esdrújula de Poesía, que otorga la editorial granadina del mismo nombre, con un jurado de excepción compuesto por Raquel Lanseros (ganadora de los premios Unicaja, Antonio Machado en Baeza, Poesía del Tren y Jaén, así como del Nacional de la Crítica y el Andalucía de la Crítica), Joaquín Pérez Azaústre (ganador de los premios Adonáis, Loewe y Gil de Biedma, entre otros), Antonio Praena (ganador de los premios José Hierro, Tiflos, Gil de Biedma, Andalucía de la Crítica y de la Crítica Valenciana) y Rosa Berbel (ganadora del Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal, del Premio Andalucía de la Crítica a la mejor Ópera Prima y del premio Ojo Crítico de Poesía de RNE).

Se han elegido 12 finalistas de entre los 202 poemarios recibidos.

El poemario ganador es Origen de la niebla, de Francisco Javier Guerrero Cano (Córdoba,1976). Sobre el poemario ganador, el jurado ha destacado que "En Origen de la niebla la audacia introspectiva se convierte en una revelación personal desde lo cotidiano, en la que el autor consigue congeniar la radicalidad de la experiencia propia y la aspiración a reflexionar sobre los grandes temas compartidos.

"La aparición de símbolos, sencillos y envolventes, nos acercan con la incisión de un bisturí a la verdad de un hombre. Con un ritmo insobornable y un trabajo con el verso afinado y cuidadoso, este libro se adentra decididamente en la niebla de la propia biografía, de la cultura con sus mitos, y de la literatura misma. Más allá de la incertidumbre, estos versos cuentan nuestro relato aunando ciencia y humanismo con un lenguaje diáfano, pero nunca evidente".

El cordobés es autor de los poemarios Anatomía del tornado (Ediciones En Huida, 2015), Las razones del agua (Adeshoras, 2017) y Los principios activos (Algaida, 2018), con el que obtuvo el XXXVI Premio de Badajoz de Poesía. Ha coordinado la edición del libro colectivo Diodati, la cuna del monstruo (Adeshoras, 2016). Además, ha colaborado con diversas revistas literarias como La Galla Ciencia o Cuadernos del Sur o Quimera.

Asimismo, por la calidad de la obra el jurado ha decidido otorgarle un Accésit a una de las obras finalistas: La teja, de Jorge Ortiz Robla (Gran Canaria, 1980).

Uno de los poemas del poemario ganador:

ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA
Un edificio en ruinas
en medio de un erial a las afueras.
Allí nos encontramos una vez por semana
para diferenciar el mito de la fe.
Las sombras de los bancos murmuran como lobos
sus viejas oraciones
mientras tatuamos frases sin sentido
en los huecos de nuestra anatomía
que permanecen libres.
Cuando no queda nada
el cuerpo es el hogar de las ficciones,
otro papel cualquiera para las Escrituras.
Él pone las agujas. Yo la tinta,
aerosoles
y máscaras. También
dibujamos grafitis
en los muros que siguen levantados.
No queda más remedio que llenar los espacios
con nuevas narraciones.
Los vacíos que fueron puertas y claraboyas
son el verbo de Dios.
Y en esos agujeros no se puede hacer nada.
Pero sí en el altar, en las columnas,
en el confesionario.
Gobiernan en silencio sin medida.
Estos días nos cuesta imaginar
el templo abarrotado de personas.
Sé que eso fue así, pero
me da la sensación de que nunca hubo nadie.