Escribir una historia con héroes y princesas mezclando datos reales y mitología. Hacerlo además directamente en un idioma que no es el suyo, el español, y sin traducción previa. Este es el doble reto que se ha planteado el escritor canadiense (nació en Toronto) y afincado en Méjico, Reza Emilio Juma en "El legado del Príncipe de Cachemira". A un lado Gita, descendiente de Alejandro Magno, al otro Roxana, procedente de la realeza Persa. Y en el centro la ciudad de Córdoba, uno de los escenarios del libro, ya desde la misma portada.
Tras vivir 15 años en España, la mayoría en Elche aunque parte de ellos en Granada, Juma se enamoró de Córdoba al entrar en una joyería del casco histórico, donde unas alhajas le llamaron la atención. Preguntó por una de ellas y el dueño le indicó el precio, 170 euros. Demasiado para él en esos momentos, en los que además no tenía pareja a la que regalárselas. El propietario le preguntó que hacía en la ciudad, solo, sin novia... Le indicó que era escritor. «¿Tienes aquí el libro?, me dijo. Y yo llevaba uno. Se lo puse en el mostrador. Él lo cogió y extendió hacia mí las joyas. Le dije que mi libro no valía ni la décima parte que esas joyas. Y él me dijo que valdría mucho más en el futuro. Aquello me dejó impactado. Andalucía me encanta porque siempre me he encontrado con que la gente te abre las puertas».
Se trataba entonces de su primera novela "Mil besos", escrita también en español. «Mi lengua materna es el inglés, pero el español me permite ofrecer otros matices», ha explicado el novelista canadiense en la particular presentación que tuvo lugar ayer en el restaurante-escuela Tabgha, donde se organizó un maridaje entre vinos y literatura.
Por la parte del vino los asistentes pudieron degustar el verdejo Finca de la Cañada de las bodegas Pérez Barquero. Esta uva, poco común en la zona de Montilla-Moriles, obtiene sin embargo características diferentes que las que suelen mostrar en sus lugares tradicionales de cultivo, como puede ser Valladolid, donde se introdujo en el siglo XII para vinos de solera, curiosamente el tipo de envejecimiento del vino característico de Montilla o Jerez. Ahora, sin embargo, se emplea para la elaboración de vinos blancos. «Aquí no es una uva normal, ya que tiene menos rendimiento por la falta de agua, a cambio la riqueza en carbonato cálcico del suelo le aporta otras connotaciones», explicó el director comercial de Pérez Barquero, José Ruz.
Y sin bien las características de una degustación no han de concluir jamás en la embriaguez, la novelista cordobesa María del Pino Pozo, presentadora del acto, quiso destacar la embriaguez que sí produce el erotismo existente en las páginas de "El legado del príncipe de Cachemira". «Ofrece una visión muy diferente a la que solemos tener del Kamasutra», indicó esta joven escritora que ha publicado ya nueve libros y se encuentra en pleno rodaje de su primera película como directora, "El aviso". Del Pino Pozo apostó por la manera de transformar la historia mediante elementos fantásticos que caracteriza a esta novela editada por Editorial Nazarí.
El acto concluyó con la lectura por parte de Reza Emilio Juma de un pasaje donde se realzaba a la ciudad de Córdoba en la época del califato, un periodo de esplendor en el que el autor realizó un gran esfuerzo de documentación para conseguir plasmarlo en las páginas de una novela que vuelve la mirada a los relatos tradicionales de aventuras.
