EL RINCÓN DEL AUTOR

Cuántico

Pablo García Casado
photo_camera Pablo García Casado
Imagino a los poetas, a Pablo, a Julio y a Ginés, en otra dimensión espacio-tiempo, preparando un homenaje a tres poetas futuros, Pilar Sanabria, García Casado, Manuel Gahete. Es septiembre de 1970, Ginés conduce un cupé rojo y lo aparca en la Avenida del Brillante, en la puerta de la piscina del camping. Allí se bañan guapos galeses, toman el sol frescas francesas y hay música y Martini y bebidas espirituosas. Traje de baño y gafas de sol, aquí nos ponemos, donde nos vean, y va sacando Pablo los libros, Zumo de AnclasElegía PluralLas Afueras, los va poniendo en una toalla que extiende sobre la hierba. Un hombre alto se dirige a ellos, no quiero líos, Julio se lanza a la piscina y salpica a Ginés, Pablo abre una novela del oeste. Un muerto a cada disparo, de Lafuente Estefanía, algo ligero para pasar la tarde, mirar cómo declina sobre los hombros de los jóvenes. Turistas que se aman en las tiendas canadienses, en este jardín de tobillos que se rozan, de duchas sin pestillo, de Nivea que recorre la corva hasta la nuca, de sandalia que Julio ha entregado a un ceniciento. Que viene de Setúbal y se llama João. Una brisa ha empezado a levantarse, nubes negras amenazan y súbito un chaparrón hace volar los sombreros, las revistas, y Ginés que no aparece, dónde se habrá metido este hombre. Ha dejado las llaves del cupé junto a sus cosas, la camisa, los pantalones, la carpeta de dibujos donde ha esbozado un cuerpo que se borra con las primeras gotas de lluvia. Aparece por fin con ropa prestada, vámonos, deprisa, y los libros de Sanabria, de Gahete y de Casado, olvidados en el césped, se deshacen bajo la lluvia, se funden con la tierra y viajan hacia otra dimensión espacio-tiempo, hasta el final de este verano de 2021.