Cultura y espectáculos

La cordobesa Saray Carrillo se salva por los pelos en la primera cita de MasterChef VIII

Es gitana, transexual y asegura que cocina "de muerte"
Sary Carrillo
photo_camera Saray Carrillo

La octava edición del programa televisivo de masas MasterChef cuenta entre sus filas con una cordobesa que pasó el corte y entró de lleno en el concurso estrenado esta misma noche. Se trata de Saray Carrillo, quien ha pasado un momento de sofoco durante la prueba final de ingreso al recordar, a preguntas de los jueces -Pepe, Samantha y Jordi- sobre cómo llevó su familia el cambio de sexo.

Y es que ella señaló en su autopresentación que, "soy gitana, también transexual y cocino de muerte". Es natural de Córdoba y educadora social precisamente con población gitana. "Por mi condición de transexual, por parte de mis hermanos no han aceptado mi situación", ha explicado con los ojos humedecidos, hasta el punto de que "no me dejaban acercarme a mis sobrinos, como si yo tuviera una enfermedad. Para mí eso es muy doloroso".

No obstante, al programa le acompañó su madre, quien sí ha sido consciente de la naturaleza real de su hija y la ha sabido apoyar para tratar de cumplir su sueño. La propia Saray ha reconocido también que la situación "está un poquito mejor" y cuenta con el respeto y el apoyo de su padre y dos hermanas suyas. Según ella, "no soy un hombre, soy una mujer", piensen lo que piensen el resto de sus hermanos.

Conchi, su madre, quien entró a cocinas cuando recibió el delantal blanco, ha señalado que "a ella le gusta mucho la cocina. Soy su madre, la he parido y la quiero como ella es. Me da igual lo que piense la gente porque yo he estado siempre ahí con ella al pie del cañón porque se lo merece".

De hecho, ha acabado siendo uno de los 17 concursantes, aunque pasó a la fase de eliminación, por haber fallado en la severa prueba de equipo celebrado en el municipio extremeño de Guadalupe y estuvo hasta el último minuto con un pi fuera del programa, si bien su tortilla de avestruz fue mejor que la de Sito y se acabó salvando.