MAYO FESTIVO CORDOBÉS

Chaparro 3: Un ejemplo claro de la pura esencia inmaterial de Los Patios

Este año sus habitantes dedican el Concurso a la poesía y celebran que en esta edición la fiesta vuelva a ser de los cordobeses
Isabel Pérez, Antonia León y Manuel Escudero, en Chaparro, 3
photo_camera Isabel Pérez, Antonia León y Manuel Escudero, en Chaparro, 3

Chaparro, 3 es de esos recintos que cuidan y guardan como pocos la esencia misma de Los Patios de Córdoba. Allí viven y conviven seis familias que comparten su amor por estos rincones a modo de vergeles en mitad de la jungla de asfalto, en los que disfrutan de la vida, de la charla y de la amistad. "A diferencia de otros, vivimos El Patio; no nos gusta vivir del Patio", señala Manuel Escudero, uno de sus propietarios, que ha optado por ser el portavoz de vecinos y vecinas.

De hecho, asegura que desde que viven allí, Chaparro, 3 "ha sido el concepto de la tradición de Los Patios en Córdoba". Eso implica que los hijos de todos ellos han crecido y jugado a la pelota en el seno de esa Casa-Patio, se han juntado en celebraciones hasta 20 personas en Navidad o cumpleaños, como ha sido el caso del propio Manuel en su 60 aniversario de vida, se disfrutan a día de hoy de "perolitos" los fines de semana, se animan a realizar tertulias con la presencia de amigos y actúan unos con otros como si fueran "casi una familia", los domingos siempre hay alguien sentado fuera leyendo el periódico o un libro con el que alguien se anima a charlar hasta la hora del aperitivo... "El Patio guarda todos los requisitos y toda la esencia del Patio cordobés antiguo; es el espacio común de la comunidad".

Chaparro, 3

Evidentemente, al principio y con tanto crío suelto, no había apenas macetas. "Esto estaba llano y pelado". Tan sólo había alguna maceta de pilistras y el arco del fondo. Pero a medida que los hijos e hijas iban haciéndose mayores y mostraban más respeto por las plantas, el patio empezó a llenarse. Primero el gran arriate central y los laterales pegados a las paredes, así como el del arco. Luego se compró la gran mesa en la que se hace vida social y así empezó a utilizarse El Patio para otros menesteres más de adultos.

La primavera es una buena época para eso. Con el buen tiempo, las familias se juntan más y siempre hay alguien acompañando a alguien. "Regamos El Patio por turnos, cada semana le toca a una casa, en lo que es la parte de abajo, porque las macetas altas cada uno cuida las suyas", explica Escudero. En esos menesteres, siempre viene alguien a echar una mano y eso acaba derivando en una buena charla o una cerveza con tortilla, que, en definitiva son los auténticos pequeños placeres de la vida humana.

Manuel Escudero, de Chaparro, 3

Los niños marcaron también el devenir del Patio en el Concurso. "Empezamos a participar una vez que pasaron de los 20 años y se quedaban más tiempo en la calle con los amigos que aquí". Los adultos comenzaron a tener más tiempo libre para dedicarlo a plantar, construir los arriates y a darse cuenta de que estaba quedando lo suficientemente atractivo como para atreverse a abrirlo al exterior dentro de la Fiesta y el Concurso de Patios. Y 2010 fue el primer año. Desde entonces han estado participando dde forma ininterrumpida consiguiendo pfremios todos los años. "¿El primer premio? Este año", señala Manuel con mirada picarona.

La casa comenzó a construirse en 1986 y dos años más tarde llegaron los vecinos. Al principio 11 familias y una veintena de miembros. Hoy quedan seis familias y la mitad de personas, que durante lo que duró el confinamiento por la pandemia que ha cambiado el mundo "nos hemos sentido unos privilegiados, porque salir al Patio y saber que hay gente que están en un piso sin luz, sin ventilación y sin aire y nosotros tenemos este vergel...". Al mediodía se encontraban a distancia prudencial en El Patio y por lo noche, tras el merecido aplauso a sanitarios y todos aquellos que estuvieron (y siguen en primera línea) contra la Covid, "nos quedábamos un rato a tomar una copita".

Isabel Pérez, Manuel Escudero y Antonia León, en Chaparro, 3

Algo tienen estos recintos que incitan a la actividad cultural. Así este grupo de vecinos y vecinas todos los años dedican El Patio a un elemento cultural que puede coincidir con el que marque en ese momento el Ayuntamiento, pero habitualmente van por libre. "Tenemos una máxima, y es que El Patio lo vivimos de forma estética y cultural". Así, hubo un año en el que las paredes exhibieron el maravilloso portfolio de Hugo Pratt con Corto Maltes volviendo a la Córdoba de su niñez para visitar a su madre; en otra ocasión, el homenajeado fue El Quijote, con tertulia incluida en el bar La Sacristía, lectura del clásico inmortal en el recinto y una cena-degustación con productos de La Mancha. "Otro año se lo dedicamos a Gloria Fuertes y también a los que fueron y a quienes somos en el mundo de Los Patios", señala Escudero.

Chaparro, 3

¿Y este año? La temática es la poesía. "Tenemos la mesa llena de poemas de cordobeses y algunos nacionales". Indica el portavoz vecinal. En la fachada, fuera, hay más poemas: Uno de los primeros 10 años de concurso y otro, más representativo, "del que hicimos sobre nuestra vivencia en El Patio". Porque entre estos vecinos "hay gente que nos gusta leer, escribir, hacer fotografía y hacemos nuestro pinitos con todo". Un poco a lo 'Vive como quieras', de Frank Capra.

Ese poema  de mayo de 2012 reza así:

Con cuatro paredes, un suelo

y un techo a cielo abierto

se hace un patio.

 

Si construimos unos arriates,

plantamos árboles y sembramos plantas,

se convierte en jun vergel.

 

Cuando construimos casas alrededor

para que las habiten personas,

surge una comunidad.

 

Pero si estas personas lo cuidan

lo ayudan a crecer, lo comparten y

lo viven, surge algo mágico.

 

El lugar, donde el tiempo se detiene.

La conversación no es un pretexto,

la comida es la fiesta

y lo común un tesoro que mantener.

 

Algo intangible

No medible de forma convencional.

Isabel Pérez, Antonia León y Manuel Escudero, en Chaparro, 3

De igual modo, este año, en el que se celebra una Fiesta diferente por la ausencia de turistas extranjeros, supone "evidentemente, una alegría para los cordobeses y cordobesas, que los están retomando tal y como se hacía antes". Eso significa visitas con tranquilidad y sin prisas, sin colas, parándose a hablar con los propietarios y cuidadores, "que nos gusta a ellos y a nosotros", con mucho respeto y con "conocimiento de lo que es un Patio". Así, han llegado visitantes de Sevilla y Málaga, algún que otro extranjero despistado para hacer multitud de fotografías, pero poca gente en relación a otros años. Eso sí, "muy selecta y con la ausencia de autobuses, que se agradece".