El alcalde de Córdoba, José María Bellido (PP), ha hecho público esta tarde el compromiso "conjunto, firme e inquebrantable" por parte del Ayuntamiento de afrontar, promover e impulsar actuaciones conjuntas con las que lograr una adecuada gestión del patrimonio histórico, pero también una mayor participación de los agentes locales y de la ciudadanía, además de incentivar la colaboración entre el sector público y privado en este sentido.
Son palabras recogidas en el manifiesto que ha leído el regido popular en el Salón de Mosaicos del Alcázar de los Reyes Cristianos con motivo del 25 aniversario de la declaración del Casco Histórico de Córdoba como Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y que se celebra el próximo 17 de diciembre.
En sus palabras también ha aflorado la decisión de impulsar la recuperación del patrimonio, favoreciendo su accesibilidad; la integración de los espacios urbanos, la protección del legado cultural, la gestión integral del patrimonio conjugando todos los valores culturales, históricos e incluso identitarios y la defensa de los principios que hicieron posible, en 1994, la declaración de Córdoba, una Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Bellido también ha puesto sobre la mesa la responsabilidad del Consistorio de vigilar para mantener su conservación y protección, por un lado, y el fomento de su estudio, por otro, "con el fin de que su Bien Patrimonio de la Humanidad pueda contribuir a la educación integral de otras personas o pueblos".
Una tarea en la que tienen que implicarse "nuestros vecinos y nuestras vecinas" de modo que ese Patrimonio sea igualmente la ciudad solidaria, sostenible, saludable, de calidad y bienestar "que necesitamos para todos en el Siglo XXI".
El regidor ha señalado que esta declaración es "un privilegio con el que pocos siNos cuentan, con una declaración tan extensa", pero, al mismo tiempo, supone una responsabilidad para los políticos y ciudadanos, que ha cobrado todavía mayor peso con la declaración la Fiesta de los Patios Cordobeses como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en 2012, y la de la Ciudad Califal de Medina Azahara, como Patrimonio Mundial en el año 2018.
