Tengo un familiar dependiente y la situación empieza a superarme

mujer

Tengo un familiar de más de 80 años al que adoro. Estoy viendo que, en los últimos años/meses, está perdiendo ciertas facultades físicas y su memoria empieza a fallar. Vive relativamente cerca, por lo que me encargo de su almuerzo y cena, de su higiene, de la colada, de comprarle todo lo que necesita, etc. Aunque ayudarle con todo esto me sale del corazón, y debido al trabajo y al estrés del día a día, esta situación se está convirtiendo en una pesada carga que no sé cuanto tiempo más podré aguantar.

¿Te resulta familiar esta situación? ¿Te identificarías con esta persona? Entonces presta atención a este artículo porque profundizaremos en el cuidado de ancianos y personas dependientes y ofreceremos pautas para reforzar su bienestar sin que ello suponga un resentimiento físico del familiar al cargo.

Dependientes y sus necesidades

La situación expuesta al comienzo del artículo no resulta agradable ni tiene una solución que podamos llamar “fácil”. ¿Se trata de una cuestión médica o es algo más social? Probablemente sea una combinación de ambas cosas.

Lo habitual, cuando la edad comienza a afectar a una persona mayor, es tender a pensar que necesita más cuidados de los que realmente requiere. Tratamos de hacer todo por el/ella sin caer en que, quizás, lo que necesita no es que le “hagamos las cosas” sino que le ayudemos a que esta persona pueda seguir haciéndolas sola.

Si de una persona tenemos pocas expectativas, lo normal es que ella se acostumbre a que no esperamos que haga nada por si misma. Pero si es al contrario, y los cuidados se centran en exigirle que siga con su vida de la forma más normalizada posible, es muy probable que se esfuerce y consiga más de lo que podamos llegar a creer. 

Ayudas y cuidados domiciliarios enfocados a la proactividad

Esto es algo en lo que se basan los servicios de la mayoría de las empresas de cuidados a domicilio que existen en la actualidad. Por poner un ejemplo, en https://vitalhogar.com los cuidadores se ocupan de los dependientes, pero no haciendo que estén horas y horas sentados en una silla sin nada más que hacer que comer y dormir.

La felicidad de estas personas está completamente relacionada con que sigan sintiéndose útiles dentro de sus posibilidades. Lógicamente, habrá circunstancias en las que no sea posible, como sucede cuando se trata de grandes dependientes, pero en la mayoría de las ocasiones simplemente se requiere una asistencia persona junto con una ayuda en su organización diaria.

Es cierto que, con la pandemia, la situación de muchos dependientes se ha complicado bastante. Los recursos sociales disponibles se han visto afectados por las restricciones, más aún teniendo en cuenta que los ancianos han sido los que mayor índice de mortalidad han sufrido en este año y medio largo de crisis sanitaria. Pero también ha sido una oportunidad para exigirles un punto más de responsabilidad consigo mismos. Sobre todo, en lo que a medidas higiénicas se refiere.

Modelos de atención a la dependencia

A la hora de atender las necesidades de las personas dependientes de forma profesional existen varios modelos con diferentes finalidades.

Mantenimiento: Este modelo combina el ejercicio físico con algunos cuidados especializados limitados. El objetivo es mejorar la función, prevenir el deterioro y eliminar la monotonía de la vida diaria. También está diseñado para prevenir la soledad, el aislamiento y el retraimiento.

Socializador: Este modelo puede ser similar al de un típico centro de mayores que se ocupa de las necesidades sociales y emocionales.  Suele ofrecer asesoramiento, terapia de grupo y reeducación cognitiva, sobre todo para los mayores con demencia o trastornos psiquiátricos.

Cuidados a domicilio: Este sería el modelo de atención Integral a las personas mayores. Está diseñado para los adultos mayores que cumplen los criterios de ingreso en una residencia de ancianos, pero que quieren vivir en casa el mayor tiempo posible. Para ellos se utilizan equipos de atención multidisciplinar formados por auxiliares de geriatría, médicos, enfermeros, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales junto con el soporte de trabajadores sociales, dietistas y conductores.

Dependiendo de las necesidades de cada persona, será más interesante buscar unos modelos u otros, pero siempre bajo la supervisión de un profesional.

Cuidados para el propio familiar responsable

Por último, es muy importante cuidar de uno mismo. Existe una amplia bibliografía sobre el impacto de los cuidados durante un periodo de tiempo y su efecto en la salud física y emocional. Y el impacto no es bueno.

Cuidar de otra persona debe ser compatible con tener un sueño adecuado, una buena nutrición, ejercicio físico, la realización de actividades que reduzcan el estrés, como el yoga y la meditación, y mantenerse al día con los amigos y la familia. Tener un propósito fuera de tu función de apoyo al cuidado ayuda.

Si quieres seguir haciéndote cargo de el/ella, hazlo, es reconfortante, pero sin jugarte tu salud.