Social y crisis, para una correcta convivencia virtual

Jóvenes

La Covid-19 golpeó duramente la vida de siete mil millones de personas. Nadie podía imaginar que una pandemia mundial, en 2020, reescribiría la historia de la humanidad, obligando a la gente a segregarse en sus casas y a cambiar su forma de vida de la noche a la mañana, algo que ni siquiera ocurría en tiempos de guerra.

Prácticamente la crisis sanitaria ha anulado al propio ser humano. Pero al ser un animal de costumbres, el hombre también ha sabido reinventarse, aprovechando los medios que ofrece la tecnología para readaptarse a un mundo necesariamente diferente.

Hace años que se habla de las redes sociales como herramientas alienantes, incluso por parte de quienes han hecho y hacen un uso masivo de ellas. Y al final, las redes sociales fueron los únicos canales que mantuvieron vivo un contacto entre personas incapaces de tocarse las manos o saludarse de cerca.

Una ventana al mundo, un canal de intercambio, pero también de información, entretenimiento y diversión, en otros casos de formación y experimentación. El tema más comentado fue, obviamente, el nuevo coronavirus, en toda una secuencia de noticias verdaderas y fundamentadas mezcladas con otras, falsas, editadas arteramente para empeorar una situación ya precaria.

Pero al final, en este frente, todo fue muy bien. Internet con las redes sociales ha acompañado a los españoles y a los ciudadanos de todo el mundo en un periodo de gran incertidumbre marcado por cierres, bloqueos más o menos rígidos, restricciones más o menos severas, entre las explosiones de la covid, la llegada de variantes y nuevas y más amplias incertidumbres.

Algunos sectores han despegado: el del juego en línea, especialmente los casinos digitales, ha logrado importantes resultados. Desde este punto de vista, gracias al atractivo de algunas categorías de tragaperras también presentes en los salones de juego, han aumentado las inscripciones a los sitios y el grado de fidelidad de los usuarios.

Un poco como los gigantes del comercio electrónico, con sus ofertas, o las tiendas minoristas que han tenido que reinventarse poniendo a disposición ofertas de las más variadas especies, incluso convirtiendo la producción: Fiat, como fabricante de automóviles, comenzó a producir máscaras. Lo cual ya es decir. 

El intercambio de ideas, el compromiso, es cada vez más importante. Al igual que la calidad de los comentarios que se intercambian: un comportamiento correcto que hay que tener en​ todas partes, incluso en las redes sociales. Esto ha llevado a otro objetivo: utilizar correctamente ciertos canales, lo que los ha hecho aún más importantes.

Un vademécum que podría componerse de unos pocos puntos sencillos: desde compartir noticias fiables hasta evitar crear relaciones tensas, pasando por la discusión que debe mantenerse con calma incluso ante las divergencias. Todo para mejorar la calidad de vida, también virtual, que a partir de hoy probablemente se alternará para siempre con la física.