Por qué un bebé se siente protegido envuelto en una muselina

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No hay nada más hermoso en la vida que arrullar a un bebé. La sensación es sencillamente reconfortante y placentera, tanto para la madre como para el niño. Pero para que el pequeño se sienta realmente protegido, tal como se sentía en el vientre materno, lo más acertado es hacer uso de las suaves muselinas. 

Una muselina es una tela fina transpirable, muy suave, hecha con hilos de algodón. Gracias a su delicado tejido y sus propiedades elásticas, es ideal para envolver a un bebé de una forma cómoda y agradable. 

Las muselinas de Bblandia son las mejores porque además de tener diversos modelos con hermosos y delicados diseños, la calidad es insuperable, sin dejar de mencionar sus atractivos precios. Para los tiempos de verano estas especies de mantas son perfectas porque proporcionan el más equilibrado nivel de protección y frescura para el bebé. 

Y es que la mayoría de los padres ya estamos familiarizados con este tipo de artículos, porque son versátiles y útiles en demasía. Es imposible no recordar la primera vez que viste a tu bebé y te lo entregaron bien envuelto en una muselina. La ternura y el amor que tiñen ese momento es totalmente memorable.

Al envolver al pequeño en muselinas, él se sentirá más seguro y de esta forma estará más cómodo y relajado. Incluso, está demostrado que es bueno para la salud del bebé. 

Las muselinas protegen al bebé de los sobresaltos o efecto “moro”

Los bebés tienen un reflejo conocido como sobresalto o “reflejo moro”. Este es un instinto natural de supervivencia y ocurre porque ellos experimentan sensaciones de caída libre. La reacción es levantar sus brazos y piernas muy cerca del cuerpo. Este movimiento se parece a la posición fetal. Se trata de un comportamiento completamente normal, así que no hay nada de qué preocuparse. 

Lo cierto es que cuando esto sucede el bebé puede irritarse. Un ruido, cambios en la iluminación o un toqueteo repentino pueden activar este reflejo y la muselina los ayuda a generar el estímulo correcto para que se recuperen de ese susto, que es habitual que experimenten. 

La intención correcta de este movimiento es que el niño levante sus piernas y brazos muy cerca del cuerpo y al estar envuelto en una muselina, será exactamente lo que haga, sin que tal gesto le produzca una molestia más elevada. En síntesis, se trata de ofrecer la adecuada protección para que el niño se sienta seguro en todo momento.

Al proporcionar este resguardo el bebé estará más tranquilo, su sueño será más profundo y lo ayudará a calmar estos reflejos. También disminuirán las veces en las que el niño se despierte de forma innecesaria y además, estará menos ansioso. 

Otros usos de la muselina

Ya sabemos que la principal función de estas suaves y delicadas mantas es arrullar al bebé para que se sienta más cómodo, seguro y protegido, pero a las muselinas se le pueden dar otros usos. De hecho, tener muchas muselinas dispuestas en diferentes espacios de la casa es ideal porque nos sacan de apuro constantemente. 

Podemos tener una en la carriola, en la pañalera, en el dormitorio, cambiador, en la cocina, o en el coche. Su versatilidad se pierde de vista. Algunas de sus utilidades más cotidianas son las siguientes: 

  • Son ideales para cubrir a la madre y al bebé durante la lactancia. Al estar en público es normal que se desee un poco de privacidad y gracias a su tejido ligero es perfecta para cubrir el pecho y la cabecita del bebé sin que este se acalore y se siente cómodo mientras come. 

  • Puedes usarla para limpiar las babas del bebé. 

  • Es sencillo usarla como cambiador portátil cuando no estás en casa. 

  • En el carrito, estas mantas son perfectas para protegerlo del sol sin restarle frescor. 

  • Úsala para que el bebé se siente en el parque a jugar un rato. 

Al tener el olor de la madre y el pequeño, es perfecta usarla como doudou.

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