Andalucía y olé: la España andaluza en el sector del entretenimiento (juego, cine, música)

Andalucía Olé
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Cuando salimos al extranjero y nos preguntan de dónde somos, nombrar España suele ser sinónimo de toros, flamenco, paella, playas y fútbol. Son nuestros grandes clásicos. Se trata de una asociación automática de ideas, a la que muchos se apresuran a contestar que España es mucho más que eso. No hay duda: exportamos también buen cine, buena música, deportistas de élite más allá del fútbol y tenemos grandes diseñadores en el mundo de la moda, en una lista bastante amplia de lo que tenemos que ofrecer. La pregunta sería ¿realmente nos perjudica o nos beneficia la etiqueta asociada a estos conceptos tan míticos?

Hace sólo unos días, Rosalía se convertía en la primera mujer española en obtener un Grammy. La noticia ha despertado polémica, pues hay quienes se sienten muy orgullosos y otros que piensan que su espectáculo (no sólo su música sino también su danza) sólo hacen reforzar la imagen centrada en el flamenco de España. Podrá gustar más o menos, pero lo cierto es que el público dejó muy claro que estaba encantado con su actuación.

La música no es el único negocio del sector del entretenimiento que emplea el reclamo más típico para atraer consumidores: en el sector del juego saben muy bien lo que piden sus usuarios, y sin ir más lejos, entre las slots de 888 más destacadas y exclusivas de la casa se encuentra Olé!, una tragaperras online que reúne entre sus escenarios, iconografía y objetivos del juego elementos tan típicos como la Plaza de España, la Alhambra de Granada o la Mezquita de Córdoba, sin olvidarse de los toros, la paella y la famosa flamenca con su traje rojo de lunares. A algunos españoles les pareció excesiva cuando apareció en el catálogo, sin embargo lleva más de un año disponible y es de las favoritas. No hay duda de que también desde el extranjero los turistas la eligen con nostalgia.

Lo cierto es que la máquina tragaperras en sí misma es otro icono clásico de cualquier bar de barrio español. También la flamenca o la paella han llegado tan lejos como símbolo que tienen sus propios emojis en los teclados de los smartphones, y la paella de hecho sembró polémica debido a si sus ingredientes eran o no los correctos. La flamenca se suele utilizar para expresar alegría o ambiente festivo. No parece un aspecto negativo el hecho de que se utilice un icono español para reflejar estos estados de ánimo, pues la asociación de ideas es que a nuestro país se puede venir a disfrutar, lo que indirectamente incentivará el turismo.

El cine, y sobre todo las series que vienen de la mano de empresas tan potentes como Netflix, también ha puesto su mirada en España. Nuestro país dispone de todo lo necesario para grabar cualquier tipo de escena: tiene playa, desierto, nieve, montaña, parajes naturales, arquitectura de todas las épocas de la historia de la humanidad o casi, edificios modernos, zonas muy festivas, arquitectura religiosa muy bien conservada… Cuando Sony y Movistar decidieron llevar la segunda temporada de la serie Snatch (con Rupert Grint en el reparto y en la producción) a España, eligieron Málaga como decorado y bautizaron ese primer episodio de la temporada con el nombre Olé (lo mismo que la slot de 888). Sí, aparecen flamencas. Sí, aparecen toros. Sí, aparecen playas. Maquillaron los decorados para que Málaga no se pudiese identificar y se inventaron el ficticio nombre de San Toledo para un pueblo sin edificios altos pero que disponía hasta de aeropuerto. Mucha ficción y una imagen tal vez demasiado rústica de España. Sin embargo quedaron lo suficientemente satisfechos como para que Netflix quisiese rodar en Andalucía.

El pasado año, Málaga alojaba a todo un equipo extranjero para su serie Warrior Nun, que se estrena este año, y que ya organiza la producción y el rodaje de su segunda temporada, también en Málaga, a partir de Septiembre. Aunque las oficinas principales se situaban en Málaga, se rodó también en Almodóvar Del Río o en Sevilla, usando entre otros decorados los Reales Alcázares. Recordemos que HBO también eligió Sevilla (y Cáceres) para grabar la última temporada de Juego de Tronos. Elementos tan emblemáticos como esta arquitectura sevillana se convierten en jugosos reclamos de una España cargada de joyas que atrae precisamente por su identidad y sus rasgos distintivos de otros países donde no encontraríamos cosas como estas. Andalucía suele estar en el foco de todo.

Algunas de las propuestas del nuevo Gobierno pasan, por ejemplo, por ofrecer incentivos a productoras extranjeras para que decidan rodar sus películas y series en nuestro país, por lo que parece que la tendencia seguirá al alza. Sí, de entrada, puede que vengan por los toros y las flamencas, pero les está sirviendo para descubrir ese “España es mucho más que eso” que tan orgullosamente solemos contestar. Parece que la jugada no está saliendo nada mal.