Lo peor de los botellones no es que jóvenes, muchos de ellos menores, se dediquen a beber como si no hubiera otro día, porque eso es una cuestión personal, igual que lo es el fumar o no hacerlo. Lo peor del botellón es que llegado determinado nivel etílico, las mentes se desinhiben, se desatan los lazos de la convivencia, se caen los filtros sociales y se tiende a demostrar quién grita más y quién es capaz de ensuciar más el entorno.
Los vecinos y vecinas, así como usuarios del entorno de Avenida de América han vuelto a registrar gráficamente los efectos de esta práctica habitual en vísperas de festivos y fines de semana, especialmente en la zona del del recinto del parque infantil, a la altura de Canal Sur TV (antigua estación), que está destinada especialmente a niños pequeños todavía sin acné, espinillas, barros, granos supurientos y salpullido en el rostro.
Así, los cristales rotos, las botellas de alcohol y de refrescos, bolsas y restos de orines es lo que se encuentran la vecindad de la zona y los usuarios del parque infantil.
Una situación se sigue repitiéndose y para la que el Ayuntamiento "no pone los medios materiales y humanos suficientes para solucionarlo", en opinión de los afectados. Vecinos, padres y madres de los niños que van al parque "están hartos, por lo que están pensando en realizar concentraciones para manifestar su malestar", han advertido.
