Galería: La Sierra de Aras se revela como un paraíso para los aficionados al parapente

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¿Eres de los/as que alguna vez han soñado con tocar el cielo? Si es así, el parapente es una interesante opción y muy cerca de ti tienes la oportunidad de hacerlo. De un tiempo a esta parte, la Sierra de Aras, en Lucena, se ha convertido en uno de esos pocos lugares de Andalucía hacia donde dirigen sus pasos los aficionados a este deporte desde distintos puntos de España.

La práctica del parapente es una experiencia extrema, aunque al alcance de cualquier persona que tenga interés por aprender la técnica de vuelo y valor para lanzarse ladera abajo, al encuentro con el viento. Su nombre proviene de la contracción de los términos franceses parachute, paracaídas, y pente, pendiente –“paracaídas de pendiente”– y su práctica se inicia en los años 80 en los Alpes, por parte de montañeros que probaban algunos paracaídas modificados para bajar de una forma rápida tras ascender a una cumbre. Enseguida esta disciplina despertó un gran entusiasmo por sus ventajas sobre otras: se puede volar con un aparato que cabe en una mochila, su peso es de unos 20 a 25 kilos y es la forma más fácil y económica de volar, tiene un aprendizaje sencillo y una multitud de sitios para ser utilizados como pistas de despegue y aterrizaje.

Desde hace algunos años, la Sierra de Aras dispone de una de estas pistas que permiten la práctica de este deporte. Cada domingo, los cielos que la circundan se llenan de velas de mil y un colores, describiendo trayectorias imposibles sobre los cultivos de Campo de Aras, desafiando la ley de la gravedad con impresionantes arabescos en el aire.

Lucena cuenta con unas condiciones muy favorables para esta práctica, al disponer de una ladera bien orientada, una pista de despegue y una zona de aterrizaje muy cómoda y de gran extensión.

El parapente es un deporte que exige conocimientos técnicos y entrenamiento práctico, por lo que su aprendizaje pasa necesariamente por acudir a uno de los numerosos clubes o escuelas que enseñan este deporte. El día en que se realizó este reportaje dos escuelas, de Jaén y Granada, habían desplazado a sus alumnos hasta la Sierra de Aras. Uno de los monitores relató que Lucena cuenta con unas condiciones muy favorables para esta práctica, al disponer de una ladera bien orientada, una pista de despegue y una zona de aterrizaje muy cómoda y de gran extensión.

Las escuelas proveen a los alumnos de todo lo necesario para iniciarse en esta práctica. Una vela, un arnés, un paracaídas y el casco, al tiempo que el alumno debe llevar ropa de abrigo, unas botas tipo trekking y guantes si el día es frío.

Otra opción para sentir la adrenalina de volar a cientos de metros sobre el suelo sin necesidad de un gran aprendizaje previo y limitarse a disfrutar la experiencia y disfrutar de las vistas es subir a un parapente de dos plazas, en el que el pasajero va sujeto delante y el piloto va detrás.

Así, el aprovechamiento de un recurso natural, la sierra y sus favorables condiciones para la práctica de este deporte, se han convertido en un nuevo recurso turístico en un entorno que ya cuenta con el Santuario de la Virgen de Araceli, unas impresionantes vistas de los campos de Andalucía y un espacio arqueológico de primer orden en la cueva y sima del Ángel. ¿Quién da más?

En general, la mejor poca para volar es la temporada del verano, la climatología es más estable y hay buenas y potentes condiciones para el vuelo libre. No obstante, tras la publicación de este reportaje en nuestra revista Vive Lucena Magazine, nos contaba Saúl Carreira, practicante de esta modalidad deportiva y conocedor de la Sierra de Aras, que durante la temporada estival es más difícil volar en Lucena y normalmente se vuela con viento de levante fuerte, siendo la primavera, invierno y otoño las estaciones que pueden brindar días de calidad excepcional y vuelos muy placenteros y tranquilos.