Este Viernes de Dolores tiene algo especial. Se nota en el ambiente. Y es que, no en balde, Córdoba recupera su Semana Santa en la calle tras dos años sin que los cordobeses pudieran disfrutar de una Semana de Pasión en su máximo esplendor con pasos, cera, nazarenos y procesiones. Esta semana se dejan en el olvido esas calles vacías de gente que protagonizó estas mismas fiestas en 2020 y 2021.
La renovada Plaza del Cristo de los Faroles (ya no está el cableado eléctrico a la vista) ha dejado de ser un desierto donde crecía libremente la hierba para mostrar, de nuevo, la estampa típica de un Viernes de Dolores, antesala de toda una semana llena de devoción y de una primavera de normalidad.
Hoy han vuelto las colas de feligreses a la Plaza de los Capuchinos para mostrar pleitesia a Nuestra Señora de los Dolores Coronada y del Santísimo Cristo de la Clemencia de Córdoba, a la que los cordobesas y cordobeses veneran.
Este día tan especial ha contado con la presencia de todas las autoridades de la ciudad y de la visita del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
Moreno ha asistido junto al alcalde, José María Bellido, a la misa presidida por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, en la iglesia de San Jacinto. Posteriormente, el presidente de la Junta se desplazó hasta la iglesia conventual del Santo Ángel, en la misma plaza del Cristo de los Faroles, para asistir a la veneración de la Virgen de la Paz y Esperanza, en la que participan masivamente los cordobeses todos los años.
Además el presidente realizó visita al Cristo de la Sangre ubicado en la Casa Hermandad de la Hermandad de la Sangre, también en la Plaza de Capuchinos.
El propio Moreno, sonriente, lo ha dado a entender: "Se nota a bulla y las ganas e ilusión que tenía la gente por tener una Semana Santa normal".
TEXTO Y FOTOS: YOLANDA PEDROSA
