La ciudad
Una ciudad plagada de olvidados 'esqueletos urbanos' cada vez más deteriorados
En esta muestra de 'esqueletos urbanos' en la capital cordobesa estaba previsto en principio añadir el antiguo Pabellón de la Juventud de la Avenida de Cádiz, pero tras lustros de abandono y cierre, sus muros han desaparecido por fin (el derribo se inició este mismo mes) y ahora sólo queda la esperanza que el espacio que deje no se pase otros tantos años esperando a que lo rellenen con algún que otro equipamiento mientras se va usando como aparcamiento (que es el destino principal de los solares cordobeses).
En cualquier caso, la capital está salpicada de ejemplos como el suyo, con edificios que tuvieron en tiempos su vida y que ahora se deterioran a ojos vista ante la despreocupación de propios y extraños. El problema es que si se ha pensado algún uso para ellos, cuanto más tiempo se tarde en recuperarlos más costosa será la rehabilitación (y, por tanto, tanto más se lo pensará la administración de turno para meterle mano) y si se ha preferido que el tiempo se encargue de ellos mirando para otro lado, se corre el riesgo de que alguien, con la necesidad de vivienda que hay últimamente, los ocupe y acaben sepultados bajo toneladas de escombros derribados por la herrumbre.
El caso es que si algunos están ciertamente alejados del núcleo central urbano, otros, como es el caso de la antigua Simago o los almacenes de C&A se encuentran en plena zona de paso de nativos y visitantes, convirtiéndose poco a poco en nido de ratas y otras plagas que a la postre saldrán a la luz.
Habría que tomar ejemplo de lo que ha ocurrido, por ejemplo, con el antiguo edificio de la Hermandad de la sagrada familia de Cajasur, que, tras muchos años de inactividad, se ha recuperado para restauración de comida rápida, no por el ejemplo en sí de lo que ha acabado siendo o de la chapuza de sus promotores para poner en marcha las obras, sino por el hecho de su recuperación que, a la postre, acaba revitalizando la zona y la economía local.
Lo que aquí se plasma es una minúscula muestra de lo que está a la espera de que el tiempo lo acabe transformando en polvo y, si se han quedado fuera ejemplos significativos (léase, por ejemplo, las instalaciones de la antigua Iccosa), los que se incluyen son, quizá, los más representativos de lo que en su día fue Córdoba. Un pequeño trozo de historia que se acabará perdiendo, para bien o para mal.
TEXTO Y FOTOS: YOLANDA PEDROSA.