La ciudad

Cordobeses en la 'Jungla de Calais'

Un grupo de cinco cordobeses de la Asamblea Pro-Personas Refugiadas de Córdoba, activistas que pretenden concienciar sobre el mayor éxodo humano desde la II Guerra Mundial, han regresado de pasar una estancia en la mediática 'Jungla de Calais', donde 9.000 personas de Afganistán, Pakistán, Eritrea, Etiopía, Sudán y Siria esperan su suerte para poder cruzar a Reino Unido.

Hay quien afronta la vuelta a la rutina relajado después de unos días en la playa. Y los hay que empiezan un nuevo curso con la cabeza puesta en lo que ocurre en la frontera francesa con Reino Unido, en la conocida como la 'Jungla de Calais', un campamento ya nada improvisado en tierras francesas de unos 9.000 refugiados que huyen de sus países de origen por distintas razones pero que están atrapados en esta localidad francesa fronteriza.

Javier es un ingeniero informático que decidió este verano pasar unas vacaciones de una manera diferente; cogió lo que tenía ahorrado y con otros cuatro compañeros de la Asamblea Pro-Personas Refugiadas de Córdoba partió hacia Calais para hacer un voluntariado con las oenegés L´auberge des migrants y Help Refugees UK. "Partimos con la idea de colaborar con tareas logísticas, contactar con organizaciones que actúan en la zona y poder recopilar material para sensibilizar en Córdoba" sobre el mayor éxodo rural desde la II Guerra Mundial, situación que a la que parece ya nos hemos acostumbrado y tan solo queda la mirada impasible a las imágenes que nos reportan los medios de comunicación que todavía se interesan al respecto.

Sin embargo, una vez allí, las ideas preconcebidas cambiaron y su objetivo tuvo que readaptarse a las circunstancias: "es increíble que exista el campamento con más de 9.000 personas hacinadas a dos horas de Bruselas o París". "Es como si de golpe estuvieras en un barrio chabolista de cualquier país tercermundista", recuerda este investigador de la Universidad de Córdoba (UCO).

Sin embargo, Javier señala que "la movilización ciudadana que coopera en la zona está dando una lección a todos los países del mundo, incapaces de dar solución a la situación de los refugiados". Son entidades locales, asociaciones, oenegés locales, grupos de voluntarios llegados desde todos los puntos de Europa quienes se organizan para el comedor, prestar asistencia médica o dar clases a los pequeños.

Historias de horror

"Las historias que cuenta la gente son horribles; personas que han presenciado violaciones de familiares mientras eran apuntados con una pistola", es increíble todo el horror que han soportado los sirios pero también los afganos, paquistaníes, eritreos, etíopes o sudaneses. 

Por eso, Javier insta a la sociedad civil a que se movilice, a que vaya a echar una mano de lo que sea: desde cocinar, hasta traducir, montar tiendas, encargarse de la limpieza. Todo ello, bajo una coordinación espontánea de todas los grupos con presencia en Calais que se reúnen semanalmente para coordinar las acciones legales -peticiones de asilo, alguna medida de protección internacional-, médicas, educativas, psicológicas o asistenciales que necesita la población migrante mientras espera a no saben qué.

La Asamblea Pro-Personas Refugiadas de Córdoba plantea acciones de sensibilización para este invierno, presentación de las organizaciones que trabajan en la zona para quien quiera colaborar y en definitiva, pretenden dar testimonio de lo vivido para ver si así se remueven conciencias y los cordobeses se comprometen de manera decidida con los refugiados atrapados en la jungla de Calais.

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Fotografía de aguas residuales junto a las caravanas de atención médica.
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