Por su belleza, por la paz que rebosa y transmite, por su riquísima y detallista historia, por esas pequeñas (y grandes) curiosidades a modo de secretos a voces que conforman la historia de una ciudad tan complicada y sencilla a la vez como es Córdoba, no es de extrañar en absoluto que el cementerio de Nuestra Señora de la Salud, tan oscuro y luminoso a la vez, tan próximo y lejano al mismo tiempo, forme parte por méritos propios de la Ruta Europea de Cementerios.
Una circunstancia que bien podría aprovecharse como reclamo turístico para visitantes curiosos y de mirada hábil e inquieta, capaces de descubrir en un nombre, una estatua o un rincón apartado los pasos el pasado aún permanentes y que se niegan a marcharse y desaparecer para siempre.
TEXTO Y FOTOS: J. M. COLLANTES