Tres días seguidos de lluvia han sido suficientes para tumbar una tradición de generaciones y el Parque Perirubano de Los Villares más parecía un escenario de película posapocalíptica que un lugar de ocio y disfrute en un día festivo. Apenas sí han subido cordobeses a la Sierra a celebrar el día del Custodio de la ciudad, San Rafael, como viene siendo costumbre todos los años ante la alerta de lluvias que había decretado la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), de color amarilla, aunque finalmente no ha sido tan fiero el lobo como lo habían pintado.
Amaneció esta mañana con agua y mala cara del cielo. Pero, a medida que avanzaba el día, la lluvia fue cesando y alrededor de las 13.00 horas el sol se asomó por vez primera en los últimos tres días. Aún así, muy pocos fueron los que se encaminaron a celebrar un buen perol de arroz en Los Villares.
De hecho, de las tres familias y un grupo de amigos con los que se topó este periódico en el parque periurbano, sólo uno de los grupos, en los que se englobaban los Torre y los Parra, había un perol como Dios manda. Los demás optaron por una parrilla para hacer carne o dirigirse directamente al restaurante de Los Villares a comer platos ya elaborados.
El único perol del día
"Haga frío, calor, lluvia o granice, tenemos la costumbre de venir este día aquí a comernos un perol", señala satisfecho el portavoz de los Torre-Parra, donde había hasta tres Rafaeles (correctamente felicitados) del total de diez que estaban y que estaban elaborando ese único perol del día desde las nueve de la mañana. Junto a ellos, bajo el mismo techado, tres amigos devoran sendos bocadillos de panceta. Afirman que están en Los Villares de casualidad, porque su idea era haber ido el pasado fin de semana, pero no pudo ser y ahora, algo asombrados por la situación, se dicen estar la mar de a gusto sin agobios y prácticamente con toda la Sierra para ellos.
Algo más separados, pero en la misma zona, la familia Murillo ha optado por una parrillada. "Hemos llegado a la una (13.00 horas), pero no tenemos prisa para pasar un día que se está quedando muy bueno", explica su portavoz señalando el sol radiante en el cielo.
En el restaurante, los Del Río acaban de terminar de comer en el restaurante. "Mi mujer tiene que trabajar en Montilla, que no es fiesta allí, y nos vamos ya, pero sí hemos venido a celebrar San Rafael, aunque no sea con un perol", señalan antes de montarse en el coche y desaparecer carretera abajo.
"Creo que son demasiados días de lluvia seguidos y eso ha asustado al personal", explica Santiago Antón, uno de los responsables del local de hostelería del parque periurbano, "pero no me esperaba que esto se quedara tan desierto, la verdad". Al menos, ha mostrado su esperanza de que el próximo fin de semana "podamos resarcirnos, porque nos han dicho que a partir del miércoles suben de nuevo las temperaturas hasta los 30 grados y va a hacer sol, así que se habrán reservado todos los que hoy no han venido para entonces", se dice optimista.
Entre tanto, en el párking de Los Villares se podía aparcar con los ojos cerrados.
