Cultura

FOTOGALERÍA: Fiesta sobre el escenario con Rumbita-Rock de la buena y sonidos proletarios burgaleses

El proletariado musical. Camisetas 'de obrero' de la construcción como uniforme y aspecto de haber viajado en tercera en el Titanic como un irlandés más.

Y ahí acaban las similitudes entre los miembros de La M.O.D.A. (la Maravillosa Orquesta Del Alcohol) y Jairo Perera (aka Muchachito Bombo Infierno), que ayer actuaron en el segundo concierto doble del Festival de la Guitarra de Córdoba 2022 en el Teatro de La Axerquía, con algo más de tres cuartos de entrada (cuando han actuado ante 15.000 personas sin demasiado esfuerzo, en fin).

Con una puntualidad impropia de los conciertos musicales (tanto que cuando empezaron a sonar las primeras notas todavía había bastante gente fuera haciendo cola para entrar), salieron los locos de Muchachito a cantarle bien alto a la vida, que son dos días y no hay que estar tristes, como hacían Los Golfos en 1976. Sobre el escenario una juerga pura y dura, pero cuidado no confundir eso con falta de calidad, que no es eso. Hacer que las cosas parezcan fáciles resulta harto complicado, aunque cuando se tienen dones y se saben aprovechar las cosas suelen ir rodadas.

A su espalda (por decir algo, porque nop paraban de menearse), un artista marcando líneas y colores sobre un lienzo. Algo que ya se hizo allá por los 80' del siglo pasado con un jovencísimo Ringo Julián marcándose una de sus obras mientras actuaban sobre el escenario Los Negativos, los Brighton 64 o Los Kanguros, no lo recuerdo bien.

Si alguien tiene curiosidad por saber quién es, se trata del artista Santos de Veracruz, al igual que Jairo natural de Santa Coloma de Gramanet (con lo que no parece imposible que ambos puedan tener ascendencia cordobesa), que suele pintar un cuadro mural durante cada uno de los conciertos de la banda y al ritmo de lo que le van tocando. Y su reto es tenerlo terminado para cuando finaliza la actuación.

¿Y a qué suena Muchachito? Sobre todo a bendita Rumba Catalana. Jairo no es Peret, pero le tiene mucho respeto y hasta le ha 'robado' su manía de tocar dando la vuelta a la guitarra. Suena a Reggae salado de playa, a Specials cuando te recomiendan que disfrutes. Es como lo denomina un colega 'Música buenrollista', de la que te lo hace pasar bien en cualquier circunstancia y ayer en la noche cordobesa se pudo comprobar.

Pero parecía tener prisa por irse y dejar paso a La M.O.D.A. que venían después. Un poco como le ocurrió a Ariel Rot con Loquillo en una edición anterior del Festival. Con sinceridad, es verdad que el público más parecía que esperaban a los segundos que a los catalanes, pero en cualquier caso no creo que se hubieran disgustado mucho si los de Perera se hubieran quedado un ratito más en escena.

Desde Burgos, un grupo que tenía aires a The Pogues (que no quiere decir en absoluto que ellos sean los 'Pogues' españoles, porque no es asnillo ni de lejos), pero que han demostrado tener una personalidad arrolladora sobre el escenario y un estilo muy serio y alejado del rimbombante nombre con que se han bautizado.

La M.O.D.A. de Ignacio Mur (con su muy particular homenaje a Johnny Cash tatuado en el brazo) ofrecen temas de hondas profundidades en sus letras que vienen envueltas en ritmos engañosamente bailables. Es Rock, es Blues, hay algo de trasfondo Punk. Y luego está ese sonido de acordeón que puede trasladar a cualquier rincón del mundo donde el folk adopta este instrumento de mar y tierra adentro para amenizar las fiestas de cosechas, pescas y otras bonanzas de la Naturaleza.

Es curioso comprobar cómo este combo multitudinario aún no se cree lo que han conseguido. De otro modo, no hubiera mostrado tanto asombro en el rostro cuando nada más comenzar el público se lanzó a corear su tema. Tanto es así que Muros enmudeció y cedió durante unos segundos su canción al respetable. Luego lo dijo claramente al señalar que no se esperaba poder oír corear sus temas fuera de Burgos. Una absoluta exageración, porque se lo demuestran por allí donde pasa. Tienen un público que les sigue desde hace años y que va a seguir estando ahí incluso en los peores momentos (que los hay a lo largo de cualquier carrera).

Lo que se echo un poquito de menos es que los miembros de unos y de otros tocaran algún semilla juntos, aprovechando que el Festival los había juntado en un mismo escenario. Pero, bueno, esas cosas o se hacen con ganas o no se hacen y ayer no era el momento.

 

TEXTO: J. M. C.

FOTOS: IMAE / RAFA ALCAIDE.