Cultura

FOTOGALERÍA: Estudiantes, investigadores y muchos curiosos marcan el primer día de la Biblioteca Grupo Cántico

Álvaro Castillo Cobos. Así se llama el primer rostro que cualquiera que entre en la flamantísima Biblioteca Pública del Estado 'Grupo Cántico' se va a topar con él. Es el ordenanza, o bedel si prefieren, y hoy se ha pasado buena parte de la mañana dando indicaciones de dónde está cada rincón del edificio. Especialmente, las salas de estudio, porque en este primer día sobre todo han acudido estudiantes y opositores. Literalmente por un tubo.

Es interesante descubrir que uno forma parte de la intrahistoria de una ciudad. Hoy, sin ir más lejos, todos los que han pasado por este rincón de Córdoba, son parte de ella. Han sido los primeros inquilinos de la biblioteca; sus primeros usuarios. Y muy conscientes de ello han sido Juan Calero y Marta Alcaide, los que han tenido el honor de ser los primerísimos primeros usuarios en entrar, tras aguardar un ratito a que las puertas se abrieran puntuales a las 09.00 horas.

Ambos eran asiduos a la Biblioteca de Amador de los Ríos, y durante todo el tiempo en que han permanecido las dos cerradas durante la mudanza de una a otra han tenido que echar mano de la de Lepanto para estudiar hasta las 14.00 horas "de lunes a viernes". Están preparando unas oposiciones para el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, lo que significan que son 'rivales' para ocupar una de los 33 plazas que tiene su especialidad y que a la postre les puede enviar a cualquier sitio del país.

Una de sus dudas ha sido si el carné de la biblioteca de Lepanto que tiene María le sirve igualmente para la del Grupo Cántico, y la respuesta es sí. Juan, por su parte, ha opinado sobre el edificio y ha indicado que el edificio como tal "es muy bonito; se ha tirado mucho tiempo en obras y espero que merezca la pena". Por lo pronto, ha recordado sus años en el Conservatorio Profesional de Música de Avenida de Los Piconeros, cuando era también un edificio nuevo, y ha señalado que  la Biblioteca "me temo que le pasa lo mismo: Es muy bonito, pero no tiene persianas".

Eso es lo mismo que decir que el sol cordobés va a entrar a raudales por las inmensas cristaleras del edificio aportando no sólo una buena cantidad de luz, sino también de calor. No obstante, la Biblioteca es puntera incluso a nivel climático, con lo que todo indica que incluso en verano no se va a estar mal dentro.

Con ellos han entrado un nutrido grupo de personas que pretendían lo mismo: Estudiar. Por inercia, y también porque el personal de la Biblioteca estaba concentrado allí, se han lanzado de cabeza a mano izquierda y recto en busca de las salas de estudio. Han tenido que volver casi todos sobre sus pasos, porque se encuentran a mano derecha nada más entrar.

Muchos de ellos eran curiosos. Reconocen que querían ver el edificio por dentro, y no es de extrañar tras tanto tiempo en obras. Los había incluso que han llegado en traje deportivo de venir de hacer deporte y han grabado todo lo que veían por dentro con su móvil para mostrarlo a amistades y familiares.

En las tres plantas hay rincones preparados para estudiar, y pronto el lugar ha adquirido el carácter propio de una biblioteca, hasta el punto de que las voces iniciales pasaron pronto a ser susurros. 

María José Gil Mateo es otra asidua de la anterior Biblioteca del Estado. Bastante conocida porque también está opositando y es allí donde se prepara y la llevan viendo dese hace mucho tiempo con sus apuntes y sus libros. Durante el traslado hasta Los Patos no tuvo más remedio que acudir a la Facultad de Filosofía y Letras, donde hay queestar a primera hora para coger sitio y, además, en época de Selectividad, como le ha pillado a ella, "no puedes entrar a no ser que tengas el carné de estudiante". Y en esa ocasión no ha tenido más remedio que quedarse en casa, donde estudiar es una odisea por la familia.

"Es una pasada; hay mucho espacio para estudiar", señala con una sonrisa de oreja a oreja miando a su alrededor en el nuevo espacio de Grupo Cántico. En su caso se presenta a oposiciones para el Ayuntamiento de Córdoba. Por ahora "ya he aprobado los dos exámenes que he hecho, pero me he quedado sin plaza, así que tengo que seguir estudiando hasta conseguirla".

Quien también se mostraba contento era el director del edificio, Francisco del Río. Eso a pesar de que en su imaginación esperaba poder ver "avalanchas de personas a través de las puertas como las imágenes antiguas de las rebajas de El Corte Inglés". Bromas aparte, ha estado muy pendiente multiplicando su presencia en todas partes. 

"Hoy hay que estar dirigiendo a la gente a los sitios que buscan", señala. Entre otras cuestiones porque los usuarios de Amador de los Ríos se van a encontrar con un espacio totalmente nuevo para ellos en la primera planta "donde todos los libros están en libre acceso", cuestión queden la anterior no era así. "Es algo que puede resultar chocante, porque se está más acostumbrado a una sala de estudio (lo que algún colega mío denominaba como estudioteca), sin libros ni estanterías, salvo mesas sillas y enchufes para los aparatos eléctricos".

Igualmente, este "un espacio de hemeroteca amplísimo y cuando han visto aquellos se han lanzado para allá, así que les hemos tenido que redirigir hacia las salas de estudio".